El calor extremo, los incendios forestales, las inundaciones, las sequías y las lluvias inusuales afectan a millones de hombres y mujeres en todo el mundo, pero sus impactos varían según el género. La evidencia muestra que las mujeres y las niñas experimentan los mayores impactos del cambio climático, lo que amplifica las desigualdades de género existentes y plantea amenazas únicas para su educación, salud, seguridad y oportunidades sociales y económicas.
En América Latina y el Caribe, las mujeres siguen enfrentando barreras significativas para acceder a tierras, créditos, educación, tecnología, empleos y roles de liderazgo. Las normas sociales y los roles de género a menudo afectan la autoimagen, las aspiraciones y la disponibilidad de tiempo de las mujeres para acceder a empleos remunerados, especialmente en sectores dominados por hombres o para llevar a cabo actividades empresariales. Además, la concentración desigual de poder y la violencia de género a menudo impiden que las mujeres accedan a posiciones de liderazgo.
Sin embargo, la evidencia muestra que la participación y el liderazgo de las mujeres en la acción climática están asociados con una mejor gobernanza, resultados positivos de conservación y preparación para desastres. Las mujeres desempeñan un papel fundamental en la gestión de los recursos naturales, así como en otras actividades productivas a nivel familiar y comunitario. Se ha demostrado que las mujeres también son efectivas liderando grupos de gestión locales, protegiendo sus comunidades contra desastres naturales y en roles de toma de decisiones. Además, el conocimiento específico de las mujeres contribuye a la conservación de la biodiversidad y al desarrollo sostenible. Todo esto las coloca en una posición para contribuir a estrategias de subsistencia adaptadas a condiciones ambientales cambiantes. Tales conocimientos y capacidades deben aplicarse a estrategias de mitigación del cambio climático, reducción de desastres y adaptación.
¿Qué acciones se están tomando?
El BID está ayudando a los países de la región a integrar la igualdad de género en las inversiones climáticas en sectores como energía, transporte, desarrollo urbano, agricultura, silvicultura, agua, finanzas y operaciones de administración de tierras. Algunos ejemplos de proyectos en curso y completados que el BID ha estado apoyando son:
Aumento de las capacidades de las mujeres para desarrollar actividades económicas sostenibles en el sector agroforestal. En Guatemala, el BID está impartiendo capacitación a productoras locales sobre prácticas agrícolas resilientes al clima, manejo de ganado y actividades forestales, lo que está teniendo un impacto positivo en el desarrollo económico, especialmente en la producción orgánica de café, cardamomo y pimienta.
Aumento del enfoque de género en la transición energética. En Barbados, el Banco está apoyando la preparación e implementación de un Plan de Acción de Género diseñado para lograr un sector eléctrico sensible al género, con una fuerza laboral más diversa y capacitada que contribuya a una mayor productividad. Algunas de las acciones concretas incluyen fomentar que las mujeres estudien planes de estudios técnicos y aumentar su participación en campos técnicos como la energía renovable y la electromovilidad; proporcionar apoyo financiero y técnico a mujeres para iniciar sus propios negocios en el sector, especialmente a las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES); brindar capacitación en sensibilidad de género a partes interesadas del sector público y privado; y mejorar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal para los empleados del sector.
Promoción de la igualdad de género en el transporte limpio. En muchos países de América Latina y el Caribe, incluidos México, Guatemala, Panamá, Costa Rica, Colombia, Perú, Ecuador, Chile, Paraguay, Argentina y la República Dominicana, el Banco promovió actividades de capacitación en habilidades técnicas necesarias para aumentar la participación de las mujeres como conductoras de autobuses. Las actividades también incluyeron aumentar la flexibilidad para las usuarias mujeres al adaptar las necesidades de transporte de jefas de hogar y cuidadoras en términos de rutas, horarios y opciones de pago para fines de viaje como compras, ocio o acompañamiento. Las acciones también contribuyeron a disminuir el acoso sexual hacia las mujeres y las minorías de género en autobuses y estaciones.
Promoción de modelos de negocio sostenibles para mujeres. En Honduras, el BID apoyó el desarrollo de oportunidades de mercado para empresas propiedad de mujeres en estufas limpias y promovió el empleo local y la capacidad en el uso de estufas eficientes dentro de las comunidades locales rurales. El uso de estas estufas tuvo un impacto positivo en la salud, al reducir la exposición a la contaminación del aire interior y la incidencia de enfermedades respiratorias, especialmente en el caso de las mujeres que suelen quedarse en casa y pasar más tiempo cocinando.
Hay mucho más por hacer en este frente, pero a través de la colaboración y acciones clave para abordar brechas de género críticas, podemos lograr un progreso sustancial. El BID, en colaboración con los Climate Investment Funds, el Green Climate Fund, la Iniciativa Internacional del Clima, el NDP Pipeline Accelerator, la Facilidad de Acción de Mitigación y el Global Environment Facility, entre otros, seguirá colaborando en el diseño e implementación de actividades de género y diversidad en operaciones relacionadas con el clima para lograr impactos transformadores que aceleren el ritmo del cambio.
Las mujeres y las niñas son agentes de cambio que están haciendo la diferencia en proyectos de mitigación y adaptación. Cerrar las brechas de género y aumentar la participación de las mujeres en posiciones de toma de decisiones puede acelerar los esfuerzos contra el cambio climático.
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