Por Raquel Scarpari y Adam Ratzlaff*
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¿Es efectivo combatir el racismo con acciones de discriminación positiva? Aunque con críticas iniciales, en los últimos años muchos países de América Latina han implementado políticas de acción afirmativa en la administración pública y las universidades, una tendencia creciente. Su diseño e implementación pueden ser complicadas, de ahí la importancia de prestar atención a las sugerencias y lecciones aprendidas a lo largo del camino. Este es nuestro top cinco:
- Los objetivos, claros desde el principio: Los más críticos con las políticas de acción afirmativa a menudo apuntan como razón a que lo que se hace es crear y fortalecer una élite minoritaria que acapara la mayor parte de los beneficios de estas políticas. Si bien esto ha sido el caso en algunos países, como Malasia, muchos otros no han tenido este problema gracias a medidas como la ley de cuotas de la Universidad Federal de Brasil, dirigida específicamente a graduados de escuelas secundarias públicas, un indicador de población con ingresos bajos y medios, y que luego reserva una parte de estas plazas para los afrobrasileños.
- Las recetas únicas para todos no funcionan: De hecho, tener un enfoque único a la hora de implementar políticas de acción afirmativa puede tener consecuencias negativas. Las diferencias demográficas que existen entre estados y municipios de un mismo país pueden hacer muy difícil establecer cuotas de tipo nacional, ya que mientras en algunas zonas la cuota puede ser considerada minúscula, en otras puede ser imposible de completar.
Para hacer frente a estos desafíos, países como Irlanda y entidades como la universidad brasileña han creado cuotas variables, donde el tamaño se basa en los datos demográficos de cada zona. Además de mejorar la funcionalidad de la acción afirmativa en áreas con menos población desfavorecida, plantea un desafío en las zonas con mayor población para realizar cambios en sus políticas y beneficiar a grupos tradicionalmente marginados.
- Si nadie las conoce, no existen: Las políticas de acción afirmativa están condenadas al fracaso si la población objetivo no sabe que existen. Por ejemplo, encontrar formas de publicitar oportunidades laborales entre las poblaciones marginadas es clave para impulsar la diversidad empresarial, de ahí que como parte del programa São Paulo Diverso el gobierno municipal esté desarrollando redes que conectan al sector privado con profesionales afrodescendientes.
- Las cuotas no lo son todo: La ausencia de modelos y mentores en algunas esferas puede limitar la eficacia de las políticas de acción afirmativa. Al complementar las leyes de cuotas con tutorías, pasantías o programas similares se pueden mejorar las tasas de retención, uno de los retos comunes en las políticas de acción afirmativa. Además de la asistencia financiera, en Colombia el proyecto Acceso con Calidad a la Educación Superior (ACCES) ofrece a los estudiantes indígenas consultores y tutores que les apoyan en su transición a la vida universitaria.
- El compromiso del sector privado hace la diferencia: La lógica diría que si aumenta el número de personas tradicionalmente marginadas que cuentan con una titulación universitaria o experiencia en el sector público, debería darse un aumento de su nivel de empleabilidad en el sector privado. Sin embargo los estudios demuestran que, más allá de las calificaciones, existe discriminación en el mercado laboral.
Para hacer frente a estos prejuicios las empresas tienen que comprometerse con la promoción de la igualdad étnico-racial. Países como Irlanda han optado por implementar leyes de acción afirmativa que afectan tanto al sector público como al privado, pero hay otras maneras de hacerlo. Por ejemplo, mostrando los beneficios que una fuerza laboral diversa tiene en la productividad y la creatividad, o creando programas de incentivos como propone el programa São Paulo Diverso.
Este post arrancaba con una pregunta: ¿Es efectivo combatir el racismo con acciones de discriminación positiva? Nuestra respuesta es que sí, puede serlo y mucho, pero este tipo de medidas no son fáciles de implementar. Ayúdanos a ampliar esta lista de lecciones aprendidas y ser capaces de superar el test del cuello.
*Raquel Scarpari es consultora en la División de Género y Diversidad del BID, donde trabaja en el diseño, implementación y monitorea de programas de inclusión social. Es licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad de São Paulo y tiene una Maestria en Políticas Públicas por la Brandeis University (EE.UU.)
*Adam Ratzlaff trabajó como consultor en la División de Género y Diversidad del BID en la iniciativa Desarrollo con Identidad. En la actualidad es un Sié Fellow y estudiante de maestría en la Escuela de Estudios Internacionales de Josef Korbel de la Universidad de Denver (EE.UU.). Es licenciado en Relaciones Internacionales, Economía y Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Tulane (EE.UU.).
La experiencia muestra que son fectivas para sembrar división, polarización, mala volutad, resentimiento y guerra.