A nadie le sorprende que existan brechas en los niveles de desarrollo cognitivo y de lenguaje entre niñas y niños en hogares más y menos vulnerables. De hecho, en una ocasión, al hacer esta afirmación en público, alguien comentó “¡descubrieron que el agua, moja!” Posiblemente, con razón. Lo que sí resulta sorprendente es que estas brechas se manifiestan en países de todo el mundo, independientemente de los niveles de riqueza y desigualdad.
Especialmente preocupante es que sean estadísticamente significativas aún antes del primer año de vida. ¡Hablamos de brechas equivalentes al 50-60% en la diferencia en el desarrollo entre un niño con un coeficiente intelectual promedio y un niño en riesgo de enfrentar deficiencias en el desarrollo cognitivo! Las brechas aumenten considerablemente con la edad, llegando a ser mayores de una desviación estándar en niños matriculados en los tres primeros cursos de primaria.
Un experimento en Bogotá
Un estudio reciente de 1 330 niñas y niños en Bogotá, Colombia, documentó la asociación entre pobreza y desarrollo infantil. Exploró cómo esta asociación evoluciona con la edad y buscó identificar qué variables contextuales—o ‘factores protectores’—pueden contribuir a cerrar estas brechas en desarrollo entre la población más y menos vulnerable. La muestra fue diseñada para ser representativa de niños de hogares con niveles de ingreso bajo y medio.
En 2011, cuando los niños en la muestra tenían entre 6 y 42 meses de edad, se midió su desarrollo cognitivo y de lenguaje usando las escalas de Bayley; su peso y talla; y otra información acerca de sus hogares, incluyendo los años de educación de los padres y la ‘calidad del ambiente’ a nivel de oportunidades de estimulación psicosocial, como acceso a materiales y actividades de juego en el hogar. En 2016, se volvió a medir al 72% de estos niños cuando tenían entre 6 y 8 años. Se recogió su coeficiente intelectual usando la prueba de WISC; varias medidas de desempeño académico (aritmética básica, comprensión lectora y vocabulario); la calidad del ambiente del hogar; y su trayectoria ‘educativa’ en centros de cuidado, prescolares y escuela primara, así como el tipo de centro al que asistieron.
El video a continuación explica los resultados de esta evaluación:
- Las brechas en el desarrollo cognitivo y de lenguaje en la primera infancia entre niños de hogares en el 25% más pobre y el 25% más rico en la muestra, econ base en un índice de riqueza del hogar, son estadísticamente significativas a partir de los 8-10 meses de edad.
- Estas brechas aumentan con la edad y se traducen en brechas en el coeficiente intelectual y en aprovechamiento escolar a los 6-8 años, de manera muy considerable.
- La educación de los padres y la calidad del ambiente del hogar durante la primera infancia (6-42 meses) son factores protectores importantes y contribuyen a cerrar las brechas existentes en desarrollo, tanto en los primeros años de vida como a los 6-8 años de edad.
- Luego de incorporar todos los factores anteriores en el análisis, se observa que la calidad del ambiente del hogar a los 6-8 años también contribuye a cerrar brechas en coeficiente intelectual y desempeño escolar.
- El haber asistido y/o asistir a centros educativos privados, considerados de mayor calidad en este contexto, también es un factor protector.
- El estatus nutricional del niño a los 6-42 meses no contribuye al cierre de brechas a esas edades.
Implicaciones para el diseño de políticas públicas
- Aumentar los niveles educativos de la población, especialmente para las chicas—por ejemplo, evitando el embarazo adolescente o el abandono escolar como resultado de éste—debería mejorar las prácticas de cuidado en los hogares y en consecuencia los niveles de desarrollo infantil.
- Mejorar la calidad de los sistemas educativos—no solo para los niños más pequeños sino a lo largo de todo el ciclo educativo—parece una estrategia a considerar para reducir brechas en desarrollo infantil asociadas con la pobreza.
- Las intervenciones centradas en mejorar prácticas de crianza y la calidad del ambiente del hogar en los primeros años de vida juegan también un rol fundamental, como se ha demostrado en varias ocasiones.
- Es además importante que estas intervenciones se mantengan más allá de la primera infancia y, al menos, durante los primeros 8 años de vida.
