Los programas de trabajo con familias, mediante visitas y/o sesiones grupales, han mostrado impactos importantes en el desarrollo de los niños – tanto en el corto plazo a través de mejoras cognitivas y de lenguaje, como en la edad adulta, a través de un mejor desempeño académico y laboral.
Conceptualizar e implementar programas de este tipo desde cero puede resultar costoso y desafiante, especialmente considerando que existen numerosas experiencias en varios países de América Latina y el Caribe. Por eso, nos preguntamos si es posible diseñar estrategias que permitan mejorar los servicios existentes y elevar su calidad. En esta entrada, compartimos los resultados de la evaluación del programa Familia, Mujer e Infancia (FAMI), de Colombia. ¿En qué consiste el programa? ¿y cómo impacta en la vida de los niños? Te lo contamos a continuación.
FAMI: un programa para mejorar la crianza y el desarrollo de los niños en Colombia
FAMI es operado por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y atiende a más de una tercera parte de las familias con niños en situación de vulnerabilidad en sus primeros dos años de vida y a mujeres embarazadas. Ofrece sesiones grupales y visitas al hogar para mejorar prácticas de crianza e interacciones, además de fortalecer la autoestima y autoeficacia de las madres. Algunas de las estrategias utilizadas son espacios y actividades de juego y de lectura, láminas para promover la conversación y canciones.
Con el objetivo de fortalecer la implementación del programa, la Universidad de los Andes, en colaboración con Grand Challenges Canada, University College de Londres y la Fundación Éxito, diseñó, implementó y evaluó un paquete de mejoras. Estas incluyeron la incorporación de un currículum de actividades de juego estructuradas y materiales para desarrollarlas –entre ellos, libros, rompecabezas, bloques, objetos para clasificar y emparejar–, así como un programa de capacitación y acompañamiento continuo a las madres FAMI y las facilitadoras, por medio de tutoras (mentoras).
Además, se hicieron ajustes al contenido nutricional del programa, que incluyó la promoción de la lactancia materna y una adecuada alimentación complementaria. Durante más de 10 meses, 46 de 87 centros FAMI –seleccionados aleatoriamente– en los departamentos de Boyacá, Cundinamarca y Santander implementaron estos cambios.
Desarrollo cognitivo, del lenguaje y motor de los niños como principales resultados
Los resultados hablan por sí solos. El desarrollo cognitivo, del lenguaje y motor de los niños en los FAMI en los que se implementó el paquete mejoró con respecto a los que no recibieron cambios en el servicio: los impactos obtenidos en cognición equivalen a una disminución del 23 % de la brecha en desarrollo cognitivo entre hogares de diferentes niveles socioeconómicos en Bogotá. Asimismo, se observó una reducción de 5,8 puntos porcentuales en los niños con riesgo de retraso en talla. Además, al promover la autoeficacia, la autoestima y la formación de las madres, también se mejoraron las prácticas de crianza.
Los resultados demuestran que, al formar a los recursos humanos locales a cargo de la implementación de los servicios con herramientas claras, sencillas y estructuradas, es posible mejorar la calidad de los servicios y el impacto en las familias beneficiarias. Más aún si, como sucedió con las madres FAMI, ellas se muestran abiertas y receptivas a aprender e incorporar otras maneras de hacer las cosas, de la mano de una tutora que les ayude en los procesos de planificación y acompañamiento de forma permanente.
Programas de acompañamiento familiar: alto impacto a un costo relativamente bajo
Otra lección importante de esta experiencia es que el mejoramiento de programas como FAMI no es excesivamente costoso. En este caso, el costo adicional del paquete pedagógico y de la formación y acompañamiento fue del 40% del costo del modelo original de FAMI. Añadir a ello el componente nutricional doblaba el costo del programa. Dicho esto, dado el impacto positivo del programa, al comparar el costo de su implementación con relación a otros programas en el país –como la construcción de centros de desarrollo infantil o jardines sociales– resulta costo-efectivo.
