Resulta sorprendente que quienes día a día intentan resolver problemas sociales básicos carezcan de los conocimientos necesarios para sistematizar y universalizar las soluciones encontradas. Afortunadamente, cada día surgen nuevas iniciativas que tratan de simplificar y divulgar este tipo de conocimientos con la esperanza de que las soluciones se multipliquen y sean aplicadas por más personas.
Uno de estos movimientos es Design for Change (Diseño para el Cambio), que comenzó con la idea de infundir en los niños la confianza en sus capacidades al enseñarles el pensamiento de diseño como enfoque para imaginar y diseñar un mundo mejor.
Las cuatro fases: sentir, imaginar, hacer y compartir
El proyecto comenzó cuando la Escuela Riverside de Ahmedabad (India) convocó un concurso para que los niños de las escuelas diseñaran e implementaran soluciones para problemas que les afectaban en la escuela o su comunidad. La Escuela Riverside diseñó un kit de herramientas conceptuales con cuatro etapas –sentir, imaginar, hacer y compartir– que explicaron en más de 17 idiomas en diferentes escuelas en India.
El primer año se recopilaron más de 700 historias de cambio en ciudades y aldeas. Durante los últimos cinco años el kit de herramientas se ha dado a conocer en todo el mundo y hasta la fecha se han recopilado más de 10.000 historias inspiradoras de todos los rincones del planeta.
Pequeños visionarios, grandes soluciones
Los niños son el eje de esta iniciativa porque son ellos quienes crean y difunden las soluciones y quienes involucran a sus comunidades para implementar la solución. Por ejemplo, en 2009 un grupo de niños de 10 años de Rajastán, India reunió a la gente de su aldea para aplicar algunas ideas sencillas y eficaces para recolectar agua de lluvia. Y en 2012, unos niños de 13 años de la secundaria Emiliano Zapata de México decidieron que su escuela necesitaba una plaza cívica y lograron unir a toda la comunidad de Los Timbres para construirla con ellos.
En cada uno de estos casos los niños abordaron problemas que los afectaban directamente. Sus ideas ya no eran pequeñas ni insignificantes. En los últimos cinco años, Design For Change se ha extendido a más de 30 países y 400.000 niños que han liderado más de 650 campañas de concientización, han ahorrado más de 480.000 litros de agua, creado más de 100 bibliotecas, construido más de 750 sanitarios en las aldeas y enseñado a 1.900 adultos a leer y escribir.
Cada año, Design for Change recopila historias de éxito del concepto YO PUEDO (I CAN) del mundo entero y las publica en su sitio web. Estas historias dan ejemplos reales de los cambios que pueden replicar en sus propias comunidades. El contenido del sitio web es de libre acceso para que todos puedan usarlo y ponerlo en práctica en cualquier lugar del mundo. Gracias a la extraordinaria participación de niños de todo el planeta, DFC ha logrado simplificar el proceso de diseño y hacer que todos podamos aprender, replicar y universalizar las soluciones locales a problemas básicos. Es un movimiento que nos pide ser empáticos y que tengamos el valor de convertir esa empatía en acción.
¿Conoce otros ejemplos de iniciativas de cambio en América Latina y el Caribe?
casinority es Dice
Estas historias me parecen increíbles. La idea de Diseño para el Cambio me parece fascinante.