Llevamos más de siete meses viendo como el COVID-19 se transforma en una crisis económica, social y sanitaria. En América Latina y el Caribe (ALC), la crisis es una tragedia que se ha cobrado cientos de miles de vidas y en la cual algunos países llevan más de 150 días de confinamiento, dejando grandes secuelas económicas, físicas y psicológicas.
En la región, la pandemia ha afectado a diversos sectores como el laboral, el turismo y el comercio. Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indica que el COVID-19 ha dejado 41 millones de personas desempleadas en ALC. La recuperación económica debe ser sostenible con miras hacia un futuro de cero emisiones netas y resiliente al clima.
¿Qué acciones son clave para impulsar el crecimiento sostenible en ALC?
1. Se requiere un equilibrio entre el empleo y el crecimiento económico
COVID-19 aceleró la tasa de desempleo en sectores claves para la economía de los países, impactando los ingresos de los trabajadores y de los hogares. Muchos países de la región han apostado por impulsar las fuentes nacionales de crecimiento con el fin de minimizar el grave impacto que han tenido en sus exportaciones. La OIT aconseja que los países desarrollen políticas sociales y de empleo robustas para apoyar la recuperación.
Por ejemplo, es necesario aplicar distintas políticas salariales e inversión en infraestructura dado que la protección social brinda un apoyo a los ingresos y los servicios con el fin de velar por los más vulnerables. Países como Argentina, Las Bahamas, Barbados, Belice, Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, Guatemala y Uruguay han reducido o postergado los impuestos laborales con el objetivo de apoyar la liquidez.
Volver a la “vieja normalidad” no es una opción y sería “tapar el sol con las manos”, dicho de manera informal. Se requieren cambios estructurales en los patrones de producción y de consumo. Un nuevo informe del BID y la OIT indica que la transición a una economía de cero emisiones netas podría crear 15 millones de nuevos empleos netos para 2030 en América Latina y el Caribe.
Como en toda transición hay ganadores y perdedores. La transición provocaría la desaparición de unos 7.5 millones de empleos en los sectores de energía y agricultura. Sin embargo, se crearían 22.5 millones de empleos en silvicultura, electricidad renovable, construcción y manufactura.
La recuperación sostenible debe velar por medidas que apoyen a los más afectados y, para ello, se deben estimular la economía y el empleo, de la misma forma que se protege a los trabajadores.
2. El papel de las pymes es esencial en la recuperación económica
En América Latina y el Caribe existen más de 10 millones de micro y medianas empresas que representan más del 33% del PIB. En Argentina, por ejemplo, se estima que 42 mil pymes cerraron a raíz de la pandemia.
La ONU destacó la relevancia que tienen las pymes en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible dada su capacidad de fomentar la innovación, la creatividad y la oferta de un trabajo decente. Resulta esencial incluir aspectos y principios de sostenibilidad en el modelo de negocio para transitar hacia un desarrollo sostenible. Frente a la crisis, el BID aprobó una operación para apoyar la sostenibilidad y recuperación de MIPYME en Argentina.
Para proteger y fortalecer las pymes es necesario brindarles la posibilidad de adaptarse a esta “nueva normalidad” ya que éstas fomentan la innovación y promueven nuevas tecnologías, además de cadenas de valor y de financiamiento. La posibilidad de acceder a créditos e incentivos fiscales podría contribuir a la creación de nuevos empleos y potenciar en el largo plazo una formalización del empleo.
Otra acción crítica es la digitalización. Dado que el confinamiento tiene lugar en la mayoría de los países de la región, la potencialización de nuevas tecnologías y la digitalización es un aspecto clave. En Brasil, por ejemplo, se está ayudando a las pymes a dotarse de capacidades digitales. El Servicio Brasileño de Apoyo a la Empresa (Sebrae) ofrece servicios digitales a pymes tales como la emisión de facturas online, una plataforma de comercio electrónico, la comparación de servicios financieros y el acceso a expertos en impacto del COVID-19 en los negocios.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 8, “Trabajo Decente y Crecimiento Económico”, es vital para recordar a los gobiernos sobre la importancia de abogar por garantizar la continuidad de los negocios a través de apoyo financiero a empresas y protección a los trabajadores vulnerables. En Honduras, el BID aprobó un crédito de US$19,96 millones para beneficiar a unas mil MIPYME del sector turístico que se vieron afectadas por la crisis para que puedan acceder a créditos, produciendo un impacto positivo en su sostenibilidad, nivel de empleo y sus ventas.
Otra acción clave para hacer más verdes a las pymes en la recuperación económica es brindarles planes de financiamiento dirigido, como los préstamos verdes. La sostenibilidad debe estar en el centro de su negocio, ya que les brindará a las empresas la capacidad de adaptarse y ser resilientes frente a crisis como el COVID-19 u otras como la climática.
3. La protección social estabiliza el sector económico y el empleo
La pandemia ha afectado la cadena de pagos iniciando una crisis económica. Producto de la crisis, se desencadenaron despidos y pérdidas de contratos laborales. En América Latina y el Caribe, la situación económica y respuesta a la crisis es heterogénea: algunos países tienen una mayor capacidad de respuesta en los sistemas de salud y otros, por supuesto, menor.
La protección social durante la crisis es imprescindible para reducir el riesgo y la vulnerabilidad social y económica; y es un aspecto crítico en la erradicación de la pobreza. Dado el contexto actual, la pandemia es un llamado a la acción hacia los gobiernos y formuladores de políticas para implementar un sistema de protección social en los países que hoy son vulnerables. Los países que sean capaces de implementar una cobertura de protección social contarán con una estructura equipada para proteger a su población, brindando beneficios de desempleo, pensiones, acceso universal a la salud y programas de infraestructura.
Una recuperación sostenible para crear un futuro mejor
La región puede apostar por un futuro sostenible y muchos países ya lo están haciendo. Tal es el caso de Costa Rica, que está usando su Plan Nacional de Descarbonización para guiar la recuperación hacia una economía prospera y de cero emisiones netas. COVID-19 presenta una oportunidad económica, social y ambiental, así como también traza el camino para hacer la transición hacia cero emisiones netas.
América Latina y el Caribe deberá ser capaz de responder a la crisis, incluyendo en sus paquetes de recuperación económica cambios estructurales que aumenten la resiliencia frente a futuras crisis. El diálogo social es importantísimo entre todos los actores y tomadores de decisiones para proporcionar una salida sostenible frente a la crisis mientras ayuda a los trabajadores, las comunidades y las empresas a garantizar condiciones de trabajo decente.
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Foto: ThisisEngineering
Candelaria dice
Gran entrada, es imprescindible apoyar un futuro cero emisiones netas. Garantizar protección social tiene que ser la agenda en la región