A pesar de los avances de la participación de la mujer en numerosos sectores, a nivel mundial “la proporción de mujeres en la industria de la construcción permanece llamativamente baja desde hace décadas: por debajo del 3%”[1]. De hecho, se considera que las mujeres son disruptivas en un ambiente laboral “exclusivamente masculino” y que deben enfrentar estereotipos culturales, acoso sexual, y desafíos con respecto al equilibrio entre la vida laboral y familiar. Sin embargo, habiendo destinando buena parte de los recursos para el desarrollo de América Latina a la financiación de la construcción de infraestructura, el Banco se encuentra promoviendo de manera activa políticas de inclusión de género para que las mujeres participen y se beneficien del proceso de desarrollo, en todas sus etapas, aún en la industria de la construcción. El financiamiento que el Banco brinda a la mayor planta petroquímica en América Latina, ofrece un claro ejemplo del nuevo paradigma: aquel que postula que el empleo femenino puede convertirse en una importante fuente de ventaja competitiva para las empresas.
El Proyecto Etileno XXI, aprobado en 2012, se encuentra cercano a la ciudad de Coatzacoalcos, en México, una región que alberga a aproximadamente el 85% de la industria petroquímica del país. Durante la fase inicial de debida diligencia, el Banco logró identificar varios riesgos para el éxito del proyecto. Para mitigar dichos riesgos, el Banco exigió que el Proyecto sostuviera un fuerte compromiso con las comunidades locales, incluyendo 1) priorizar la contratación local; y 2) aumentar la participación de la mujer en la fuerza de trabajo de la construcción.
Hacia fines de 2015, el 20% de la mano de obra no calificada se constituía de mujeres, mientras que el 4% de las empleadas ocupaba posiciones consideradas “calificadas” dentro de Etileno XXI. Si bien hay espacio para la mejoría, dichas cifras representan un adelanto si se las compara tanto con el promedio nacional de México (donde las mujeres constituyen alrededor del 3,5%[2] de la industria de la construcción) como con el de Estados Unidos (9%[3]). Tres iniciativas fueron fundamentales para alcanzar tales cifras:
- Capacitación y contratación de hombres y mujeres
La Compañía trabajó de manera simultánea sobre dos elementos clave: educación que apoyara la inclusión de la mujer en el lugar de las obras, y modificaciones en el lenguaje de contratación a fin de enfatizar la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. Como resultado, a pesar de las dudas tradicionales que surgían dentro de la industria de la construcción mejicana acerca de las habilidades que poseían las mujeres para incorporarse en tal ámbito laboral, de todas las personas que fueron capacitadas, el 17% correspondía al género femenino. Lo que es más, el 94,3% de las mujeres aprobó un examen de certificación clave, el ICATVER, un instituto de formación del gobierno del Estado de Veracruz, frente a un 91,9% de los hombres.
La categoría laboral de “ayudante de la construcción”, tradicionalmente asociada a hombres sin calificaciones específicas, atrajo a gran cantidad de mujeres carentes de dicha formación, que encontraron en este rol un punto de entrada favorable a la industria de la construcción. El 42% del total de los empleos otorgados a mujeres en el Proyecto fue bajo la categoría de “ayudante de la construcción”. Para posiciones más calificadas, tales como aquellas relacionadas al trabajo civil o mecánico, se postuló una cantidad menor de trabajadoras. Sin embargo, el 48% de aquellas que se postularon fueron contratadas, en comparación con un índice de contratación del 43% para sus colegas masculinos. En total, el 90% de las personas que fueron capacitadas fueron luego contratadas para el Proyecto, siendo estas el 92,9% de las mujeres totales, contra el 89,7% de los hombres. En aquellos puestos relacionados con las fuerzas de seguridad para la integridad tanto física como de bienes, posiciones tradicionalmente ocupadas por hombres, el 25% de los puestos están actualmente siendo ocupados por mujeres.
- Desarrollo de capacidades para mujeres: cuando les es dada la oportunidad, las mujeres se destacan en el desempeño de las tareas
El Proyecto también se enfocó fuertemente en ofrecer oportunidades de capacitación para que las mujeres incorporen y desarrollen nuevos conocimientos, en particular, aquellos asociados a habilidades técnicas y de seguridad. En roles no tradicionales, tales como capataces, la participación femenina aumentó de ser nula en 2013 a 8 en 2015. Como parte de esta iniciativa, 24 mujeres fueron capacitadas como Instructoras Técnicas, y cinco se certificaron como Técnicas y Operadoras de Grúa, un paso muy importante para las mujeres en el ámbito de la construcción.
El programa de desarrollo de capacidades, también permitió a estas mujeres a beneficiarse de manera progresiva de los ascensos: partiendo del 5% de ascensos otorgados en 2013, a más del doble en 2015 (11%). En un caso particular, una supervisora será la única que la Compañía retendrá hasta finalizada la construcción, ya que su desempeño fue mejor que el de sus compañeros masculinos.
- Empoderamiento y apoyo a las mujeres en el lugar de trabajo
Conforme las mujeres ingresaban a la fuerza de trabajo del Proyecto, fue necesario abordar ciertas conductas habituales relacionadas con la violencia de género, acoso sexual, dificultades para lograr el equilibrio entre la vida laboral y familiar, y cuestionamientos acerca de la resiliencia física de las mujeres. Con el apoyo del BID y la CFI, el Proyecto Etileno XXI nuevamente le hizo frente a los desafíos:
- Implementando una política de “tolerancia cero” frente al acoso sexual. Se brindó capacitación a todos los empleados acerca del acoso sexual durante el reclutamiento y en ocho sesiones adicionales, a fin de reforzar la política de “tolerancia cero”.
- Incorporando un mecanismo de reclamo que cataloga a todos los casos de acoso como “de alto riesgo”, demandando su atención inmediata.
- Afrontando las problemáticas relacionadas con la violencia de género dentro de las comunidades, en asociación con el Instituto Municipal de la Mujer de Coatzacoalcos. Las mujeres fueron capacitadas en derecho laboral femenino, y se organizaron anualmente eventos de concientización en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer.
El programa de contratación local, sumado a estas políticas inclusivas y a los programas de empoderamiento, resultó muy efectivo para obtener el apoyo y la aceptación de las comunidades circundantes, permitiendo que el Proyecto se desenvuelva sin desafíos gremiales ni sindicales significativos. Los impactos de dichas políticas e iniciativas de inclusión de género trascendieron a la obra en construcción y resultaron decisivas para ayudar a las mujeres a superar barreras generadas por estereotipos de género, dentro de las comunidades circundantes.
[1] Women in Construction- still breaking ground. Centro Nacional de Leyes para la Mujer. 2014
[2] INEGI. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, por género. Q4 2014-www.inegi.org.mx
[3] Asociación Nacional de Mujeres en la Construcción – www.NAWIC.org
Leave a Reply