Por: Elsa Marie D’Silva de Safecity
Según la ONU, una de cada tres mujeres, o el 35% de las mujeres de todo el mundo, sufren violencia sexual o física. Sin embargo, los datos de algunos países alcanzan cifras de hasta el 70%. La ONU también afirma que menos del 40% de las mujeres que son víctimas de violencia buscan ayuda. La mayoría de las niñas o mujeres no hablan de este tema por muchas razones: miedo a la sociedad, tradición cultural, tendencia a culpabilizar a la víctima, miedo a la policía, procedimientos formales complejos, etc.
En relación a América Latina y el Caribe, en esta región, mueren en promedio 12 mujeres al día por violencia de género. Por otro lado, el acoso en espacios públicos es sumamente frecuente (como se vio con la campaña de Twitter #MiPrimerAcoso en México), sin embargo, la información al respecto es escasa. Para entender la envergadura de este problema en la región, podemos referirnos al reporte de Thomson Reuters sobre los sistemas de transporte público más peligrosos para las mujeres en el mundo, en el cual Bogotá, Ciudad de México y Lima ocupan los primeros tres puestos.
El bajo índice de denuncias hace que estos datos no lleguen a ningún destinatario; consecuentemente, los responsables cada vez se sienten más fuertes y las agresiones acaban siendo aceptadas como algo cotidiano. Cuanto más escasas sean las estadísticas oficiales, menos visibilidad tendrán estas situaciones y no existirá una representación real del problema. Esto también afecta a las políticas públicas, ya que si no se tienen datos, tampoco se buscan posibles soluciones. Por lo tanto, tenemos que romper con el silencio y documentar cada caso de acoso y maltrato en espacios públicos para encontrar las soluciones más eficaces en cada barrio.
Un ejemplo de cómo romper con este silencio es la historia de Safecity, una aplicación india que genera datos abiertos para localizar dónde ocurren estos abusos y frenar la violencia contra las mujeres. En la India, las mujeres están expuestas a altos niveles de violencia de género. Cada 15 minutos ocurre una violación, y, como señala Shaan Khan, estas estadísticas solo tienen en cuenta los abusos que se denuncian. Todavía existen muchos otros casos que nunca salen a la luz.
Veamos cómo se está aumentando la visibilidad de este problema:
1 Un mapa colaborativo para evitar abusos sexuales
Safecity es una plataforma que recopila historias personales de agresiones sexuales y violaciones en espacios públicos mediante crowdsourcing. Permite a las mujeres denunciar qué ocurrió, cuándo ocurrió y dónde ocurrió. Estos datos, se añaden como puntos peligrosos en un mapa para identificar tendencias a nivel local. La idea es que estos datos sean útiles tanto para las personas como para las comunidades y la administración local, con el objetivo de identificar factores que puedan provocar comportamientos que generen violencia y pensar en estrategias para solucionarlos. Desde su lanzamiento el 26 de diciembre de 2012, Safecity ha recopilado más de 10.000 historias en más de 50 ciudades de la India, Kenia, Camerún y Nepal.
Compartir historias de forma anónima, agruparlas en tendencias, ofrecer notificaciones y alertas, y mostrar solidaridad mediante la sección de comentarios permite a la gente estar al tanto de la situación de “seguridad” de una zona y tomar las mejores decisiones para sí mismos. Por ejemplo, pueden decidir a qué hora visitar un lugar, el método de transporte que utilizar, si necesitan compañía de alguien o incluso la ropa que llevar.
2 Búsqueda de soluciones
En una zona de Nueva Delhi, las mujeres no tenían acceso a baños públicos y sufrían agresiones sexuales cada vez que tenían que hacer sus necesidades en espacios abiertos. Sin embargo, Safecity descubrió que sí había baños públicos, pero estaban cerrados. Con esta información, presionaron a las autoridades locales para que abrieran los baños y garantizaran su mantenimiento. La petición se tuvo en cuenta y finalmente se aprobó dada la gran cantidad de datos que se recogieron con la aplicación. De lo contrario, las autoridades de la India suelen mostrarse incrédulas ante los problemas que les presentan las comunidades de la región.
