A veces, cuando surge un desafío en un proyecto de desarrollo, parece ser que se necesita un superhéroe para resolverlo. Sin embargo, desde el BID nos hemos dado cuenta de que ningún individuo tiene todas las habilidades necesarias para resolver los problemas más complejos. Los proyectos de desarrollo financiados por el BID no se llevarían a cabo sin la creatividad, la innovación y la resolución de problemas de los equipos socios que operan desde las “agencias ejecutoras”. La capacidad de estos equipos en muchos casos puede marcar una diferencia clave en el éxito de un proyecto. Es por eso que estamos interesados en identificar los equipos de superhéroes que puedan compartir la narración de su experiencia para facilitar el aprendizaje colaborativo. A través de la convocatoria Superhéroes del Desarrollo, quisiéramos compartir historias como la siguiente:
“Estábamos llevando a cabo un programa de mejoramiento de barrios que comprendía siete barrios distintos. Aunque cada uno presentó alguna especificidad, en todos se apeló a la participación como mecanismo para destrabar conflictos y resolver dilemas, incluso cuando esto significó posibles demoras en la ejecución.
La participación comunitaria fue el mecanismo recurrente para enfrentar desafíos en el transcurso de la ejecución. Por ejemplo, en un principio se elegían delegados que integraban una comisión para decidir sobre los temas que afectaban a los barrios. El problema surgió cuando los delegados tenían que decidir sobre cuestiones que afectaban directamente las familias o los individuos, porque entonces costaba más que ejercieran su función de representación sin que prevaleciera la representación de sí mismos o de sus familias. Con ello, la Unidad Ejecutora resolvió apelar a mecanismos aún más inclusivos, donde todas las familias estuvieran representadas, para resolver temas sensibles como las relocalizaciones. La distribución de los lotes fue otra instancia en la que la participación fue fundamental. Por ejemplo, al principio, se hacía en los escritorios de la unidad, siguiendo un criterio técnico. Luego se les mostraba a los vecinos la propuesta de loteo, quienes la aprobaban. El problema surgía cuando iba el agrimensor al terreno, quien por ejemplo solicitaba que un cerco se corriera un metro, de acuerdo con lo planificado. ‘Yo vi el plano, pero me imaginé otra cosa’, era una respuesta habitual. Esto llevó a la Unidad Ejecutora a cambiar de metodología. Se empezaron a hacer entonces talleres participativos de loteo, en los que la Unidad Ejecutora explicaba cuáles eran reglas fijas y cuáles flexibles. Esta metodología llevaba mucho más tiempo, pero una vez implementada no encontraba resistencia ni generaba malentendidos.
El último proyecto enfrentó una situación más compleja. La intervención en un barrio precario significaba relocalizar familias. La Municipalidad tenía un terreno apto para tal fin por cercanía y zonificación. Era un terreno lindero a un barrio de clase media, sobre una avenida que empalma con la autopista y lleva al sitio donde se libró una histórica batalla en 1813.
Los vecinos del barrio se oponían a la mudanza o relocalización de los vecinos de la villa en el terreno municipal, pero la Municipalidad tenía entera potestad para relocalizarlos, y ya había conseguido el acuerdo para hacerlo. Pero los vecinos del barrio empezaron a organizarse en contra de la medida. Redactaron notas, hicieron reuniones y buscaron argumentos técnicos para que no se construyeran las nuevas viviendas.
Aunque la Municipalidad podía continuar con la relocalización, y estrictamente no necesitaba consenso, avanzar sin más podría haber significado un potencial conflicto. Por ello, el equipo volvió a apelar a la participación como mecanismo para resolver diferencias y generar acuerdos. La Municipalidad organizó reuniones con vecinos de ambos barrios y buscó factores de encuentro. La idea que surgió fue apelar a los símbolos patrios y a una historia común de la que la comunidad se enorgullece que tuvo lugar a pocos kilómetros de la ciudad. Una ordenanza municipal proponía dotar a una avenida de connotación histórica. La Municipalidad consiguió materiales y una fábrica cedió uno de sus paredones para que los vecinos de ambos barrios hicieran colectivamente un mural cerámico (una bandera de más de 300 metros), cuya ejecución duró varios meses, y en la que participaron escuelas del barrio, con niños de las familias que serían relocalizadas y niños del barrio de clase media. Comprometer a todos en un tema común y suscitar la participación y el encuentro fue la forma de conciliar a las dos partes y de evitar el potencial conflicto.”
