La necesidad de cuidados es universal. Todas las personas hemos sido cuidadas y, en algún momento, cuidaremos de alguien más. Reconocerlo es clave para construir una agenda que impacte positivamente el desarrollo social y económico.
En términos económicos, el valor del cuidado no remunerado es significativo. En México, representó el 26,3% del producto interno bruto (PIB) en 2023, con las mujeres contribuyendo el 18,9%. Este impacto es mayor al promedio global del 9% del PIB. Sin embargo, los sistemas de cuidados aún presentan desafíos. Algunos ejemplos son la desigualdad en la distribución de responsabilidades, la falta de protección laboral y un sistema insuficiente para atender la creciente demanda de cuidados, especialmente en el envejecimiento de la población.
Retos para atender la creciente demanda y garantizar mejores condiciones de cuidados en México
Sobrecarga de cuidados en mujeres
Una publicación reciente del BID (2024) muestra que, en promedio, las mujeres de la región son responsables del 71% de las horas destinadas al cuidado de los demás y el 77% de las horas dedicadas a tareas del hogar no remuneradas. México no es la excepción. Según la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) 2022, el 75,1% de quienes proporcionan cuidados son mujeres, dedicando un promedio de 37,9 horas semanales frente a las 25,6 horas de los hombres. Esta desigualdad limita su acceso a oportunidades laborales, educativas y de desarrollo personal.
La llegada de un hijo representa un punto de inflexión. Las mujeres mexicanas enfrentan reducciones de 20 a 40 puntos porcentuales en su participación laboral y caídas en ingresos de hasta el 30%. Muchas reportan no poder trabajar porque no tienen acceso a servicios de cuidado para hijos o personas mayores, lo que perpetúa la desigualdad de género.
Impactos en la salud y economía
La sobrecarga de cuidados afecta negativamente la salud física y emocional de las mujeres. Según la ENASIC, el 35,4% de las cuidadoras expresó cansancio o disminución del sueño, el 16,3% reportó síntomas de depresión y el 12,7% problemas de salud física.
Además, la falta de apoyo en los cuidados reduce el potencial económico de las mujeres. Un estudio muestra que México podría incrementar su actividad económica en un 25% si las mujeres participaran en la fuerza laboral en igualdad de condiciones que los hombres, generando más de USD 390 mil millones adicionales, según el Milken Institute.
Falta de profesionalización y formalización
El 85% de las cuidadoras familiares en México no tiene formación formal. La profesionalización es clave, ya que mejora los ingresos, reduce el estrés y garantiza cuidados de mayor calidad. Sin embargo, el país aún enfrenta un déficit en programas de formación y certificación laboral en este sector.
Transformando desafíos en oportunidades
México tiene la oportunidad de liderar la agenda de cuidados en la región. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) colaborará para avanzar en la creación de un Sistema Nacional de Cuidados (SNC), estrategia clave para cerrar brechas de género y fomentar el crecimiento económico, destacando su compromiso de apoyar al país en este esfuerzo estratégico.
Para ello, se deben considerar algunas recomendaciones:
- Construir sistemas integrales de cuidados: esto implica ampliar la cobertura de servicios de cuidado infantil, garantizar atención a largo plazo para personas mayores y distribuir equitativamente los costos entre toda la sociedad.
- Eliminar barreras para las mujeres: es necesario abordar los obstáculos que limitan su participación económica, como la falta de servicios de cuidados accesibles y de calidad.
- Redistribuir responsabilidades de cuidado: promover la participación activa de hombres en las tareas de cuidado y cambiar normas sociales que relegan estas responsabilidades a las mujeres.
- Profesionalizar y formalizar el trabajo de cuidados: invertir en formación y certificación laboral genera empleo formal, mejora las condiciones de trabajo y eleva la calidad de los servicios.
Cuidados, una agenda estratégica y prioritaria
Los cuidados son más que un reto: son una oportunidad para cerrar desigualdades sociales, impulsar la economía y mejorar el bienestar de la población. Invertir en esta agenda representa un círculo virtuoso de desarrollo.
México, con el apoyo del BID y su experiencia en la región, puede liderar un cambio estructural que garantice el acceso a cuidados de calidad y fomente la equidad de género. Es el momento de los cuidados, no solo para cerrar brechas sociales, sino también para construir un futuro más justo y próspero.
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