Raro es el día que no encontremos noticias sobre cómo seguimos tratando a hombres, mujeres y quienes se identifican como personas no-binarias de manera diferente. Estos ejemplos nos recuerdan los desafíos pendientes de nuestras sociedades ante la búsqueda de la igualdad de género. La última publicación sectorial del BID, el Marco Sectorial de Género y Diversidad, cuantifica las brechas de género a las que se enfrenta hoy nuestra región. Son brechas profundas que abarcan muchos aspectos, como el económico, el social, el cívico y el político. En algunos casos, como la brecha salarial, los datos más recientes sugieren, incluso, que ha empeorado en la última década.
Queda mucho por hacer para alcanzar la equidad de género, por eso representa una de las prioridades estratégicas del Grupo BID. Los esfuerzos de BID Lab, el laboratorio de innovación del grupo BID, también reflejan estos objetivos en su labor diaria. Es por eso que en su 30 aniversario, hicimos un recuento de sus logros como un socio relevante y comprometido con la agenda de género de la región.
Igualdad de oportunidades en competencias digitales
América Latina y el Caribe ha progresado enormemente en la reducción de las brechas de género en educación y en habilidades y, más recientemente, en competencias digitales y STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés). BID Lab ha contribuido a este resultado apoyando el desarrollo de destrezas digitales a través de bootcamps de programación y programas similares. Estos vehículos desarrollan el capital humano y benefician a participantes y empleadores por igual, según un estudio del BID de 2019. Por ejemplo, la asociación de BID Lab con la ONG Laboratoria ayudó a más de 2.800 mujeres a desarrollar sus habilidades en programación. Esto ha contribuido a mejorar los resultados del mercado laboral y ha servido de modelo para otras empresas y ONG, según una evaluación del D-Lab del MIT.
Otros ejemplos del apoyo de BID Lab a los esfuerzos del sector privado para aumentar las competencias digitales de las mujeres incluyen el Programa Valentina, en Guatemala, y Reprograma, en Brasil. Además de reducir el déficit de competencias, ambos programas se dirigen específicamente a grupos en situación de vulnerabilidad o con un limitado acceso a oportunidades. En el caso de Brasil, por ejemplo, el programa se enfoca en la población LGBTQ+.
Igualdad de acceso a la financiación para las empresarias
El acceso de las mujeres empresarias a financiación ha avanzado significativamente en la última década.. Uno de los primeros esfuerzos importantes fue la asociación con los bancos de la región. A través de la iniciativa Women Economic Banking (weB), BID Lab, en colaboración con ONU Mujeres y BID Invest, financió el desarrollo de productos y servicios para mujeres empresarias en diferentes instituciones financieras.
El programa fue implementado entre 2012 y 2018 con fondos de cooperación técnica a través de 20 instituciones financieras. En dos de los casos, la financiación inicial dio lugar a capital adicional por parte de BID Invest, incluyendo la financiación para mujeres empresarias con Itaú-Unibanco, en Brasil, y un bono de género con Banistmo, en Panamá. WeB es reconocida por haber contribuido a acelerar la expansión de la financiación para mujeres empresarias en Lationamérica y el Caribe.
Así mismo, BID Lab ha colaborado con otros líderes mundiales que promueven iniciativas empresariales femeninas, como el programa 10.000 mujeres de Goldman Sachs, en Perú, que proporciona asesoramiento, tutoría y valiosas conexiones para las mujeres empresarias.
Oportunidades de liderazgo y emprendimiento
En las dos últimas décadas también se ha producido un aumento de la actividad empresarial entre las mujeres de la región. Por ejemplo, según los datos del Global Entrepreneurship Monitor, entre 2010 y 2022 se produjo un incremento del 8% en la actividad emprendedora total. Además, el porcentaje de mujeres que fundan o lideran empresas en etapa inicial también ha crecido significativamente. BID Lab ha contribuido a estos resultados con inversiones en aceleradoras de empresas, incubadoras y mediante el desarrollo de WeXchange, plataforma que ofrece un foro en el que las mujeres empresarias del sector tecnológico pueden ponerse en contacto con referentes, inversores y posibles financiadores.
WeXchange se encuentra ahora en su 11ª edición y ha ayudado a más de 2.700 mujeres emprendedoras en los campos STEM a acelerar sus negocios, establecer valiosas relaciones comerciales y acceder a financiación de riesgo y de otros tipos para sus startups. Estas inversiones previas son fundamentales para abordar las brechas de género en el liderazgo, que se encuentran entre las más destacadas en la actualidad, según un estudio reciente del Foro Económico Mundial.
Promover un enfoque interseccional del género
Esta revisión de la contribución de BID Lab a la temática de género no estaría completa sin considerar que la agenda de igualdad de género está hoy cada vez más vinculada a otras prioridades de desarrollo, como el clima y la diversidad. Este es el caso de uno de los primeros proyectos de adaptación en la región, el proyecto de adaptación del corredor seco en Guatemala. Este fue ejecutado junto con la Mancomunidad Copán Chortí, y abordó la seguridad alimentaria y la vulnerabilidad al cambio climático manteniendo un impacto significativo en cuestiones de género de forma paralela. Los datos de una evaluación de impacto de BID Lab muestran que el proyecto abordó uno de los retos sanitarios más importantes de Guatemala: las altas tasas de desnutrición entre las niñas. De igual forma, benefició enormemente a las poblaciones indígenas del corredor seco. Esta dimensión de interseccionalidad es fundamental para los proyectos en todas las nuevas agendas de desarrollo en las que está trabajando el laboratorio del Grupo BID, incluyendo el clima y la bioeconomía, la economía del envejecimiento, así como el desarrollo de soluciones digitales en inteligencia artificial (IA) y blockchain.
Ahora que BID Lab se prepara para los próximos treinta años, nos alienta el progreso experimentado por América Latina y el Caribe en las últimas tres décadas. La innovación ha desempeñado un papel central en la reducción y, en algunos casos, la eliminación de las brechas de género. Es algo que debería motivarnos para impulsar la agenda de género de cara al futuro, con la confianza de que es posible superar cualquiera de sus retos, por grandes que sean.
Leave a Reply