Ya hemos visto que los Cursos Masivos, Abiertos y en Línea (MOOC por sus siglas en inglés) están ganando popularidad en el ámbito académico y universitario y que algunos organismos del sector público, como el BID, están apostando por este formato para capacitar a sus empleados o contrapartes en los ministerios y agencias públicas.
A pesar de su éxito, este nuevo tipo de formación no está exento de crítica y debemos mirar con atención qué ha funcionado hasta ahora y no cometer los mismos errores al aplicarlos en el sector público.
¿Qué no ha funcionado hasta ahora?
Las mayores críticas a los MOOC han venido normalmente por las altas tasas de deserción de los cursos y porque muchos consideran que no son herramientas efectivas para el aprendizaje. Incluso el propio Sebastian Thrun admitió que debíamos seguir trabajando en los formatos y estructura de estos cursos. Las principales críticas hasta ahora señalan que:
- Los participantes pierden el interés en continuar el curso por las diferencias en el nivel de conocimiento;
- No existe una evaluación rigurosa de los resultados alcanzados y por lo tanto no puede demostrarse el valor del esfuerzo invertido en el curso;
- Los participantes muchas veces se registran en los cursos impulsados más por mera curiosidad intelectual que por necesidad profesional y eso genera una audiencia con escaso interés por desarrollar el curso;
- Al no existir ningún costo ni riesgo económico para el participante éstos no asignan prioridad al curso y por lo tanto su conclusión depende de la voluntad de cada individuo.
¿Qué debemos entender?
Teniendo en cuenta estas críticas, aquí van algunas ideas que debemos considerar para implementar con éxito los MOOC en el sector público
Quizás lo más sencillo y urgente sea corregir nuestro enfoque y perspectiva sobre el problema de la tasa de deserción. No podemos olvidar que entre el 50% y 70% de las 10 millones de personas que se han registrado en cursos MOOC son adultos profesionales, no estudiantes.
En un artículo de Yuan y Powell, del Centro para la Tecnología Educativa, la Interoperabilidad y Estándares, concluyen que las tasas de deserción dependen del propósito del MOOC. Si nuestro objetivo es proporcionar oportunidades gratuitas para aprender, las tasas de deserción y/o la obtención de un certificado no debieran ser la preocupación principal. Lo importante debería ser que los participantes en los MOOCs fueran capaces de aprender y reflexionar sobre los temas que se plantean.
Entender las necesidades de la audiencia no solo nos ayudará a reducir las tasas de deserción y profesionalizar al sector público, también nos ayudará a entender mejor los desafíos de la gestión pública que plantean el desarrollo de los países de América Latina y el Caribe, y nos permitirá empoderar a la ciudadanía para que comprenda mejor los desafíos y pueda participar más activamente en sus soluciones.
Por último, no debemos pasar por alto el costo de oportunidad, porque en América Latina y el Caribe las limitaciones presupuestarias y la constante rotación de los empleados públicos restringen esfuerzos y oportunidades de aprendizaje. En un contexto así, los MOOC pueden ser útiles para la formación de capacidades.
¿Qué otros elementos cree que debemos tener en cuenta para que los MOOC sean útiles para el sector público?
Es tan simple (jaja) como ir a las oficinas de Recursos Humanos, en Costa Rica denominada Servicio Civil, y buscar los requisitos de certificaciones reconocidas, además que la oferta sea atinente a las funciones del puesto. Paralelamente ajustar la oferta del MOOC a la demanda del mercado… una advertencia tan sencilla como “matricula este curso si te apasiona el… sino estará disponible para cuando tengas el tiempo…”
Por mi parte llevo uno en Coursera donde veo de forma muy positiva mejorías en las intervensiones del staff y decidí pagar lo 50 dólares de tracking para mantenerme constante. El problema es que un curso de marketing para mi como docente parece no atinente para la ORH mientras que mi enfoque es generar medios didácticos mas atractivos y conectar con mis alumnos.
En resumen yo creo en los MOOC con mediación pedagógica y evaluación, pero las reformas legales, clases de puestos por efemplo, van a paso muy lento para las demandas de profesionales que exige nuestro tiempo.
Gracias por el espacio y un gusto en saludarlos, su servidor.
Sergio Cubero Mata
Magister en Tecnología Educativa, Costa Rica.
Estimados colegas y amigos(as)
gusto en saludarles, y muchas gracias por permitirnos opinar y aportar.
