Empleadas que se reportan frecuentemente enfermas, llegan tarde o están desconcentradas. Trabajadores que bajan su rendimiento laboral, son agresivos con colegas y clientes o tienen más accidentes laborales. Microempresas de mujeres en riesgo porque las dueñas se ausentan del trabajo a menudo y tienen altos gastos por temas de salud.
Estas son algunos de los efectos que, según estudios recientes realizados en la región, tiene la violencia contra las mujeres en el sector empresarial, situaciones que en muchos casos pasan inadvertidas y que atentan directamente contra la productividad.
Un estudio realizado en Perú en 2013 en 211 empresas encontró que un cuarto de las trabajadoras había sufrido violencia de pareja y un cuarto de los trabajadores la había ejercido. Y estos son los efectos asociados a esta violencia que se detectaron:
- Las mujeres agredidas perdieron en promedio 24 días laborales al año, sumando el tiempo que llegaron tarde al trabajo, la rotación de personal por despidos, el ausentismo y el presentismo (acudir al trabajo pero estar desconcentrado y ser poco productivo).
- Los agresores perdieron 35 días al año por esta misma situación, ya fuese por acompañar a su pareja al hospital, atender citas judiciales o usar tiempo y recursos de la empresa en controlar o agredir a su pareja, entre otras cosas.
En total, estas pérdidas de la productividad ascendieron a más de 6,7 billones de dólares al año, equivalente al 3,7% del PIB del Perú. A esto habría que sumarle aún los gastos que generan al sistema público asuntos como el tratamiento médico, la ayuda policial, la asistencia jurídica, las matrículas perdidas de menores que dejan de ir a la escuela…
Y como decía al principio, no es un caso aislado, estudios en otros países dan cifras similares e incluso mayores. En Bolivia, en 2015 el 49% de las trabajadoras reporta agresiones por parte de su pareja, el 54% de los trabajadores haber ejercido este tipo de violencia y el 36% de las y los trabajadores haber sido testigo de ella. Los efectos: 27 días laborales perdidos para ellas, 38 días para los agresores y 14 más para los colegas que la presencian, con un costo asociado del 6,5% del PIB nacional.
En Paraguay, también en 2015, el 30% de las trabajadoras dice haber experimentado violencia de pareja y una cifra similar de trabajadores haberla ejercido. Los efectos: En total, 36 días laborales perdidos para ellas, 35 para ellos y un costo asociado del 2,4% del PIB del país.
¿Qué puede hacer el sector privado?
A pesar de esto, poco o nada se habla en los foros empresariales de la violencia contra las mujeres, aun cuando los datos demuestran que prevenirla es un buen negocio, ya que esta inversión no sólo se traduciría en una mejora del bienestar de los trabajadores y trabajadoras, sino también en un incremento de la productividad de las empresas.
Algunas ideas sobre lo que las empresas pueden hacer para lograrlo, recogidas en el documento Criterios para una empresa libre de violencia de género, son:
- Implementar políticas internas, reglamentos y códigos de conducta de no tolerancia hacia la violencia contra las mujeres.
- Establecer mecanismos confidenciales de atención a las trabajadoras que requieran ayuda.
- Capacitar al personal, incluido el nivel gerencial, sobre este temática.
- Poner en marcha programas de responsabilidad social empresarial que asignen recursos para campañas de prevención en las comunidades donde operan las empresas.
¿Y qué pueden hacer gobiernos y sociedad para apoyar este cambio? Un buen camino es reconocer el esfuerzo de las empresas que se involucran, con iniciativas como el Sello empresa segura, libre de violencia y discriminación contra la mujer de Perú o los Sellos de Igualdad de Género que funcionan ya en varios países de América Latina y el Caribe.
¿Y qué puedes hacer tú? Pues, por ejemplo, ejercer tu poder como consumidor, eligiendo servicios o productos de aquellos negocios a los que les importa la erradicación de este grave problema social. De esta manera el mensaje de que prevenir la violencia contra las mujeres es un buen negocio será, sin duda, contundente.
Gabriela Dice
Que buen artículo, debe compartirse en todas las redes sociales para que entre tod@s vayamos visibilizando el problema y motivando a las empresas para que cuenten con programas de detección temprana, y manejo de esta situación.
Zindy Dice
Excelente post, ojalá las empresas lograran visualizar la importancia de empleadas saludables emocionalmente y en lugar de verlo como un problema del cual deshacerse cuando no es así, verlo como una oportunidad de ayudar y al mismo tiempo recibir productividad y por lo tanto ganancias a corto y mediano plazo.
Catalina Dice
Sería interesante también considerar la violencia que se ejerce dentro de una empresa contra la mujer, no dando lugar a desarrollar plenamente sus aptitudes como también la diferencia en la remuneración al la mayorìa de los casos con el varón.