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América Latina y el Caribe (ALC) es la segunda región del mundo más expuesta a desastres naturales y a los efectos del cambio climático. Adaptarse a ellos es una necesidad urgente para todos, y muy especial para las ciudades, donde vive más del 80% de la población. Contar con la infraestructura urbana adecuada a los fenómenos naturales es una de las mejores maneras de conseguir esta adaptación.
Si a lo anterior le unimos que el déficit de vivienda digna en ALC llega a casi el 50%, obtenemos un escenario donde la construcción de viviendas resilientes debería ser una prioridad para todos los países de la región. Esta tarea no es fácil ni asequible, y por ello, desde el Grupo BID apoyamos al sector público y privado, en línea con los objetivos de adaptación y mitigación al cambio climático de nuestra Visión 2025, para facilitar la financiación de vivienda resiliente en toda ALC.
En esta entrada de blog, que forma parte de una serie sobre el Foro de Vivienda 2022 organizado por el Grupo BID los días 29 y 30 de septiembre de 2022, explicamos los desafíos que el cambio climático supone para el sector de la vivienda en ALC. Asimismo, presentamos los mecanismos de financiamiento climático, y fondos concesionales, para aumentar la producción y oferta de vivienda resiliente, en línea con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París y la Nueva Agenda Urbana.
El desafío del cambio climático para las viviendas
El aumento de la temperatura media global debido al cambio climático está originando fenómenos meteorológicos extremos que incrementan los riesgos para la vivienda y las personas que habitan en ellas. Nuestra región no es ajena a ellos y se enfrenta principalmente al impacto de inundaciones, tormentas, deslizamientos y aumento del nivel del mar. Entre 1998 y 2020, los eventos geofísicos relacionados con el clima provocaron la pérdida de 312.000 vidas y afectaron directamente a más de 277 millones de personas en ALC.
Los impactos del cambio climático afectan especialmente a la población más vulnerable, las viviendas precarias y los asentamientos informales. Pese al esfuerzo realizado durante las últimas décadas, al menos el 20% de la población urbana de ALC vive en barrios informales. Estos barrios suelen estar ubicados en zonas de riesgo y sin infraestructura básica, lo que los hace especialmente vulnerables a las inclemencias provocadas por catástrofes naturales y climáticas. La superposición entre la vulnerabilidad ambiental y social complica aún más este problema, y hace que sea aún más urgente asegurar el desarrollo de vivienda social resiliente y sostenible en todo el territorio de ALC.
¿Qué es vivienda resiliente al cambio climático?
Una vivienda resiliente es aquella que tiene la capacidad de resistir, recuperarse y adaptarse ante condiciones adversas del cambio climático o desastres naturales. Para eso, los proyectos de vivienda deben estar ubicados de tal forma que minimicen la exposición a las posibles amenazas del entorno. Asimismo, deben ser planificados, diseñados, construidos, operados y mantenidos para reducir la vulnerabilidad frente a dichas amenazas. Por este motivo, las estrategias de adaptación dependen de las características de la infraestructura de la vivienda y deben ser específicas para el entorno donde se ubican. Por ejemplo, dependerán del tipo de eventos extremos del cambio climático, como inundaciones, deslizamientos, etc., y de los cambios progresivos, como aumento del nivel del mar, déficit hídrico, etc.. A continuación, se resumen algunas recomendaciones para lograr la resiliencia de la vivienda en cada una de las cinco etapas de proyecto.
1. Marcos regulatorios y arreglos institucionales:
Se recomienda tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Alineación de los planes de ordenamiento territorial y los códigos de construcción de acuerdo con los riegos de desastres y escenarios de cambio climático.
- Implementación de un código y etiqueta de eficiencia energética para edificios e incentivar las certificaciones verdes.
- Incentivar el desarrollo del mercado de ecotecnias necesarias para los programas de vivienda sostenible.
- Promover el trabajo articulado entre múltiples actores, para facilitar la transversalización de las consideraciones de cambio climático en los distintos sectores y niveles de gobierno.
2. Diagnósticos y estudios:
Se recomienda realizar análisis de riesgo de desastres y cambio climático y estudio de escenarios de cambio climático para:
- Que los desarrollos de vivienda no introduzcan nuevos riesgos.
- Conocer las posibles consecuencias ante un evento extremo o falla de la infraestructura.
- Desarrollar un plan de gestión y monitoreo del riesgo de desastres.
- Desarrollar planes de contingencia que indiquen las acciones a tomar en caso de desastres naturales y/o climáticos.
3. Diseño y construcción:
Es recomendable considerar los siguientes aspectos constructivos:
- Usar fuentes de energía renovable como paneles solares.
