Parecería que por donde quiera que mire, en Haití me encuentro con una nueva especie de ave, o de pez, o de mamífero, o diversas comunidades de especies que no teníamos noción de que existían allí. Ya se trate de la ballena jorobada que en enero sorprendió a todo el mundo apareciéndose por la Bahía de Fort Liberte, de la increíble diversidad de invertebrados hallados en la cristalina Riviere Glace, en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Macaya, del pece endémico descubierto en el Río Trou du Nord que atraviesa el Parque Industrial Caracol, o de las espátulas rosadas, ibis blancos y flamencos que suelen verse en las marismas del Parque Nacional Tres Bahías, los indicadores de una persistente biodiversidad de alto valor están por doquier y al alcance de la mano.
Cuanto más aprendemos sobre los ecosistemas de Haití, más nos damos cuenta no sólo del alcance de la riqueza de sus especies sino también del rol esencial que desempeñan, ayudando a sostener la economía del país.
Los ecosistemas de arrecifes de coral, hierbas marinas y manglares contribuyen a la subsistencia de más de 50.000 pescadores, al tiempo que protegen a centenares de poblaciones y villas de los peores impactos de las tempestades que se desatan durante la temporada anual de huracanes. Las colinas boscosas del Massif La Selle proveen agua dulce a millones de personas que viven en Puerto Príncipe y a lo largo de la costa sur, al tiempo que preservan un rico suelo y evitan inundaciones y deslaves. Mantener la salud de esos ecosistemas es el mejor reaseguro de Haití contra los esperados embates del cambio climático: tormentas más vigorosas y elevación del nivel del mar.
Y sin embargo, se ha vuelto moneda corriente para mí escuchar declaraciones como “Haití no puede darse el lujo de crear parques nacionales. ¡Lo que necesita es infraestructura!” o “No tiene caso preocuparse por el impacto ambiental de nuestro desarrollo en Haití. ¡Ya no queda nada allí que valga la pena proteger!” Mi respuesta a eso es: pues entonces no han mirado bien. Los bosques de montaña, los manglares, los arrecifes y otros ecosistemas son en realidad infraestructura verde que aporta un servicio vital, en particular para la reducción de la pobreza. Cuando planeamos inversiones en infraestructura para apuntalar los medios de subsistencia de la población, debemos asegurarnos de que, tal como se hace en Europa y otras regiones desarrolladas, estamos incluyendo la infraestructura verde. El establecer y asegurar el manejo efectivo de las áreas protegidas en todos los ecosistemas de Haití asegura la supervivencia de generadores clave de actividad económica y sienta las bases para el futuro desarrollo económico del país.
Su increíble biodiversidad y alto endemismo, típico de los ecosistemas insulares, son lo que definen el carácter natural único de Haití. Es este carácter natural único, junto a la particular herencia cultural del país, mucho más que otro resort turístico de playa Caribeña , que aportará las bases y la propuesta única de venta que Haití necesita para impulsar su competitividad y dar empuje al futuro desarrollo sostenible del turismo.
Mientras continuamos trabajando junto a la flamante Autoridad Nacional de Áreas Protegidas (ANAP) de Haití y a The Nature Conservancy (TNC) para completar la evaluación de la línea de base ecológica para el recientemente creado Parque Nacional Tres Bahías y para impulsar los esfuerzos destinados a crear medios de vida alternativos sustentables para la gente que allí habita, reconocemos que la naturaleza provee la infraestructura esencial para el desarrollo económico, y a un costo mucho menor que el de la infraestructura construida por el hombre. Debemos continuar trabajando con nuestros socios en el gobierno y nuestros colegas en otros sectores para ayudarlos a apreciar que la inversión en la capacidad de Haití de preservar la naturaleza es un componente esencial de la estrategia de desarrollo económico del país.
Christian Dobereiner dice
Interesting Post, always happy to see good examples of how environmental conservation can promote social development. The key challenge seems remains, that is to find practical ways in witch small land owners would have tangible benefits (generating cash) from conservation. Would love to hear more about that.