¿Sabías que en Panamá las mujeres afrodescendientes presentan tasas de desempleo mayores (5,8% superior) y que su ingreso laboral es 10% menor al de las mujeres no afrodescendientes? ¿Sabías que esto sucede, aun cuando, en promedio, presentan un nivel de educación mayor al del resto de la población?
En el BID, una parte clave de nuestro trabajo está centrada en el crecimiento económico, inclusivo y equitativo. Es por esto que tenemos un compromiso a largo plazo para promover políticas de inclusión con identidad cultural para los afrodescendientes en América Latina y el Caribe, documentando datos y evidencia de la exclusión de las poblaciones vulnerables y fortaleciendo las políticas públicas a través de la construcción de estrategias para la inclusión.
Ser afrodescendiente en Panamá
En el 2018 aprobamos en Panamá una Cooperación Técnica para brindarle apoyo al gobierno en el desarrollo de la Estrategia Nacional de Políticas Públicas para la Población Afropanameña. Parte de este trabajo incluye el Informe sobre la Población Afropanameña, un diagnóstico sobre la situación de la población afrodescendiente a partir de la información disponible en el Censo 2010 y las Encuestas de Hogares llevadas a cabo por INEC, enfocando tanto las condiciones a nivel nacional, como la realidad de las provincias con alta concentración de afropanameños, tales como Bocas del Toro, Coclé, Colón, Darién y Panamá
Este diagnóstico arrojó, entre otros interesantes resultados, el dato de que las mujeres afrodescendientes tienen, en promedio, 11.3 años de educación, superando por casi medio año a las mujeres no afrodescendientes (10.9) e incluso por un año completo a los hombres (10.3). Sin embargo, experimentan mayor desempleo y reciben menores salarios. Su ingreso mensual no es solo 10% menor al de las mujeres no-afrodescendientes, sino que, comparativamente, es 14% menor al de los hombres afrodescendientes y 21% menor al de los hombres no-afrodescendientes. Estos datos, desagregados por género, raza y etnicidad, son esenciales para el diseño de políticas públicas basadas en evidencia que se enfoquen en promover el empoderamiento económico y la inclusión social de las mujeres afropanameñas.
Voz y Liderazgo
Las brechas de género en exclusión laboral, salarios, y posiciones de liderazgo presentan un despilfarro de talento femenino con costos cuantificables para la economía panameña. Según el diagnóstico de la Iniciativa de Paridad de Género, una plataforma público-privada impulsada por el Foro Económico Mundial junto al BID y el Gobierno de Panamá, se estima que el Producto Interno Bruto per cápita de Panamá incrementaría un 21% si se nivela la participación laboral de las mujeres y los hombres.
Y no es difícil imaginar el impacto positivo que podría tener la inclusión de más mujeres afropanameñas en posiciones de liderazgo ya que, cuando logran ocupar estos espacios, pasan cosas maravillosas. Está Graciela Dixon, la primera mujer afrodescendiente en ocupar el cargo de presidenta de la Corte Suprema de Justicia, bajo cuyo mandato se realizaron mejoras a la judicatura como la introducción de procedimientos en línea para aumentar la eficacia y transparencia. Otro ejemplo es Mireya Peart, quien desde su trinchera como Coordinadora para Centroamérica de la Red de Mujeres Afro, apoya y fiscaliza los esfuerzos del país en la promoción de políticas que eviten la discriminación y el sexismo. Están mujeres como Urenna Best, Directora General de la Secretaría Nacional para el Desarrollo de los Afro-panameños, con quien el BID ha trabajado el Informe sobre la Población Afropanameña, y Miroslava Herrera y Tatiana Rios, del grupo musical Afrodisiaco, que con la canción “¿Que te untas en el pelo?”, un himno sobre el legado del cabello afro, hablan de resistencia, rebeldía y libertad ante los cánones de belleza y estética que con frecuencia dominan las narrativas de nuestra región. Esto tan solo por nombrar algunas de las maravillosas mujeres afrodescendientes que con su trabajo ejercen cambios positivos en el rumbo del país.
Datos para el desarrollo
La población afrodescendiente de Panamá ha sido un motor en el desarrollo del país, desde la época de la conquista hasta la construcción del ferrocarril y el Canal, pero su aporte, y el de sus mujeres, no ha recibido el reconocimiento adecuado. Uno de los principales retos para el diseño de políticas públicas basadas en evidencia es la escasez o la inexistencia de información estadística y análisis cuantitativos, desagregados por etnicidad y raza. Medir las brechas socioeconómicas que enfrentan los afrodescendientes en acceso a oportunidades laborales e ingresos es fundamental para revertir la situación y promover su desarrollo en Panamá, así como en toda la región.
En el BID, estamos decididos a seguir trabajando para generar oportunidades para el pleno empoderamiento económico e inclusión social de las mujeres afrodescendientes. Para ello, nos ponemos a disposición para colaborar en crear políticas públicas y generar espacios donde las mujeres, especialmente las mujeres afrodescendientes, puedan alcanzar todo su potencial, y así ocupar muchas más posiciones de liderazgo y toma de decisiones en América Latina y el Caribe. Todos nos beneficiaremos de ello.
Lady Castillo Dice
Me parece
Muy interesante el artículo pero no solo de mujeres afro descendientes sino de toda las mujeres en general de Latinoamérica..
Ahora mismo estamos queriendo agrupando las mujeres profesionales forestales quienes nos hemos visto excluidas del ámbito laboral sin tener mayor presencia en la toma de decisiones .
Quisiera poder tener tu ayuda de como pudiéramos llevar este equipo de mujeres forestales para poder tener mayor presencia y toma de decisiones en el campo forestal y de biodiversidad.