Estamos interesados en promocionar diplomado internacional integral: “Cultura de Paz desde el desarrollo infantil temprano DIT”: Prevencion del Maltrato Infantil, desde Mexico-Tijuana, Baja California,
Importante interlocucion directa para enviar el programa analitico, con listado de especialistas de America y el Caribe.
servidora
Mary Ara colibri
Tijuana, BC, Mexico
Gracias por examinar esto.
En algunos se siente un tono de cátedra magistral, no responden consultas y el asistente virtual se siente parte de cifras globales, no que lo estén formando. Es una sensación generalizada y percepción incluso en talleres, charlas o conferencias presenciales. La cultura de trabajar para sus usuarios-clientes aún no existe.
Distinguida Lorena Rodriguez y asiduos a este blog, por considerar de alta prioridad el tema abordado, quiero aportar algunas ideas de mi experiencia en la función pública y en la capacitación formal, presencial y virtual del funcionariado en ALC y de una incipiente experiencia con los MOOC (Acabo de participar en el MOOC “On Strategy : What Managers Can Learn from Great Philosophers”, el cual resultó una buena oportunidad de aprendizaje de la cual extraigo algunos aportes para esta intervención).
Indudablemente que la alternativa de los MOOC para la capacitación el Servicio Público en ALC puede resultar un éxito habida cuenta de una de las restricciones señaladas en el artículo: las limitaciones presupuestarias. Esta restricción es clave, sin olvidar la subestimación en nuestra cultura funcionarial de ALC sobre la importancia de la formación y capacitación.
En el artículo se destaca que “Las mayores críticas a los MOOC han venido normalmente por las altas tasas de deserción de los cursos y porque muchos consideran que no son herramientas efectivas para el aprendizaje” y se postula que “…lo más sencillo y urgente sea corregir nuestro enfoque y perspectiva sobre el problema de la tasa de deserción”. Estoy de acuerdo con este enfoque, agregando otro factor de igual importancia el cual es las necesidades de la audiencia, también señalado en el artículo y que muchas veces ha sido subestimado en el diseño de cursos que consideramos vitales para nuestra audiencia, pero que en realidad no está enfocado a las necesidades que ellos perciben.
Sin embargo, pienso que hay una inversión en el orden de los factores en la manera de expresar la estrategia para atacar la tasa de deserción en función del objetivo. Creo que el encadenamiento de objetivos, para generar mayor valor público en la formación y fortalecimiento de capacidades del funcionariado de ALC (objetivo semifinalista), es que sean “capaces de aprender y reflexionar sobre los temas que se plantean”, mediante “las oportunidades gratuitas para aprender” que proporcionemos mediante MOOC enfocados en sus necesidades. Si el enfoque es “proporcionar oportunidades gratuitas para aprender”, estamos enfocándonos en el producto sin pensar en el resultado que deseamos.
En este sentido, aunque nos incorporemos en una plataforma excelente como EDx, nuestra estrategia debe ser diferente por los siguientes motivos:
1) Nuestra audiencia es abierta, pero focalizada para el sector público, a diferencia de EDx, Coursera, etc que es totalmente abierta. Esta focalización no le resta al carácter masivo de los cursos dado que el universo, según señalara Juan Bonnefoy en artículo de apertura de este blog, es de 30 millones de funcionarios públicos.
2) La certificación es importante para el funcionariado público porque la mayoría de los sistemas de servicio civil toman en cuenta las capacitaciones certificadas para los ascensos e incrementos salariales. En este aspecto, la estrategia debe ser diferente a la de las plataformas de MOOC, quienes cobran una cantidad en dólares o euros que aunque módica puede representar un freno para la mayoría.
3) Enfocarnos en las “necesidades de la audiencia” y sobre todo en los niveles técnicos y medios que tienen mayor permanencia, habida cuenta que, como señalas, “la constante rotación de los empleados públicos” afecta menos a estos niveles.
4) El diseño de los cursos debe ser corto (no más de 6 semanas), agradable y amigable mediante videos y materiales cortos
Muy interesantes comentarios. Buscando información sobre como articular contenidos y herramientas informáticas llegué a este sitio.
En algunos municipios argentinos estamos trabajando para empezar a capacitar al personal de la administración pública. Erradicar el analfabetismo virtual es el primer paso y tener estos comentarios para evitar errores futuros es muy importante. Muchas gracias.
Asesora legal, Especialistas en Derecho Administrativo, Docente Universaria. Municipalidad de Clorinda – Formosa, Argentina.