En Trinidad y Tobago, técnicamente, no hay mejor momento para nacer mujer que ahora. En promedio, la esperanza de vida actual de las mujeres es la más alta que haya existido. La tasa de mortalidad materna es la más baja en la última década. Las niñas pasan más tiempo que nunca en la escuela y la mayoría de ellas alcanzan al menos un nivel secundario superior de educación que sus pares masculinos. Además, hay más mujeres inscritas en educación terciaria que hombres (donde las mujeres superan a los hombres, aproximadamente, en número de 2:1 en cada facultad excepto en ingeniería)1.
La participación femenina en la fuerza laboral ha aumentado constantemente en comparación con las últimas décadas, la intervención femenina en la política es una de las más altas del mundo, siendo Trinidad y Tobago uno de los pocos países del mundo donde una mujer ha alcanzado las dos más altas posiciones políticas: presidente y primera ministra2. Sin duda, en las últimas décadas, el país ha hecho grandes avances para cerrar la brecha de género y mejorar la vida de sus mujeres.
Sin embargo, a pesar de estos loables y significativos avances, actividades tan normales como salir de la casa, tomar el transporte público o entablar una relación con un hombre no es más que un acto de valentía. Estadísticamente hablando, todavía tenemos mucho camino por recorrer cuando se trata de prevenir la violencia de género. Casi 1 de cada 3 mujeres trinitenses ha sufrido violencia física o sexual por parte de sus parejas intimas en algún momento de sus vidas. Eso es aproximadamente 100,000 mujeres con edades de entre 15 a 64 años, lo que hace que esta tasa de violencia física de por vida (28.3%) sea una de las más altas en el Caribe3. Además, la tasa de prevalencia de violencia sexual cometida por una persona que no es su pareja es casi cuatro veces mayor que la violencia sexual de pareja íntima (VPI) (21.3% versus 5.0%), lo que subraya el peligro que enfrentan las mujeres en general.
La psicología de los abusadores
Nadie se despierta un día y decide dañar o matar a su pareja. La psicología de los abusadores ha sido bien documentada y analizada. Según lo confirmado por la Encuesta Nacional de Salud de la Mujer de Trinidad y Tobago, es probable que los hombres que abusan de las mujeres hayan sufrido violencia de niños, hayan sido testigos de violencia contra sus madres, muestren signos de conductas antisociales y se adhieran a los roles de género hegemónicos (OMS, 2018). La evidencia también sugiere una fuerte relación entre la violencia perpetrada por los hombres y las formas en que los hombres aprenden, viven y practican las normas de género, especialmente con respecto a los rasgos comúnmente asociados con la masculinidad tradicional. Desafortunadamente, todavía hay un cierto grado de aceptación social de que, de hecho, hay ciertas condiciones bajo las cuales la violencia doméstica es comprensible e incluso aceptable4.
Además, hay un tema separado pero relacionado con el informe o, más bien, el subregistro de estos delitos. A pesar de que los delitos de género representan el 38.5% de los delitos, solo el 8.3% de los casos de Violencia contra la Mujer (VCM) son denunciados a las autoridades5. Según una pequeña encuesta representativa, el mayor porcentaje de participantes que solicitó ayuda después de VPI acudió primero a la policía (11%). Sin embargo, a pesar de esto, solo el 31% consideró que la policía había sido “respetuosa” o “muy respetuosa” de sus derechos como ciudadano mientras informaba, lo que indica la necesidad de que la policía sea vista como un recurso de acción sensible, comprensiva y segura (Kambon, 2013).
Afrontando el problema
Parte de saber cómo abordar el problema es conocer el alcance completo del problema. La Encuesta Nacional de Salud de la Mujer de 2018 para Trinidad y Tobago fue la primera de su tipo en proporcionar estimaciones representativas a nivel nacional de la violencia de pareja íntima (VPI) y la violencia no asociada en el país, lo cual fue un excelente paso para ayudar a comprender el alcance de la incidencia a la violencia de género en T y T. En 2018, se publicó la Política Nacional de Género y Desarrollo, y aunque todavía es demasiado pronto para obtener un resultado tangible, es un paso en la dirección correcta, ya que tiene como objetivo promover la equidad de género, la igualdad, la justicia social y el desarrollo sostenible en Trinidad y Tobago.