La experiencia FAMI demuestra que es posible innovar a partir de programas existentes y lograr grandes transformaciones. Es necesario retomar y fortalecer estas prácticas, mejorarlas y estructurarlas de manera que los programas de atención a la primera infancia no dejen atrás a las familias más vulnerables. Una sencilla “caja de herramientas” con actividades, materiales y el adecuado acompañamiento puede cambiar la vida de muchos niños y lograr que ellos lleguen muy lejos.
¿Conoces experiencias similares en otros países de la región? ¡Cuéntanos en la sección de comentarios!
La vida familiar pertenece al mundo de las relaciones personales, las emociones y sentimientos, el altruismo y la solidaridad; constituyendo un espacio social para vivenciar los valores de la paz, la justicia y la democracia; en la familia, los niños y niñas podrían desarrollar lazos afectivos privilegiados que los llevarían a buscar la proximidad y el contacto con otros a través del tiempo
En ese sentido, es un desafío fomentar y generar condiciones para que las familias efectivamente puedan ser un medio privilegiado para el desarrollo de esos valores. Los padres deben poseer habilidades para ejercer una parentalidad adecuada para poder generar y coordinar respuestas (afecto, cognición, comunicación y comportamiento) flexibles y adaptativas a corto y a largo plazo ante las demandas asociadas a la realización de sus tareas vitales y generar estrategias para aprovechar las oportunidades que les brindan los contextos de desarrollo; por tanto, es necesario impulsar la formación de padres , un intento de acción formal con el objeto de incrementar la conciencia de los padres y la utilización de sus aptitudes y competencias parentales Desde una perspectiva socio-cultural, la familia es una realidad fundamental e insustituible para el desarrollo integral de las personas y la integración social de éstas, lo que se manifiesta en el significado que las personas otorgan a su grupo familiar en lo relacionado con el afecto, la gratuidad en sus relaciones, el sentimiento de pertenencia y de protección, la socialización primaria de sus miembros, la construcción de un sustrato económico y valórico, la satisfacción de sus necesidades de desarrollo personal e integración a la sociedad.
Así, la vida familiar pertenece al mundo de las relaciones personales, las emociones y sentimientos, el altruismo y la solidaridad; constituyendo un espacio social para vivenciar los valores de la paz, la justicia y la democracia. En ese sentido, es un desafío fomentar y generar condiciones para que las familias efectivamente puedan ser un medio privilegiado para el desarrollo de esos valores. Desde el análisis de género, la familia se conceptualiza como la institución primaria para la organización de las relaciones de género en la sociedad. Desde esa perspectiva, la familia no es percibida como una unidad armoniosa y consensual, sino más bien como un sistema de relaciones desiguales y en muchos casos de poder.
Hasta hoy los roles no se ven como simple o naturalmente dados y aceptados por la fuerza del consenso, sino más bien impuestos –de diversas formas- sobre los individuos y las colectividades por otros individuos y por el colectivo. Así, las jerarquías de género son creadas, reproducidas y mantenidas día a día a través de la interacción de los miembros del hogar. En este sentido, potenciar a la familia como un espacio en el que sea posible construir nuevas relaciones de género, requiere dar cuenta no sólo del cambio de la estructura familiar relacionado con factores económicos, políticos e ideológicos, sino también realizando los ajustes orientados a que el proceso de individuación se produzca desde la creatividad y diversidad necesarias para el establecimiento de relaciones más democráticas
Hola, felicidades, sería muy interesante que tambien conocierna el trabajo de visitas en zonas de alta incidencia delictiva en México, la experiencia en el Edo de Nuevo León es una gran experiencia. Se cuenta con un Manual de Visitas especializadas.
Se encuetra en la Dicercción para la Primera Infancia pertenenciente a la Secretaría de Iguald e Inclusión.
Como participan los padres o cuidadores varones? Me parece que hay un sesgo a cargar las acciones solo o especialmente a las madres.