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A Ana Nidya, funcionaria desde hace más de 7 años en un Ministerio de Educación y Cultura en la región de América Latina y el Caribe (ALC), le encantaría fortalecer sus competencias de inteligencia emocional, mientras que Juan, profesor de secundaria residente en Perú, prefiere mejorar sus habilidades de comunicación en entornos digitales, ya que la educación ha cambiado mucho debido a la pandemia y la tecnología es una herramienta básica para hacer más efectivo su trabajo.
Está claro que cuando hablamos de aprendizaje, cada individuo tiene necesidades diferentes y los casos de Ana Nidya y Juan, son tan solo una breve muestra de la gran diversidad de necesidades de formación que existen en la región de ALC. En el 2020, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) realizó dos encuestas virtuales a sus seguidores en redes sociales y a los participantes de sus cursos en la #AcademiaBID, esto con el fin de obtener una muestra que nos acercara a entender las necesidades de aprendizaje de la región. En este artículo compartimos las principales conclusiones y recomendaciones emanadas de esa encuesta.
Necesidades de aprendizaje en la región por tipo de competencia
Según el Programa para la Evaluación Internacional de Competencias de Adultos (PIAAC), existe una creciente demanda de las competencias digitales y blandas para el mundo laboral actual. Pero ¿a qué se refieren estas competencias?
- Las competencias digitales utilizadas en nuestra encuesta se definen como el conjunto de conocimientos y habilidades necesarias para el uso seguro y eficiente de las redes y los dispositivos digitales. Tienen como objetivo acceder, analizar y administrar las tecnologías de la información y comunicación.
- Las competencias blandas se relacionan con las habilidades personales tales como la autoconfianza, la autodisciplina y la autogestión, así como las habilidades sociales como el trabajo en equipo, la comunicación y la inteligencia emocional.
Como resultados relevantes podemos destacar que las encuestas realizadas por el BID nos muestran que, a nivel regional, la competencia digital más importante es la de “Comunicación y colaboración en entornos digitales”, que se refiere a la capacidad para interactuar, comunicarse y colaborar a través de tecnologías digitales, así como a conocer la diversidad cultural y generacional, y participar en la sociedad a través de servicios digitales públicos y privados. Paralelamente, la competencia blanda que más interesa dominar es la “Inteligencia Emocional” que hace referencia al conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emocionales.
Debemos mencionar que, como es de suponer, las necesidades formativas cambian según las regiones y sectores. Por ejemplo, Perú sigue la tendencia de considerar a la “Comunicación y colaboración en entornos digitales” como la competencia más necesaria para ser aprendida, en comparación a México, donde la “Resolución de problemas en entornos digitales” es considerada de mayor importancia.
Tendencias en la demanda de habilidades digitales en América Latina y el Caribe
Fuente: El BID te escucha: una iniciativa para que nuestras audiencias nos cuenten qué quieren aprender
En lo que respecta a las competencias blandas, Colombia se aleja de la tendencia haciendo de la competencia “Comunicación oral y escrita” la más demandada, lo que difiere con países como Perú y México, en donde se apegan a considerar que la “Inteligencia emocional” es la competencia blanda de mayor peso.
Tendencias en la demanda de habilidades blandas en América Latina y el Caribe
Fuente: El BID te escucha: una iniciativa para que nuestras audiencias nos cuenten qué quieren aprender
Necesidades de aprendizaje en la región por sector de trabajo
Si revisamos la diferencia entre los sectores público, privado y los trabajadores independientes, se hace evidente que los trabajadores independientes buscan fortalecer habilidades que promuevan el uso adecuado del tiempo y la claridad en sus mensajes. Esto se ve representado en que las competencias de “Autogestión” y “Comunicación oral y escrita” son su prioridad. En cambio, en los sectores privados y públicos, donde se trabaja bajo un concepto de supervisión, buscan fortalecer habilidades de “Inteligencia emocional” y de “Trabajar en equipo” en un mayor grado.
También hay que destacar que en respuesta a la pregunta abierta ¿Qué quieres aprender?, se puede concluir que la audiencia tiene mucho interés por la “Gestión de proyectos” así como la “Ciencia de datos”.
Nube de palabras en torno a las necesidades de competencias y habilidades en América Latina y el Caribe
Fuente: El BID te escucha: una iniciativa para que nuestras audiencias nos cuenten qué quieren aprender
Al igual que lo que sucede con las competencias, hay variaciones en las respuestas dependiendo de la región y el sector al que se dediquen los interesados. Por ejemplo, aquellos que se dedican al microemprendimiento muestran un mayor interés por formarse en “Finanzas” y “Desarrollo”. Mientras que aquellos que se dedican al sector de la innovación y tecnología, muestran interés en temas como “Big Data” o “Innovación”.
¿Qué sigue por hacer?
Los resultados obtenidos a través de las encuestas nos muestran algunas de las competencias más importantes en la región disgregadas por edad, sector de actividad, país, género y otras variables demográficas. Esta información nos da un panorama más certero para entender qué quieren aprender nuestras audiencias, y por tanto va a ser clave a la hora de orientar la estrategia y toma de decisiones para crear nuestros cursos y la oferta formativa de la #AcademiaBID.
El análisis completo de la encuesta y de esta investigación se ha recogido en la publicación “El BID te escucha: una iniciativa para que nuestras audiencias nos cuenten qué quieren aprender”, en la que se recopila con más detalle qué competencias y temas son los que resultan más interesantes según los diversos países y profesiones en América Latina. Te invitamos a visitarla y a informarte más al respecto.
Escrito por Beatriz Velasco y Nicolás Jaramillo del BID.
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