¿Sabías que las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) juegan un papel esencial en el desarrollo económico, la creación de empleo y la reducción de la pobreza a nivel mundial? Por un lado, son el 90% de todas las empresas. Por el otro, generan entre el 60% y el 70% del empleo y representan hasta el 50% del Producto Interno Bruto (PIB).
En México, por ejemplo, las MIPYMES representan más del 99,8 % del total de empresas, generan más del 52 % del PIB y crean aproximadamente el 68 % del empleo formal. Estas cifras reflejan el papel de las MIPYMES como columna vertebral de la economía, especialmente en los países en desarrollo. Allí son esenciales para sostener los medios de vida de millones de personas, en particular de mujeres, jóvenes y comunidades vulnerables.
Desafíos persistentes para las MIPYMES
A pesar de su importancia, las MIPYMES enfrentan obstáculos significativos:
- Acceso limitado a financiamiento, especialmente en países de bajos ingresos.
- Baja digitalización y escasa adopción tecnológica.
- Vulnerabilidad ante crisis económicas y sanitarias, como se evidenció durante la pandemia de COVID-19.
El 41% de las PYMES en países en desarrollo considera que el acceso a financiamiento es un obstáculo grave, frente al 15% en países de renta alta. Los retos que enfrentan las mujeres son aún mayores. Solo el 30% de las PYMES formales en todo el mundo son propiedad y están dirigidas por mujeres. Las emprendedoras enfrentan numerosos desafíos para financiar, poseer y hacer crecer sus negocios, incluidos obstáculos legales y de políticas que dificultan la propiedad y el desarrollo empresarial.
Las PYMES propiedad de mujeres en los países en desarrollo no logran acceder al capital que necesitan; se estima que enfrentan un déficit de crédito cercano a 1,5 billones de dólares. Es prácticamente imposible iniciar o mantener un negocio sin acceso al capital.
Datos recientes de la Encuesta Nacional de Financiamiento de las Empresas (ENAFIN) 2024 en México constatan una brecha de acceso a algún crédito o financiamiento de 5,1 puntos porcentuales entre las empresas en las cuales una mujer fue dueña o socia mayoritaria (42.3%) respecto a las empresas en las que un hombre fue dueño o socio mayoritario (47.4%)
Cuatro acciones relevantes para apoyar a las MIPYMES son:
- Visibilizar su impacto en nuestras comunidades.
- Promover políticas públicas inclusivas que faciliten su crecimiento.
- Apoyar el consumo local y responsable.
- Fomentar la innovación y la sostenibilidad como motores de desarrollo.
El enfoque del BID: impulsar la innovación y apoyar a las emprendedoras
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha sido un aliado clave en el fortalecimiento de las MIPYMES en América Latina y el Caribe. En colaboración con la iniciativa Women Entrepreneurs Finance Initiative (We-fi), el BID apoya a las mujeres emprendedoras ampliando el acceso a productos y servicios financieros, fortaleciendo capacidades, expandiendo redes, ofreciendo mentorías y brindando oportunidades para vincularse con mercados nacionales e internacionales, además de generar evidencia sobre soluciones.
Un reporte reciente resume hallazgos clave sobre el apoyo al emprendimiento femenino en cuatro áreas: financiamiento, habilidades y redes, mercados y tecnología, y entorno habilitante. Destaca que los métodos alternativos de evaluación crediticia y los servicios financieros digitales mejoran el acceso a financiamiento; que la capacitación en habilidades es más efectiva cuando se adapta al tipo y tamaño de empresa; y que, aunque la capacitación digital crece rápidamente, su efectividad depende de la participación y relevancia del contenido.
Uno de los enfoques más recientes del BID es promover la transformación digital de las MIPYMES. La estrategia es ayudarlas a adoptar tecnologías que mejoren su productividad, reduzcan costos y amplíen su alcance comercial. La iniciativa Economía del Dato para PYMES ha sido clave para ayudar a un grupo de empresas a dar el salto hacia la digitalización, fortaleciendo su competitividad y acelerando su desarrollo en un mercado cada vez más exigente. Para las PYMES, esta transición representa una oportunidad única. Al digitalizarse, pueden redefinir sus modelos de negocio, optimizar operaciones y conectar con sus clientes de manera más eficiente.
Además, cabe mencionar que las Iniciativas de Paridad de Género (IPG) han impulsado y visibilizado programas y políticas públicas para acelerar el cierre de las brechas y la eliminación de las barreras que impiden que mujeres y hombres trabajen y emprendan en igualdad de condiciones en América Latina. Las IPG se destacan como una plataforma que conecta a líderes de los sectores público y privado, creando alianzas estratégicas que fomentan la empleabilidad y empresarialidad de las mujeres. Permiten a los países aprovechar el talento del 50% de sus poblaciones, impulsando tanto su crecimiento económico, como la rentabilidad de las empresas. Además, el enfoque intenta no solo enmarcar su beneficio en las mujeres, sino también en el efecto multiplicador que tienen en toda la sociedad.
Las MIPYMES no son solo negocios pequeños: son grandes motores de cambio. En un mundo que busca soluciones sostenibles, inclusivas y resilientes, apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas es apostar por un futuro más justo y próspero para todos.
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