Hoy, en República Dominicana, se estima que más de 67 mil adultos mayores enfrentan una necesidad de servicios de cuidado moderada o severa. Sin embargo, la oferta pública de estos servicios alcanza a cubrir apenas al 0,1% de esta población. Esto plantea un enorme desafío para la política social y, en particular, para la construcción de un sistema de cuidados inclusivo y sostenible.. Esto plantea un enorme desafío para la política social y, en particular, para la construcción de un sistema de cuidados inclusivo y sostenible.
Actualmente, la mayor parte de los cuidados recae en los hogares, especialmente en los familiares directos. Y aunque cuidar es, sin duda, un acto de amor y solidaridad dentro de las familias y comunidades, también puede convertirse en una barrera para el acceso a la educación y la autonomía económica de quienes asumen esta tarea. Además, hay una realidad clara: las mujeres son quienes realizan la mayor parte de este esfuerzo, dedicando en promedio 40 horas semanales a cuidados no remunerados, el doble de lo que dedican los hombres.
Una apuesta a nivel país: hacia un Sistema Nacional de Cuidados
Para responder a estos desafíos, la República Dominicana avanza en el diseño e implementación de un Sistema Nacional de Cuidados como parte esencial de su matriz de protección social. Con este paso, el país reconoce el cuidado como una responsabilidad compartida entre el Estado, la sociedad, el sector privado y también entre mujeres y hombres.
En el corazón de estas políticas no solo están quienes reciben los cuidados, sino también las personas cuidadoras: para brindar un servicio de calidad en condiciones laborales dignas, requieren acceso a una formación especializada que les provea de herramientas técnicas y humanas. Estudios muestran que quienes reciben capacitación formal no solo logran mejores ingresos, sino que también reportan menos estrés, menores síntomas de depresión y una mayor satisfacción personal con su labor.
Formación para lograr impacto
Con el apoyo técnico y financiero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Programa Supérate –en alianza con el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (INFOTEP) y el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (CONAPE)– está desplegando un ambicioso programa de formación en cuidados domiciliarios para personas mayores, priorizando los municipios de Santo Domingo Este y Azua por sus altos niveles de vulnerabilidad. El currículo contempla 200 horas de formación teórica y 200 horas de pasantía práctica en hogares previamente seleccionados.
Los resultados ya empiezan a observarse:
- Más de 1.500 personas cuidadoras han sido capacitadas.
- 191 ya se encuentran habilitadas para trabajar.
- 100 están en etapa de pasantía.
- Más de 400 continúan su formación teórica.
La meta es ambiciosa: certificar 2.300 personas cuidadoras para finales de 2025.
Testimonios que inspiran
La evidencia internacional muestra que una política de cuidados robusta no solo mejora la calidad de vida de las personas atendidas, sino que también libera tiempo para las familias, genera nuevas oportunidades laborales de calidad y abre la puerta a la creación de un sector económico dinámico, con gran potencial de crecimiento. En otras palabras, cada persona cuidadora que recibe formación representa una doble ganancia: tanto para sí misma como para quien recibe los cuidados y su entorno.
El siguiente video refleja esta visión de manera concreta. A través del servicio de cuidado domiciliario se evidencia cómo las políticas se traducen en realidades: apoyo digno para las personas mayores, alivio para las familias y oportunidades para quienes cuidan, conformando así un círculo virtuoso de cuidado y oportunidades laborales.
Si quieres conocer más sobre los avances de la región en materia de cuidados, te invitamos a visitar nuestra página BID Cuida.
Leave a Reply