Ya se han contabilizado más de 17 millones de casos de COVID-19 en América Latina y el Caribe. A la par de la urgencia sanitaria, los países enfrentan mayores demandas sociales incluyendo programas con más y mayor cobertura para los más vulnerables. Entre ellos se encuentran los programas de trabajo con familias y los servicios de cuidado infantil en centros, jardines o salas cuna. Estos están experimentando nuevos contenidos y modos de entrega para llegar a sus beneficiarios como salas virtuales, semipresenciales, envío de mensajes de texto y otras modalidades híbridas que dependen de enfoques innovadores para su entrega. Lee más sobre las nuevas modalidades de entrega de servicios infantiles.
Ante nuevos contextos, nuevas modalidades
El objetivo de las nuevas modalidades de entrega de servicios infantiles es garantizar la continuidad de la prestación con el fin de minimizar el impacto negativo de la pandemia en el desarrollo en los primeros años de vida. Al mismo tiempo, depender de estrategias remotas que han representado la mayor parte (sino la única) respuesta inmediata de los países a la pandemia, ha puesto en relieve las graves brechas digitales y de conectividad que existen y que están asociadas con la pobreza y la ruralidad.
Una de las áreas que ha informado las nuevas modalidades en el contexto de la conectividad limitada es la economía del comportamiento. Se ha comprobado que existen modelos exitosos adoptados en intervenciones simples a través de mensajes de texto u otro tipo de comunicaciones de bajo costo. Un estudio proporciona pautas básicas concretas para diseñar mensajes basados en la teoría y la práctica aplicados a intervenciones parentales. El documento responde a cuatro preguntas fundamentales:
- ¿Por qué son importantes las buenas prácticas de crianza?
- ¿Cuáles son las principales implicaciones de la economía del comportamiento para los padres?
- ¿Cuáles son las posibles intervenciones para contrarrestar los prejuicios y los recursos mentales limitados?
- ¿Cómo escribir mensajes efectivos?

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Ideas innovadoras para la prestación de servicios
Desde que empezó la pandemia, se han implementado ideas realmente innovadoras en la prestación de servicios infantiles con el objetivo de mitigar el impacto del cierre de los servicios de primera infancia. Entre estas innovaciones se incluye el uso de tecnologías como llamadas telefónicas en Colombia; mensajes de texto y aplicaciones telefónicas en Chile; uso de redes sociales como Facebook en Costa Rica; mensajes, llamadas o videollamadas de WhatsApp en Ecuador; plataformas digitales con repositorios de contenido como una páginas web en Colombia; canales de YouTube en Chile; guía semanal de actividades en Jamaica; medios de comunicación más tradicionales como la radio en Guatemala y la televisión en Argentina; o recursos comunitarios como la entrega presencial de kits de juguetes y tarjetas de actividades en Panamá o paquetes alimentarios en Costa Rica. No existen evaluaciones aún de estas intervenciones, pero una intervención de mensajes de texto informados por las ciencias del comportamiento en primaria muestra que estas podrían ser efectivas.
Si bien se han implementado -y se seguirán implementando- modalidades híbridas, es urgente volver a pensar en modalidades presenciales para los más vulnerables y los más pequeños y un plan de contingencia en caso de que haya recaída en los números de contagios hasta que las campañas de vacunación lleguen a un número considerable de la población. El cierre de centros infantiles en la región generó que 20 millones de niños en edad prescolar estén fuera del aula durante casi 10 meses. El Banco Interamericano de Desarrollo estima que esto significa que al llegar a la adolescencia, esta generación habrá perdido 2.6 millones de años de aprendizaje. Asimismo, en la adultez esto se traducirá en pérdidas en salarios equivalentes al 5,1% del PIB en promedio en la región.
Sin dudas esta crisis ha evidenciado debilidades en la respuesta de las políticas públicas para la contención del virus y la mitigación de sus efectos; también se han demostrado acciones e innovaciones en las áreas de la economía del comportamiento para la primera infancia que podrían perdurar a largo plazo. Es relevante discutir el alcance, los procesos de implementación y los resultados (aún preliminares) de dichas innovaciones para fortalecer y repensar la política en los próximos años. Es posible que muchas de estas innovaciones (la revolución digital/virtual, por ejemplo) hayan llegado para quedarse. No solo eso, estos procesos, plataformas y metodologías podrían fortalecer la implementación de nuevos programas y políticas.
¿Qué tipo de innovaciones se han implementado en tu comunidad para continuar con la prestación de servicios a los más pequeños? Comparte en la sección de comentarios.
Buenas tardes, quisiera conocer cómo poder contactar con algún especialista del BID para desarrollar experimentos de Economía del Comportamiento. Saludos desde Ecuador