En enero de 2020, el Servicio de Policía de Trinidad y Tobago (TTPS) lanzó la Unidad de Violencia de Género con el fin de especializarse en abordar la vigilancia y la denuncia de violencia de género. La Unidad tiene como objetivo centrarse en casos de violencia doméstica, violaciones de órdenes de restricción, y un espacio donde los miembros del público con información sobre abuso doméstico comparten con la policía. Del mismo modo, ha habido avances legales positivos. En junio de 2020, el Proyecto de Ley de Violencia Doméstica (Enmienda) fue aprobado por unanimidad por el Senado de Trinidad y Tobago. El proyecto de ley tiene como objetivo fortalecer la Ley de violencia doméstica preexistente mediante el cierre de los vacíos preexistentes en torno al acceso a la protección y la ampliación de la base de acceso en general.
¿Qué más se puede hacer?
La crisis de COVID-19 y la respuesta del estado de quedarse en casa ha exacerbado un problema que ya es difícil de navegar. Como se anticipó, durante las medidas de permanencia en el hogar, hubo un fuerte aumento en los informes de violencia doméstica realizados para marzo de 2020, en comparación con los realizados el mismo mes en 2019. En tiempos anteriores a COVID-19, los recursos para las víctimas ya eran notablemente inadecuados, ya que el gobierno depende en gran medida de la asistencia de organizaciones no gubernamentales, especialmente con necesidades más inmediatas, como alojamiento para víctimas o apoyo psicológico. En el mundo posterior al coronavirus, debe haber una investigación centrada y acciones basadas en la experiencia que tengan como objetivo proporcionar un apoyo mejor y más ágil en el terreno, dónde y cuándo se necesite con urgencia.
Sobre la base de la Encuesta nacional de salud de la mujer, co-financiada por el BID y ONU Mujeres de 2018 para Trinidad y Tobago, las soluciones potenciales y prácticas incluyen la recolección continua y consistente de datos para que la VPI y su reducción puedan medirse y monitorearse; mayor asistencia gubernamental y provisión de alojamiento seguro para las víctimas, así como acceso a servicios de salud psicológica además de servicios médicos.
También se necesita una mayor promoción del poder que tienen los individuos en la sociedad para proteger a las personas de la violencia alentando a informar a las autoridades pertinentes, exigiendo mejores recursos para los sobrevivientes de VPI y alentando un cambio en las actitudes hacia el poder que tienen las personas para prevenir futuros incidentes. La violencia de pareja íntima es considerada como violencia que ocurre entre dos personas. Tradicionalmente ha sido tratado de esa manera: algo privado, secreto, tabú. Esto también necesita cambiar.
1UWI Statistical Digest 2010/11 – 2014/15 & 2012/13 -2016/17 & 2013/14- 2017/18.
2En 2015, Kamla Persad-Bissessar fue elegida la primera mujer jefa de gobierno, mientras que en 2018, Paula-Mae Weekes se convirtió en la primera mujer en ocupar el cargo de presidente (jefe de estado).
3Entre los cuatro países del Caribe para los que hay encuestas representativas disponibles, la tasa de violencia física de por vida es más alta en Trinidad y Tobago (28.3%) en comparación con Jamaica (25.2%), República Dominicana (22.3%) y Haití (18.6 %).
4La aceptación de golpear a la esposa se calculó utilizando los datos de LAPOP para 2014 agregando los que aprobaron (4.2%) y los que no aprueban pero entienden (22.67%).
5Policía de Trinidad y Tobago. 2013. Subdivisión de Análisis de Crímenes y Problemas del Servicio de Policía de Trinidad y Tobago.
Hola, chicas..por cierto, os dejo la referencia a la ley de subrogación en Ucrania, traducida al español: https://maternidad-subrogada-centro.es/maternidad-subrogada-law.pdf
Es impresionante cómo Trinidad y Tobago ha logrado importantes avances en el empoderamiento y la igualdad de género, con un aumento significativo en la participación y el progreso de las mujeres en diversos ámbitos. Sin embargo, es preocupante y desgarrador ver que la violencia de género sigue siendo una triste realidad para muchas mujeres en el país.