Puedes leer más sobre esta historia y otras parecidas en la publicación ¿Y Tú Qué Harías?
Las lecciones aprendidas
Esta historia tiene muchas lecciones aprendidas que podrían ser beneficiosas para otros proyectos que están pasando por el mismo desafío. Algunos de los principales aprendizajes que podrían ser replicados son:
- Ante los conflictos, mayor participación. Los conflictos de intereses en cada comunidad ante las decisiones que afectan a cada familia (adjudicación de soluciones habitacionales, traslados, corrimientos o beneficios sociales) se procesaron con la mayor participación posible, convocando a los afectados, transparentando los intereses de cada sector y promoviendo una mediación y negociación que permitiera no solo completar el proyecto sino fortalecer la generación de redes y la sostenibilidad futura de la vida comunitaria. Hay que confiar en la participación de la comunidad, y preservar para los técnicos el rol de conducción de estos procesos.
- La comunicación efectiva y temprana es vital para la gestión de interesados. En este sentido, identificar a todos aquellos que van a ser afectados por el proyecto, analizar sus intereses y desarrollar estrategias para informar y alinear los mismos con los intereses del proyecto es un trabajo esencial. En futuros proyectos, es importante tener en cuenta los componentes de comunicación para un adecuado manejo de las expectativas.
- Los proyectos de mejoramiento del hábitat son complejos y pueden generar conflictos no anticipados. Explorar interacciones novedosas y colaboraciones lúdicas puede abrir caminos de diálogo necesarios para la resolución de los conflictos.
Como esta historia, muchas
Con esta historia queremos transmitir el entendimiento que manejar proyectos de desarrollo no es tarea simple. El Banco Interamericano de Desarrollo financia alrededor de 600 operaciones al año. Cada uno de estos proyectos cuentan por lo menos con 4 personas, incluyendo el gerente del proyecto, el fiduciario, el financiero y el técnico, es decir tenemos más o menos 2.400 personas con equipos tratando de implementar y de resolver problemas complejos que para ellos son únicos y para los cuales muchas veces no ven oportunidades de solución alguna.
Es por esto que el BID ha lanzado el concurso “Superhéroes del Desarrollo”, que busca conocer y dar visibilidad a las historias como la de la introducción para extender el impacto del aprendizaje colaborativo, mostrando cómo se han superado los desafíos que surgen durante la vida de un proyecto; por ejemplo, cómo se ha reconocido un potencial riesgo o una gran oportunidad de innovación para optimizar la ejecución y que permita “mejorar vidas” en América Latina y el Caribe.
Buscamos más superhéroes del desarrollo para compartir su aprendizaje colaborativo
¿A quiénes está dirigido el concurso?
¡Queremos saber quiénes son los Superhéroes del Desarrollo en nuestra región! De este modo, también queremos capturar y diseminar las historias que ejemplifiquen las buenas prácticas y soluciones innovadoras. Es por esto que el concurso “Superhéroes de Desarrollo” está dirigido a proyectos del BID en ejecución con garantía soberana y cerrados cuyo último desembolso haya ocurrido desde el 01 de enero de 2016 a la fecha. Accede a nuestra página y entérate de los criterios.
Los finalistas van a presentar su solución en septiembre, en Washington, D.C.
¿Cómo funcionará el concurso?
- Se hace una convocatoria abierta a todos los equipos de proyectos en ejecución (o cerrados en los últimos tres años), para que presenten la “historia del desafío” (en formato de “2-pager”).
- Selección de cinco finalistas, quienes participarán en una “semana de conocimiento” en la Sede del BID en Washington, DC, con la participación de los equipos de los cinco proyectos finalistas e intercambio con personal de los Departamentos del BID.
¿Cuáles son las fechas clave del premio?
30 de julio: Se cierran las postulaciones
17 de agosto: Se anuncian los finalistas
25 de sept: Los finalistas viajan a Washington D.C. para participar de la Semana del conocimiento y la ceremonia de premiación
Jessica Velasquez Dice
Cuando anuncian los resultados y a los finalistas del concurso “Superhéroes del Desarrollo” que tenía como fecha importante el 17 de agosto?
Open Knowledge (admin) Dice
Estimada Jessica, los finalistas del concurso han sido anunciados aquí:
https://www.iadb.org/es/noticias/bid-anuncia-los-finalistas-del-premio-superheroes-del-desarrollo
Saludos,
Michelle