Cada día hay más evidencia de que la calidad de los servicios de desarrollo infantil y, particularmente, la calidad de procesos o las interacciones entre los cuidadores y los niños y familiares, es fundamental para impulsar a la primera infancia. La calidad de procesos depende de las habilidades y formación de las personas que trabajan en contacto directo con los niños y la familias en los servicios de primera infancia. Este sector laboral desempeñado casi exclusivamente por mujeres incluye, por ejemplo, a trabajadores de los centros de atención infantil, educadores, visitadores a domicilio, trabajadores sociales y empleados comunitarios.
Exigimos calidad, pero sin las condiciones para asegurarla
A pesar del papel crucial que juegan en el desarrollo y aprendizaje de los niños, la falta de preparación, de apoyo y de recompensas profesionales es un problema generalizado en este sector laboral. En Estados Unidos, por ejemplo, el Centro para el Estudio del Cuidado Infantil asegura que los trabajadores de la primera infancia son de los grupos profesionales peor pagados. En ocasiones, sus salarios han llegado a niveles tan bajos que se han denunciado problemas de inseguridad alimentaria o de tratamientos médicos postergados.
Existen grandes obstáculos para mejorar las condiciones de trabajo de los empleados en la atención infantil. Es común que estos trabajadores se enfrenten a un volumen excesivo de trabajo, a carencias de beneficios sociales, salarios reducidos e informalidad laboral, insatisfacción en el trabajo, cualificación o preparación insuficiente, y falta de oportunidades para progresar profesionalmente. Muchos de estos problemas requieren un esfuerzo coordinado entre varios departamentos ministeriales, pero el punto de partida a corto plazo es, sin duda, la capacitación y la mentoría.
Capacitación y mentoría para mejorar las interacciones
Actualmente en América Latina y el Caribe existen muy pocos programas de la primera infancia que ofrecen una formación estandarizada y estructurada, con un currículo que responda a las necesidades laborales del sector. La Iniciativa para los trabajadores de la primera infancia, un esfuerzo multisectorial co-liderado por la Asociación Internacional Paso a Paso y Resultados para el Desarrollo para fomentar una mano de obra de calidad en la primera infancia, ha elaborado un conjunto de buenas prácticas para guiar el diseño de estos programas de formación.
La clave es:
- Definir con claridad las habilidades y el conocimiento que se espera de los trabajadores de este sector, y con base a esto,
- Alinear el contenido y las herramientas de los programas de formación y mentoría.
Definir claramente estas competencias es crítico para guiar a los supervisores —es decir, aquellas personas responsables de la mentoría de quienes están en contacto directo con los niños y sus familiares —sobre las habilidades que tienen que asesorar y fortalecer para asegurar la mejora continua del programa. En un estudio reciente diseñamos una lista de verificación para monitorear la calidad del servicio del programa peruano de visitas domiciliarias Servicio de Acompañamiento A Familias, con base a listas existentes. Esta lista de verificación corta y sencilla también sirve como herramienta de mentoría para los supervisores del programa durante sus observaciones rutinarias del desempeño de los visitadores a domicilio.
El video a continuación explica este estudio:
Esta herramienta de formación incluye destrezas específicas que los visitadores tienen que emplear en su trabajo. Por ejemplo, requiere observar con qué frecuencia el visitador interactúa y responde a las señales o gestos del niño, o si alaba y anima al niño mientras explora nuevas actividades. Apoyar a los trabajadores en estas prácticas tangibles es fundamental para dotarles de las habilidades que les permita proveer un servicio de alta calidad.
La calidad de la atención infantil se basa en su fuerza laboral
La calidad en la atención a la primera infancia depende en gran medida de las interacciones entre los trabajadores y los niños y sus familias. Hay muchas áreas que requieren intervenciones políticas para mejorar las condiciones laborales. El entrenamiento y la formación son el punto de partida. No podemos seguir hablando de mejorar la calidad de la educación temprana si al mismo tiempo ignoramos a quienes realmente tienen sobre sus hombros la gran responsabilidad de impartirla.
¿Qué estrategias crees que se pueden utilizar para apoyar mejor y fortalecer a la fuerza laboral para la primera infancia? Cuéntanos en los comentarios o menciona a @BIDgente en Twitter.
HUMBERTO MEJÍA CÁBULO dice
Excelente artículo, trabajo en Centro de Emergencia de Villavicencio y soy Presidente de la Fundación LLano y Orinoquia, me gustaría leer el artículo completo, pues no se deja abrir.
Marta dice
Buenas tardes! Es excelente la información enviada, me es muy útil para aplicarla en el desarrollo de mi tarea como facilitadora de un programa de desarrollo infantil en mi país, Argentina. Permite desenvolver mi rol con mucha responsabilidad y mejorarlo cada día en el proceso de las visitas a las familias.
Saludos cordiales.
Marta.
