El 12 de diciembre del 2015 se firmó en París el primer acuerdo global y vinculante para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y adaptarse al cambio climático. La base del Acuerdo de París son las Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional (ahora NDCs, por sus siglas en inglés), las cuales establecen los esfuerzos de cada uno de los países para reducir sus emisiones de gases GEI y lograr en conjunto el no sobrepasar los 2°C de forma global.
México fue el primer país latinoamericano en presentar su NDC, y el primero en integrar además de un componente de mitigación, uno de adaptación al cambio climático. El componente de mitigación contiene dos tipos de medidas:
- no condicionadas: que son las que el país solventará con recursos propios y con las cuales se compromete a reducir sus emisiones de GEI para el 2030 a un 22% con respecto a las emisiones del año 2000, y
- las condicionadas: las cuales podría llevar a cabo México si obtiene recursos adicionales y transferencia de tecnología, reduciendo sus emisiones de GEI hasta en un 36%.
Estos compromisos ambiciosos y positivos llevan consigo la pregunta ¿cómo se lograrán tan importantes metas? La respuesta es mediante la participación de todos los sectores de la sociedad, como organizaciones de la sociedad civil, academia, sector privado y las instituciones de los tres órdenes de gobierno. Si bien el acuerdo se ha tomado a nivel internacional, las acciones se deberán llevar a cabo desde lo local. Es en los estados, ciudades o comunidades en donde todos estos actores confluirán para llevar a cabo medidas de mitigación o adaptación ante el cambio climático. Por ejemplo, para lograr mitigar las emisiones de GEI se deberá reducir el consumo de combustibles fósiles, mediante acciones como el impulso a la movilidad alternativa, la activación de programas para la adopción de equipo industrial de bajo consumo energético, la generación de energía eléctrica a través del biogás, etc. Por otra parte, teniendo presente que no todas las regiones serán afectadas de igual forma por el cambio climático, para adaptarse ante sus impactos se deberá reducir la vulnerabilidad de asentamientos humanos e infraestructura ante eventos climáticos extremos, e incrementar la resiliencia de los ecosistemas a través de su manejo sostenible, por mencionar algunas.
Reconociendo esto, la Ley General de Cambio Climático en México establece que las facultades son de competencia de los estados, entre las cuales está el desarrollar incentivos y acciones de mitigación y adaptación y la elaboración de sus programas de cambio climático.
En México, aproximadamente el 40% de sus estados cuentan con un Programa de Cambio Climático, en los cuales se presentan sus inventarios de GEI, un análisis de vulnerabilidad ante los posibles impactos y señalan medidas que se podrían tomar para contribuir a un desarrollo bajo en carbono y resiliente.
Esto destaca que en México existe el punto de partida necesario para que los estados puedan contribuir con las metas planteadas en el NDC, quedando pendiente la puesta en marcha de los mismos, lo cual depende de las capacidades técnicas y de acceso al financiamiento. Las condiciones están dadas para que se logren los objetivos planteados en París, y los gobiernos sub-nacionales son una pieza clave de ello, si lo lograremos o no dependerá de la acción conjunta de todos los actores involucrados. Te invitamos a que conozcas cómo el Banco Interamericano apoyó la elaboración de los Programas de Cambio Climático de los estados Campeche, Yucatán, Tamaulipas, Oaxaca y Tabasco. Para ver el video haga click aquí
Benjamin Reinoso dice
Las federaciones de trabajadores deben empoderarse a través de sus diferentes afiliados a los sindicatos y hacer la diferencia como actores sociales en las mingas de siembra de árboles, y reforestar masivamente las zonas desprotegidas o en riesgo de erosión.