Más de 40 jóvenes líderes de las Américas han participado ya en el Fellowship OEA de Gobierno Abierto, un programa que combina la capacitación en liderazgo y la oportunidad de diseñar proyectos innovadores con un espacio donde se forman redes de contactos en Gobierno Abierto en las Américas. Es la única iniciativa regional que trabaja de forma sistemática con la siguiente generación de líderes de la administración pública, la sociedad civil y el sector privado con el objetivo de incentivar el intercambio de estrategias y la cooperación regional en Gobierno Abierto. Al lanzarse la tercera edición del Fellowship, ¿qué lecciones nos ha dejado esta experiencia hasta ahora?
1 Los frutos deben cosecharse con paciencia
En muchos contextos institucionales hay una tendencia a esperar resultados casi de inmediato, a veces porque el financiamiento de un proyecto depende de los resultados que pueda mostrar a corto plazo. Sin embargo, quienes trabajan en capacitación saben que se necesita tiempo para que las cosas crezcan y se desarrollen.
Los fellows no sólo son los protagonistas del programa, sino también su recurso más valioso. Obtener los proyectos más innovadores para mejorar el gobierno requiere invertir tiempo y recursos en quienes luego impulsarán esas iniciativas, aunque el fruto de las ideas se vea más adelante.
2 La diversidad es clave para un intercambio de conocimiento enriquecedor
Aunque en el Fellowship poco es improvisado, mucho sí resulta ser un experimento. Esto, por definición, implica la posibilidad de fracasar en varias etapas del programa. Por ende, existe siempre la tentación de tomar el camino seguro para obtener los resultados esperados.
En el proceso de selección de candidatos, por ejemplo, el camino seguro implicaría apostar por quienes tienen un potencial alto, con una preparación destacada y que pueden presentar los resultados de vanguardia en la materia. Sin embargo, al incluir minorías, con experiencias y orígenes diversos, se genera un proceso de intercambio mucho más rico, aunque exista tensión cuando, de una forma u otra, haya que reconciliar las expectativas de los participantes en cada etapa del programa.
La naturaleza de “experimento” ha demostrado que la diversidad de puntos de vista y experiencias de los fellows no sólo nutre los resultados del programa, sino que obliga a los participantes a obtener nuevas perspectivas de una manera irreversible.
3 Lo más importante pasa cuando nadie mira
Aunque los seminarios y proyectos del Fellowship se llevan la mayor parte de la atención, a veces lo esencial está en lo que los propios fellows llaman las “colaboraciones silenciosas”. En este sentido, la red que ellos generan les sirve para apoyarse mutuamente intercambiando experiencias, ideas, herramientas y contactos, que a su vez generan más proyectos y resultados.
Por ejemplo, el Laboratorio de Innovación de Xalapa (LABIX), la apertura de todos los datos de registro inmobiliario del municipio de São Paulo y la organización del Primer Encuentro Brasileño de Gobierno Abierto son cooperaciones entre los fellows que surgieron de su participación en el programa.
4 La colaboración vs. la invención de la rueda
La colaboración es uno de los imperativos principales del Gobierno Abierto. Desde el inicio del programa se trabaja con muchas organizaciones de manera fructífera. Muchas veces, la diversidad de intereses institucionales limita las posibilidades de cooperación, pues en algunos contextos persiste un fuerte incentivo de llevar a cabo iniciativas propias que resultan ser paralelas. Aunque las razones pueden ser muy válidas en cada uno de los casos, nos arriesgamos a duplicar esfuerzos o se pierde la posibilidad de generar sinergias y aprovechar mejor los recursos limitados.
Una medida para concertar la colaboración y complementar las iniciativas, puede ser convertir el programa en un “Fellowship multilateral” o simplemente un “OpenGov Fellowship”, para que sea más atractivo unirse a una idea existente en vez de “volver a inventar la rueda”.
5 Cuando falta el último aliento
El desafío más grande para el Fellowship es que como organizadores, iniciamos un proceso prometedor, pero al final carecemos de recursos para ofrecerles a los participantes el recorrido entero. Durante seis meses los apoyamos para desarrollar proyectos concretos de Gobierno Abierto –con capacitación, tutoría y oportunidades de presentar sus ideas ante un público amplio–, pero nos falta aún la posibilidad de brindarles el “capital semilla”, que en muchos casos es clave para pilotear o implementar los proyectos.
Mientras algunos equipos no requieren de este capital o logran conseguirlo por su cuenta, en muchos casos perdemos el “momentum” y quedan por el camino un semillero de buenas ideas que no logran implementarse. De la velocidad con la que encontremos una solución a este reto dependerá el impacto que el programa como tal pueda alcanzar para beneficiar a la región y la gestión del Gobierno Abierto.
Para dar cabida a estas necesidades e ideas tan diversas, más que un curso o un programa tallado en piedra, el Fellowship es lo que los participantes hacen de él: es una plataforma regional participativa para intercambiar conocimientos, desarrollar iniciativas innovadoras y aprender juntos en el proceso.
¿Tienes ideas cómo podemos seguir mejorando el programa? ¡Compártenos tus experiencias y propuestas sumando tu comentario abajo! Si te interesa ser parte de la comunidad de fellows, puedes postularte todavía hasta el 19 de marzo a la edición de 2017.
Por Matthias Jaeger, coordinador del Fellowship OEA y consultor del Departamento para la Gestión Pública Efectiva de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Dlozano Dice
Excelente nota y muy buen programa, debrian ampliar las plazas