Rosana Gamboa Moreno dice
Como AE de primera infancia, me interesa todo lo que me pueda aportar saberes en mi labor y mejora de la calidad de la educación de los niños y niñas de 0 a 5 años.
Como AE fami, trabajo con 12 familias a las cuales se les capacita y se les hace acompañamiento una vez al mes en su hogar; lo cual me agrada por que siento que le permite un momento de felicidad y tranquilidad a los bebés.
En un país como Colombia que se vive la pobreza, nos damos cuenta que ser humildes no es lo complicado sino sino la falta de respeto y equidad.
Muy amables por compartir.
Blanca Báez dice
Muy interesante
Cecilia dice
No podría estar más de acuerdo! Es fundamental apoyar aquellos que se dedican al cuidado de los chicos. Acompaño a niños que están en un hogar en Buenos Aires y veo que los que ahí trabajan tienen mucha garra y pasión por lo que hacen, y si tuviesen más recursos y capacitación para utilizarlos mejor y focar los esfuerzos en la atención a los chicos el resultado sería increíble tanto para los chicos como para los que trabajan en el hogar.
Eduardo Niño dice
Pienso que la formación de los formadores de nuestros niños y niñas es la prioridad del proceso educativo de nuestros niños. Ahí está la principal dificultad pues no solo no se ha definido como prioritaria y como política social para todos los gobiernos, sino que los actuales formadores tiene una concepción muchas veces mágica sobre la educación y reproducen lo antisocial que todos llevamos dentro desde pequeños; por supuesto hay una generación de profesores jóvenes que se empiezan a cuestionar el tipo de educación, los contenidos y metodologías que se deberían implementar en este proceso pero que casi se pueden contar con los dedos de la mano.
Por otro lado los formadores de nuestros niños son dos partes bien separadas pero que deben trabajar en equipo, en armonía, articulados y con una meta común. Los profesores de las escuelas y de los equipos de formación que diversa índole participan en el proceso y los padres que en un principio son los únicos formadores del pequeño recién nacido y luego se deben relacionar con los educadores externos de la pareja de padres.
Los dos deberían tener formaciones similares pero diferentes, con coherencia entre una y la otra y con la misma proyección. Se deben formar como formadores en escuelas diferentes pero con contenidos bien definidos que no se contradigan sino que se complementen.
Son dos esfuerzos diferentes, los dos deben ser políticas de estado y tener planes programas y proyectos con presupuestos suficientes para compensar el trabajo de los formadores. Pues como se dice en el artículo, a estos formadores ” como solo educan a los indefensos niños” no se le reconoce la enorme importancia social que tiene su trabajo. Pienso que más que fortalecer el bachillerato y las universidades, el foco principal de desarrollo de nuestros países debe ser la formación de nuestros niños de cero a siete años.
O preguntémonos lo siguiente:
Cuándo empezamos a respetar, a amar, colaborar, a construir, a trabajar en equipo, a ser solidarios, a imitar lo bueno y lo malo, a reconocer el peligro, a reconocer las oportunidades, tec, etc.
Cuándo tenemos mejores condiciones para aprender otro idioma, para respetar el sexo opuesto o no discriminar la orientación sexual, para reconocer la importancia de nuestra participación como seres sociales en la sociedad, cuándo aprendemos a ser machistas, a ser egoístas o generosos, etc.
Cuándo podemos comprender mejor el lenguaje (Bilingüismo), las matemáticas y todos los conocimientos que hacen posible la posterior formación académica.
En fin, en esta primera infancia se definen los elementos principales que van a determinar los comportamientos sociales, que van a determinar la importancia de los principios y valores que vamos a priorizar en nuestro desarrollo posterior. Ahí es en donde vamos construyendo la fortaleza para que los niños no sean fácil presa de la droga y los vicios ahí es donde se cimentará la actitud sobre la vida y las oportunidades y en donde daremos pasos reales para una igualdad social y la construcción de la futura democracia.
También es la etapa en la cual una alimentación adecuada es la base para el desarrollo como persona y es la principal medicina preventiva que se puede hacer, sembrar las condiciones fisiológicas necesarias en los cuerpos de nuestros bebés es básico para el futuro.
En fin démonos cuenta que casi la totalidad de nuestros futuros comportamientos se definen en esta primera infancia, dedicarle presupuesto a su implementación es el mejor negocio que como inversión social puede hacer un país. Cuántos problemas de drogas, de crear oportunidades, de prevenir la corrupción, de mejorar la cultura ciudadana, de disminuir la conflictividad social por machismo, segregación, etc. Y cuánto le cuesta a un país tratar toda esta conflictividad.
Rosalba Zenteno Martínez dice
Excelente reflexión, todos los que estamos en una gran responsabilidad en los Centros Educativos de la Primera Infancia tenemos que capacitarnos continuamente, pero son muy limitadas se le da mas importancia a otros niveles educativos. Cuando los cimientos están aquí.