En la ciudad de Kibera, en Kenia, donde Safecity también utiliza el crowdsourcing para recopilar datos, había un grupo de hombres que esperaba a las chicas que iban a la escuela para agredirlas verbal y físicamente. Gracias a los datos de la aplicación, a las chicas se les ocurrió una intervención muy sencilla: escribieron mensajes diciendo “Respetad a nuestras chicas” en papeles que mostraron en uno de los lugares en los que los jóvenes agresores solían merodear. Para evitar la vergüenza de enfrentarse a ellas, muchos de estos acosadores han dejado de frecuentar el lugar desde entonces.
A menudo, los problemas son distintos dependiendo del lugar. Geolocalizar dónde ocurren permite a los activistas intervenir según las necesidades específicas de cada ubicación.
3 Qué impacto ha tenido hasta ahora
Recopilar datos mediante crowdsourcing ha transformado nuestras comunidades para aumentar la seguridad de las mujeres. Por ejemplo, la policía de Mumbai cambió el horario en que patrullaba y aumentó la vigilancia; las autoridades de transporte crearon licencias de autobuses solo para mujeres en Katmandú; la policía de Mumbai, Delhi, Goa y Pune reciben informes de tendencias cada mes con los datos de Safecity; el programa educativo Parivartan de la policía de Delhi ha integrado un taller para la concienciación sobre el abuso sexual infantil. Con esta colaboración específica, llegamos a más de 600 familias, entre las que hay 300 chicas.
4 Una solución que se puede exportar
Existen otros lugares en los que aplicaciones como Safecity también trabajan para fomentar la colaboración a fin de evitar el acoso y la violencia contra las mujeres. En Palestina está el Ramallah Street Watch; en el Líbano, las mujeres pueden denunciar abusos en el mapa Resist Harrasment Lebanon; en Quito, las mujeres pueden reportar acoso sexual en el transporte público a través de la plataforma móvil “Bájale al acoso“; y en Bogotá y en Ciudad de México existen aplicaciones móviles para reportar puntos inseguros. Con esa información, posteriormente pueden generarse mapas para visibilizar los lugares más peligrosos.
Estos tipos de aplicaciones fomentan la participación y el compromiso de los ciudadanos para crear entornos más seguros. Según explica la profesora Carolyn Whitzman de la Universidad de Melbourne, estas aplicaciones permiten democratizar los espacios públicos. Utilizar la tecnología para generar mapas, permite a los ciudadanos, desde saber dónde aparcar sus bicicletas, hasta generar conocimientos que puedan cambiar o salvar la vida de alguien.
¿Crees que América Latina y el Caribe se podría beneficiar de utilizar el crowdsourcing para luchar contra la violencia de género? Dinos lo que piensas en los comentarios de abajo.
CARMEN SANCHEZ Dice
Me parece muy interesante el uso de esta herramienta , seria bueno saber como podemos tener acceso y capacitación para su uso. Sobre todo en ciudades como las nuestras donde cada vez es mas difícil para las mujeres gozar del espacio publico.
Christy Dice
Interesante el artículo, vivo en la ciudad de Lima y realmente es una ciudad bastante insegura, sobre todo en los conos.
Me gustaría saber si la herramienta a la que hacen referencia la tendremos disponible pronto, sería de enorme ayuda para nosotras.
Saludos
Open Knowledge (admin) Dice
Hola Christy, muchas gracias por tu comentario. Safecity por el momento no está diponible en la región. Sin embargo, como se menciona en el blogpost hay aplicaciones similares que se están replicando a lo largo de América Latina y el Caribe. Te compartimos como referencia algunos productos de conocimiento del BID que abordan este tema junto algunos estudios destacados para el caso de Lima:
– En esta publicación del BID, puedes conocer distintas apps disponibles alrededor del mundo para reportar puntos inseguros y sistemas inteligentes de transporte que promueven la igualdad de género.
– Puedes acceder aquí detalles de la red de ciudades latinoamericanas “Transport GenderLab: Banco de iniciativas para la integrar la perspectiva de género en el transporte” lanzada en marzo de 2017.
– En esta nota técnica del BID se estudia el transporte público desde una perspectiva de género para los casos de Asunción y Lima.
¡Saludos!
Mirtha Melgarejo Cazal Dice
Me parece muy interesante su aplicación. Seria bueno conocer mas detalles sobre su posible uso y aplicación . Sobre todo en países como el nuestro en donde la gran mayoría de las ciudades, sobre todo las periurbanas se vuelven cada vez mas inseguras, siendo las mujeres en mayor porcentaje las víctimas de la inseguridad.