El 22 de abril es el Día de la Tierra y nos recuerda uno de los problemas más apremiante a los que nos enfrentamos hoy: el cambio climático. La efeméride coincide con la reciente publicación del sexto informe de evaluación del IPCC sobre el cambio climático, lo que lo convierte en una ocasión especialmente significativa. Las conclusiones del informe destacan la urgente necesidad de actuar para hacer frente a la crisis climática y proteger nuestro planeta, que hoy en día está en riesgo.
Las actividades humanas, principalmente la quema de combustibles fósiles, son la causa principal del cambio climático y, sin una reducción inmediata y sustancial de las emisiones de gases de efecto invernadero, la Tierra sufrirá olas de calor, sequías, inundaciones y tormentas más frecuentes y graves. Por lo tanto, es de vital importancia tomar medidas para limitar el calentamiento global a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. Para ello, se requiere una reducción inmediata y sustancial de las emisiones de gases de efecto invernadero, lo cual requiere una rápida eliminación de los combustibles fósiles y una transición hacia fuentes de energía renovables, preservando la biodiversidad y sin dejar a nadie atrás. El informe del IPCC subraya la necesidad de una acción colectiva de gobiernos, empresas y particulares de todo el mundo para hacer frente a la crisis climática y proteger nuestro planeta.
¿Qué está haciendo el BID para promover oportunidades de desarrollo al tiempo que aborda el cambio climático?
Como parte de su compromiso de promover el crecimiento económico, reducir la pobreza y fomentar la inclusión social, el BID ha trabajado con países clientes para abordar el cambio climático y promover el desarrollo sostenible. En el BID creemos firmemente que la acción climática brinda muchas oportunidades económicas a los países de América Latina y el Caribe.
- De la energía fósil a la energía renovable
Una de las formas más eficaces de reducir nuestras emisiones de carbono la transición a las fuentes de energía renovables. Estas fuentes de energía, como la solar, la eólica y la hidroeléctrica, apenas emiten gases de efecto invernadero y su coste es cada vez más competitivo en comparación con los combustibles fósiles. Los gobiernos y las empresas deben invertir en infraestructuras de energías renovables y fomentar su adopción. Además, los ciudadanos pueden cambiarse a proveedores de energías renovables e instalar paneles solares en sus casas, por ejemplo.
En este sentido, el BID se ha comprometido a apoyar la transición energética en la región. A modo de ejemplo, en 2019, el gobierno de Costa Rica anunció su ambicioso Plan de Descarbonización, cuyo objetivo es lograr emisiones cero netas para 2050. El plan esboza una hoja de ruta para la transición de la economía del país que funcione con energías renovables, promueva prácticas sostenibles y preserve los recursos naturales. Costa Rica es desde hace tiempo líder en energías renovables, con más del 99% de su electricidad generada a partir de fuentes renovables, y el Plan de Descarbonización pretende aprovechar este éxito aumentando la cuota de energías renovables en los sectores del transporte y la industria del país. El plan también incluye la promoción de medidas de eficiencia energética para reducir el consumo de energía en todos los sectores. El BID aprobó dos préstamos para respaldar el Plan de Descarbonización de Costa Rica y un estudio del BID sugiere que la descarbonización aporta 41.000 millones de dólares en beneficios netos a Costa Rica entre 2020 y 2050.
- Descarbonizando el sector del transporte
Reducir las emisiones de carbono del transporte también es crucial para abordar el cambio climático. El sector del transporte es responsable de una parte significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente por la quema de combustibles fósiles en coches, camiones y aviones. Los gobiernos y las empresas deben promover la utilización de vehículos eléctricos, el transporte público, la bicicleta y los desplazamientos a pie. Además, las personas pueden reducir sus emisiones de transporte conduciendo menos, compartiendo coche y utilizando el transporte público. Además, esta transición podría traer importantes beneficios para la salud y reducir los costes asociados al transporte. El BID, con el apoyo de su Programa UKSIP y el NDC Pipeline Accelerator, está trabajando con los gobiernos nacionales y locales de la región para liberar el potencial de los autobuses de tecnología limpia, a través de apoyo técnico, financiación, gestión de riesgos y acceso a préstamos en condiciones favorables. El objetivo de este apoyo regional es ayudar a los países y ciudades a superar las barreras que impiden una mayor adopción de los autobuses eléctricos.
- Invertir en adaptación y resiliencia es más costo efectivo
Otra forma de luchar contra el cambio climático es invertir en adaptación y resiliencia. Incluso con los esfuerzos de mitigación para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el clima seguirá cambiando, por lo cual la adaptación será de carácter necesario para reducir los riesgos y los impactos del cambio climático. El informe del IPCC hace hincapié en que los esfuerzos de adaptación son fundamentales para hacer frente a los desafíos que el cambio climático plantea a la seguridad alimentaria, los recursos hídricos, la salud humana y la biodiversidad, y destaca el potencial de un aumento significativo de los fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones, sequías, olas de calor e incendios forestales, que pueden tener efectos devastadores en las comunidades y los ecosistemas. En 2022, el BID lanzó la publicación Planificación de la Adaptación a Largo Plazo en América Latina y el Caribe, junto con la Agence française de développement (AFD) y el World Resource Institute (WRI) con el objetivo de presentar el estado del arte de la integración de la adaptación en los ejercicios de planificación y recopilar lecciones aprendidas de ocho países: Argentina, Barbados, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Jamaica, México y Uruguay.
- Preservar la riqueza natural de la región
Hacer frente a la pérdida de biodiversidad podría ayudarnos a combatir el cambio climático. Nuestra región es altamente diversa y rica en naturaleza, por lo cual tenemos una gran oportunidad para hacer frente a la crisis climática y promover el desarrollo sostenible en la región. Por cada dólar invertido en la restauración de ecosistemas se generan hasta 30 dólares en beneficios económicos. En el BID trabajamos la agenda de biodiversidad y cambio climático en conjunto, debido a su intrínseca relación. Actualmente ayudamos a nueve países para incorporar la biodiversidad en los gobiernos y las agendas nacionales. Para institucionalizar la agenda de biodiversidad, estamos trabajando en el lanzamiento del Plan de Acción de Biodiversidad, que representa nuestra hoja de ruta para hacer realidad el Marco Global de Biodiversidad.
En conclusión, el Día de la Tierra nos recuerda que debemos tomar medidas urgentes para hacer frente al cambio climático. Tenemos que cambiar a fuentes de energía renovables, reducir las emisiones del transporte y proteger y restaurar los ecosistemas. Ya disponemos de la tecnología y los recursos para hacerlo, pero necesitamos voluntad política y acción colectiva para lograrlo. Aprovechemos el Día de la Tierra para renovar nuestro compromiso de proteger nuestro planeta y garantizar un futuro sostenible a las generaciones venideras.
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