- Especificar estrategias para la eficiencia energética.
- Incluir mecanismos de recolección y aprovechamiento de aguas de lluvia para reutilización y ahorro de agua.
- Utilizar técnicas constructivas y materiales locales con baja energía incorporada.
- Priorizar la pintura blanca o colores claros en climas cálidos para aumentar la reflectividad y disminuir la absorción de calor.
- Incluir el uso estratégico de vegetación e infraestructuras verdes.
4. Mantenimiento y Monitoreo:
A la hora de realizar el mantenimiento de la vivienda, es recomendable:
- Elaborar un plan de mantenimiento de la vivienda con acompañamiento social.
- Diseñar un plan de continuidad del negocio y/o de contingencia.
- Incluir sistemas de alerta temprana.
- Agregar esquemas de protección financiera (incluidos los seguros) o bien constituir una combinación de los aspectos anteriores.
- Involucrar activamente a las comunidades y sus conocimientos para aumentar la resiliencia futura, por medio de mejor funcionalidad de las infraestructuras y capacitación de los habitantes.
¿Cómo se pueden financiar proyectos de vivienda resiliente?
Para aumentar la producción de vivienda nueva resiliente, y adaptar viviendas existentes al clima y el entorno, se requiere de un elevado volumen de financiamiento. Por este motivo, los recursos financieros climáticos juegan un papel clave a la hora de hacer realidad los programas de mitigación y adaptación del sector vivienda. Pero ¿en qué consiste la financiación climática?
De acuerdo con la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el financiamiento climático es aquel de origen local, nacional o transnacional, bien sea de fuentes públicas, privadas, o alternativas, que busca apoyar acciones de mitigación y adaptación al cambio climático. Los principales fondos de financiamiento climático son:
- Fondo Verde para el Clima
- Fondo Especial para el cambio climático del GEF
- Fondos de financiamiento climático bilaterales y multilaterales, como los del Grupo BID y el Banco Mundial
Además de estos fondos, en la vanguardia del financiamiento climático han aparecido instrumentos innovadores para obtener recursos adicionales y diversificar los mecanismos de acceso a financiamiento. A continuación, se presentan algunos de los más relevantes:
- Bonos verdes, que comprometen el uso de los fondos para vivienda resiliente
- Canjes de deuda a cambio del desarrollo de proyectos de mitigación y adaptación
- Garantías en el marco de actividades relacionadas con el cambio climático
- Préstamos concesionales con mayores plazos y tasas de interés más bajas para el financiar vivienda resiliente
- Hipotecas verdes; subvenciones para la vivienda resiliente y baja en carbono, y donaciones de diferentes instituciones.
A pesar de que pueda parecer complicado, la buena noticia es que financiar proyectos resilientes es costo-efectivo. La infraestructura resiliente representa un costo adicional modesto, de 3% a 10% del costo de la misma. Sin embargo, los expertos concluyen que, por cada dólar invertido en adaptación, se pueden evitar 3,5 dólares de pérdidas materiales. Es decir, los beneficios de la resiliencia y la prevención del riesgo de desastres cuadruplican los costos y, al mismo tiempo, se generan beneficios sociales y ambientales no monetizados.
El Grupo BID, líder en financiamiento verde
En 2021, el Grupo BID financió un máximo histórico de US$6.000 millones de dólares en actividades relacionadas con el cambio climático que benefician a ALC, alcanzando su meta del 30% de las aprobaciones anuales. Lo hizo a través de préstamos, fondos no reembolsables, cooperaciones técnicas, garantías e inversiones de capital. Para seguir aumentando su aporte, el BID ha anunciado su compromiso de proporcionar 24.000 millones de dólares para financiamiento climático y verde durante los próximos cuatro años.
Si quieres conocer más sobre los retos del sector viviendaen ALC, y el importante papel que juega la financiación verde para su desarrollo resiliente e inclusivo, no te pierdas la grabación del panel Acceso a financiamiento y fondos climáticos en soluciones de vivienda del Foro de Vivienda 2022 del Grupo BID, el cual, tuvo lugar en Washington DC los días 29 y 30 de septiembre, 2022.
Puedes acceder al vídeo aquí:
Julian ospina Vergara dice
Saludos buenas tardes, mi nombre es julian ospina director de sostenibilidad de la camara colombiana de la construccion. nos gustaria poder conocer un poco mas del proyecto a traves de una reunion personalizada y ver la pertinencia de su adopcion en el departamento de antioquia, quien en el año 2020 declaro la emergencia cliamtica, y zonas del departamento como Uraba son prioridades para el gobierno trabajar estos temas.