En junio y julio millones de latinoamericanos se reunirán frente a sus televisores a admirar a las poderosas superestrellas del fútbol y a animar a sus respectivas selecciones en la Copa del Mundo. La pregunta es ¿y qué harán cuando terminen los partidos? ¿Se levantarán del sofá y canalizarán su emoción organizando un partido entre amigos, practicando algún otro deporte o saliendo a trotar?
Por desgracia, la respuesta más probable es que no. Como revela Deporte para el Desarrollo, un libro de Laura Jaitman y Carlos Scartascini que se acaba de publicar, la población de América Latina y el Caribe es de las menos físicamente activas del mundo. De hecho, según datos auto-reportados compilados por la Organización Mundial de la Salud, tanto adolescentes como adultos en la región se encuentran por debajo del promedio mundial en lo que respecta a hacer ejercicio físico y por debajo del promedio de las personas de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Europa y el Pacífico Occidental. En los adolescentes la situación es particularmente grave. Un 86% de los adolescentes de la región realizan menos de una hora de actividad física moderada o vigorosa al día, un porcentaje solo superado por los jóvenes de la región mediterránea oriental.
Altos niveles de obesidad
Nada de esto es bueno. Uno de cada cuatro adultos en la región sufre problemas de obesidad, y la tendencia va para peor. En los últimos 35 años, la tasa de obesidad en los adultos latinoamericanos y caribeños ha aumentado 10 puntos porcentuales—el Caribe presenta la tasa de más rápido aumento del mundo. La obesidad está estrechamente relacionada con las enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo 2, y las manifestaciones severas y la mortalidad debido a estas enfermedades también están aumentando a ritmo vertiginoso. Según especialistas en salud pública convocados por los Institutos Nacionales de la Salud de EE.UU., dichas enfermedades afectan a un mayor porcentaje de personas a una edad más temprana en América Latina que en las economías más avanzadas.
Está claro que el deporte y el ejercicio no solo nos ayudan a mantenernos en forma, sino que también nos pueden ayudar a desahogarnos, calmar el estrés y olvidar las penas. Por esta razón las personas activas suelen disfrutar de una mejor salud cognitiva y tener menos mal humor, un problema significativo en América Latina donde cerca del 5% de la población sufre de depresión.
El BID apoya programas de deporte para jóvenes
El Banco Interamericano de Desarrollo es muy consciente del valor del deporte para la salud y el progreso social, y desde hace tiempo viene respaldando programas de deporte para el desarrollo dirigidos a jóvenes de 18 países. Son iniciativas que suelen combinar el fútbol y otros deportes con la capacitación profesional y pasantías laborales.
Pero los desafíos son enormes. La pobreza, la desigualdad y los bajos niveles educativos están en gran parte asociados con niveles inferiores de ejercicio. Eso significa que los esfuerzos realizados por organizaciones gubernamentales y no gubernamentales para fomentar el ejercicio deben superar importantes obstáculos sociales y económicos para ser incluyentes.
Mientras no sepamos exactamente cómo lograrlo, debemos, como lo sugiere el nuevo libro, empezar con pequeños programas piloto que nos permitan realizar pruebas y evaluaciones rigurosas, antes de ampliar e invertir grandes sumas en alguna iniciativa en particular.
Diseñando ciudades para promover el ejercicio
Sin embargo, a nivel más amplio, también deberíamos analizar cómo las ciudades bien diseñadas pueden favorecer el ejercicio físico. Varios estudios indican que la vida urbana es favorable para el ejercicio y, en particular, las ciudades densamente pobladas donde uno tiene acceso a parques, zonas comerciales y transporte público yendo a pie o en bicicleta. No es casualidad que las ciudades diseñadas de esa manera reduzcan el uso de automóviles particulares y mitiguen mejor el cambio climático que las grandes aglomeraciones urbanas.
Obviamente, todos estos cambios exigen tiempo. No vamos a transformar de la noche a la mañana los hábitos poco saludables de nuestra sociedad, en su mayoría sedentaria. Sin embargo, a nivel individual, está en manos de cada uno de nosotros. Así que hazte un favor a ti mismo y a tu mente, corazón y barriga: cuando pongan el próximo partido del Mundial en la tele, disfrútalo, pero luego levántate del sofá y sal a trotar un poco.
Arturo Betancourt Hoyos dice
Vale la pena documentar la influencia favorable del ejercicio y el deporte en los procesos de rehabilitación de enfermedades y accidentes, contribuyendo de esa forma a hacer sostenibles los Sistemas de Salud y a la reducción de discapacitados.
Victor Hugo Pineda S, dice
Ahora que estamos en pleno furor de la Copa América Junio del 2019 es propio y actual este articulo escrito por Steven Ambrus y el problema cada vez es mas grave y complejo por los vectores sociales de drogadiccion , desnutricion y politicas publicas donde se afectan los valores humanos y culturales por una simbiosis de evolucion en los conceptos de ideologia de genero y distorcion del libre desarrollo de la personalidad descartando de pleno las raices etnicas y culturales y porque no en terminos generales la filosofia del derecho aplicado a las distintas actividades del desarrollo humano y evolucion de comunidades..