Por muchas y muy buenas razones, se ha prestado mucha atención a la intervención en los primeros mil días. Dicho esto, los resultados de este y otros estudios sugieren que el desarrollo infantil responde a factores protectores más allá de los primeros mil días. Por eso, es crítico diseñar e implementar intervenciones que mejoren la calidad del entorno en el que crece el niño, tanto en el hogar como en los centros educativos, y que estén adecuadamente articuladas a lo largo de toda la infancia.
¿Te sorprenden los resultados del estudio? ¿Conoces intervenciones similares? Compártelas en los comentarios o vía @BIDgente en Twitter.
La dimensión psicológica de la pobreza se relaciona con
lo que usualmente se conoce como factores psicológicos
individuales. Estos factores aluden a bienes no
materiales, ya sean cognitivos, afectivos y de relación
con otros, que influyen la manera en que los individuos
se relacionan consigo mismo, con otros y con su
entorno. Esta dimensión tiene que ver con la posibilidad
de reconocer, acceder y apropiarse de oportunidades
ofrecidas por la sociedad, así como de generar
posibilidades de desarrollo personal y colectivo.
El concepto base en este contexto es el de Recursos
Psicológicos, esto es, las potencialidades afectivas y
cognitivas de las personas que les permiten
desarrollarse y cambiar su vida.
Las investigaciones han revelado que cerca de un tercio
de los niños que crecen en medios con múltiples agentes
estresantes y escasas oportunidades, son niños bien
adaptados y se convertirán en adultos con una vida
normal.
Como nos indica E. Grotberg ha existido una percepción
de que los niños de nivel socio económico alto son más
resilientes . Estos niños son más exitosos en la
escuela, sin embargo el buen rendimiento escolar no es
resiliencia.
Puede ser que estos niños obtengan mejores trabajos,
pero eso no necesariamente implica que sean resilientes.
El estudio realizado por Grotberg, en 27 lugares
distribuidos en 22 países (International Resilience
Proyect.), encontró que no existía conexión entre el nivel
socioeconómico y la resiliencia. La diferencia fue
principalmente en la cantidad de factores resilientes
utilizados. Pobreza no es una condición de vida
aceptable, pero no impide el desarrollo de la resiliencia.
Incestigadores como Vaillant y Davis han presentado evidencia longitudinal
de que no existe relación alguna entre inteligencia y
resiliencia, y/o clase social y resiliencia A partir de estos
estudios se han ido identificando diversos factores
asociados al desarrollo de resiliencia en condiciones de
pobreza, que tienen relación con aspectos individuales y
ambientales.
Excelente Marta
Un saludo . Soy el Mtro. Antonio Heras trabajo en el IMSS en México
Hola! Dónde podemos encontrar el estudio publicado?
Gracias!
Me gustaría conocer toda la amplia bibliografía sobre el tema, pues mi hija acaba de ingresar a un curso denominado
CURSO AVANZADO 2018-1019
DERECHOS HUMANOS DE NIÑEZ Y ADOLESCENCIA EN EL ECUADOR: CONTEXTOS, CONCEPTOS Y EXPERIENCIAS
PRIMER MÓDULO: conceptos fundamentales y situación actual de la niñez y adolescencia en el Ecuador,
Hoy le indicaré a mi hija, que tome contacto con Uds, y se suscriba a esta iniciativa.
El acceso a bienes y servicios también es un factor determinante en el desarrollo de niños y niñas. El tipo de educación impartida en los Centros educativos privados, el trato y las formas de relacionarse entre los integrantes de la comunidad educativa puede dejar o marcar huellas.
Hola me gustaría compartir nuestro proyecto de primera infancia con Marta Rubio-Codina, Estamos buscando investigadores para hacer alianzas de investigación y Data y me gustaría platicarlo con ella. ¿Cómo puedo contactarla?
Los factores psicológicos no tratados a temprana edad influyen en el desarrollo de las capacidades del individuo, en la propia familia estas dimensiones influyen como el tu eres mas pobre o vistes mejor que el otro o que estudias en una mejor escuela que el otro vas ha ser mejor.tratamos de minimizar a la persona , sin saber que lo estamos haciendo un daño irremediable.como docente quiero de sus consejos para mejorar estos estereotipos.
Gracias Marta Rubio por compartir un articulo muy importante, quisiera contactarme porque trabajo con redes de niños y adolescentes trabajadores.
Ojala en el mundo haya políticas que cierren las brechas de calidad y no haya mas discriminatorio.