Cada mañana, tenemos el privilegio de beber uno de los mejores cafés del mundo, gracias al trabajo de personas como Florinda Montezuma, productora indígena de la comarca Ngäbe-Buglé en Panamá.
Cada día, Florinda trabaja bajo el sol ardiente, agachada con su bebé en su regazo, o de pie con una pesada canasta atada a su cintura, o con la espalda doblada y las manos en el agua, repitiendo los mismos movimientos durante horas… De los pies a la cabeza, todas las actividades asociadas al cultivo de café le provocan dolores en múltiples partes de su cuerpo.
Desde que conocemos a Florinda y sus duras condiciones de trabajo, el café sabe bastante amargo. Lastimosamente, Florinda no es un caso aislado.
A nivel global, los trastornos musculoesqueléticos han alcanzado proporciones epidémicas entre los trabajadores agrícolas. En Centroamérica, la enfermedad renal crónica, que afecta mayoritariamente a los trabajadores agrícolas, es una de las principales causas de mortalidad en las comunidades rurales, con 30.000 muertes al año. Desde los Estados Unidos hacia la India, pasando por Francia, la tasa de suicidio entre los agricultores y trabajadores agrícolas es entre 3 y 15 veces más alta que en la población general.
En el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, recordemos que la agricultura, esta honorable actividad de la que depende la vida a través de la producción de nuestros alimentos, es una de las ocupaciones más duras que existe.
Mejorar la salud ocupacional en el agro: una cuestión ética y existencial
Exposición a plaguicidas, que pueden causar cáncer, enfermedad de Parkinson y trastornos reproductivos; a grandes cantidades de polvo, que puede contener moho y bacterias y provocar enfermedades respiratorias; a radiación solar, que puede provocar cáncer de piel; a ruidos fuertes, que pueden causar pérdida de audición… Posturas incómodas y movimientos repetitivos, que provocan dolores esqueleto-musculares; trabajo extenuante bajo condiciones climáticas extremas, que causa estrés térmico e insuficiencia renal crónica… Condiciones ambientales impredecibles y preocupaciones financieras permanentes, que provocan altos niveles de estrés psicológico y graves problemas de salud mental…
A nivel global, la prevalencia de las enfermedades profesionales en el sector agrícola es mayor que en cualquier otra industria. Además, la Organización Internacional del Trabajo estima que la mitad de todos los accidentes laborales mortales ocurren en el sector agro.
Y el cambio climático va a empeorar una situación ya dramática: la mortalidad ocupacional relacionada con el calor es 35 veces mayor entre los trabajadores agrícolas en comparación con los trabajadores de otras industrias.
Adicionalmente, existe en América Latina y el Caribe factores agravantes que empeoran la situación de la salud ocupacional en el agro:
- La alta informalidad laboral rural, que impide el acceso a una protección social adecuada.
- El déficit de servicios de salud en prevención y atención en las áreas rurales.
- Ser migrante: en una región donde la migración laboral agrícola concierne millones de personas, es importante destacar que los trabajadores agrícolas migrantes reportan tasas más altas de enfermedades, lesiones y muertes relacionadas con el trabajo en comparación con los trabajadores locales.
- El trabajo infantil: más de 8 millones de niños de entre 5 y 17 años trabajan en LAC y casi la mitad trabaja en el sector agrícola. Los niños, cuyo cuerpo y funciones cerebrales aún están en desarrollo, son aún más vulnerables que los adultos a las difíciles condiciones laborales.
Esta situación inaceptable plantea no solo un problema moral sino también un riesgo de sostenibilidad para el agro. Por ello, mejorar la salud ocupacional de las trabajadoras y trabajadores del sector debería ser considerada un desafío social tan importante como cualquier otro.
Mejorar la salud ocupacional en el agro para empujar el relevo generacional
El relevo generacional es un inmenso desafío para el futuro del sector agropecuario. Por un lado, los jóvenes son agentes de cambio clave, que el sector necesita para abordar los grandes desafíos contemporáneos, incluyendo la digitalización y la innovación tecnológica. Por otro lado, el agro es un sector que envejece, y muchos productores temen que no haya una sucesión generacional. Los obstáculos al cambio generacional en la agricultura son múltiples. Sin embargo, entre ellos destaca la “falta de motivación” de los jóvenes, causada –entre otros factores– por las malas condiciones de trabajo en agricultura. Mejorar las condiciones laborales y por lo tanto la salud ocupacional en el agro, aparece entonces como una condición imprescindible para incentivar a los jóvenes a trabajar en el sector.
Mejorar la salud ocupacional en el agro para superar barreras a la innovación
Las malas condiciones de trabajo y de salud ocupacional pueden convertirse en barreras a la innovación agropecuaria. Por ejemplo, la carga de trabajo asociada a la implementación de ciertas prácticas agroecológicas puede ser un obstáculo a la adopción de las mismas. Otro ejemplo es el estrés que, según estudios, se asocia negativamente con el comportamiento innovador.
Mejorar la salud ocupacional en el agro: ¿Qué podemos hacer?
En materia de salud ocupacional en agricultura, faltan datos completos, confiables y recientes. A nivel global, la mayoría de los estudios conciernen los Estados Unidos, mientras que los estudios en LAC se concentran en Brasil, Colombia, México y Argentina. Siendo que “lo que no se mide, no se gestiona”, una prioridad es entonces generar conocimiento sistemático sobre la salud ocupacional en el sector agropecuario de los países de la región.
Por otro lado, la evidencia sobre intervenciones efectivas para abordar los problemas de salud ocupacional de los trabajadores agrícolas recomienda combinar:
- Soluciones regulatorias y funciones de apoyo en materia de salud ocupacional. Al respecto, se puede destacar iniciativas como la reciente póliza del Seguro de Riesgos del Trabajo creada en Costa Rica para los recolectores de café, incluido la mano de obra migrante.
- Medidas técnicas y organizativas, considerando la mejora de la salud ocupacional como objeto de innovación y ofreciendo, por ejemplo, herramientas y equipos ergonómicos, o alternativas inocuas a sustancias tóxicas.
- Información y capacitación con enfoques participativos para considerar la gran diversidad de los trabajadores y de sus tareas. Al respecto, estudios de caso en Colombia, Indonesia y Madagascar sugieren que la agrupación de productores es un factor propicio a la mejora de la salud ocupacional, al contribuir a la diseminación de información y al facilitar la formación.
En el Banco Interamericano de Desarrollo iniciaremos diagnósticos integrales de salud ocupacional de los trabajadores agrícolas en varias áreas de Panamá, Honduras, El Salvador y Belice. Gracias a recursos del Fondo Natural Capital Lab de Francia y de la mano con universidades miembro del Programa Salud, Trabajo y Ambiente (SALTRA), esperamos generar líneas de base que apoyen la concientización y la toma de decisión a favor de la salud ocupacional de los trabajadores del agro.
Y tal vez (¡ojalá!) pronto, Florinda ya no tenga que sufrir tanto para producir el café que tomamos en la mañana.
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Créditos de imagen: Shutterstock
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