¿Cuándo volverá la vida a la “normalidad”? Es lo que muchos se preguntan, mientras los gobiernos luchan por proteger a sus ciudadanos y desarrollar planes de rescate económico. En América Latina y el Caribe (ALC) donde ya se han registrado más de 266.000 muertes, la situación es desalentadora. El impacto en el empleo es desolador, con estimaciones que sugieren que se podrían perder hasta 17 millones de empleos formales y 23 millones de empleos informales, y que 2,7 millones de pequeñas empresas se verían obligadas a cerrar.
La región no puede esperar a que termine la emergencia de COVID-19 para planificar la recuperación. Tampoco puede improvisar soluciones rápidas, que ignoren los desafíos estructurales que persisten, como la desigualdad, la falta de servicios públicos de calidad y la crisis climática y ecológica.
La provisión de infraestructura sostenible es fundamental para la recuperación
Muchos países como el Reino Unido y Sudáfrica están desarrollando paquetes de estímulo económico que incluyen inversiones en infraestructura, para incentivar la recuperación. A su vez, los servicios de infraestructura han desempeñado un papel central en la lucha contra la pandemia, y serán fundamentales para la recuperación. No es casualidad que algunos países hayan adoptado medidas fiscales y financieras para apoyar la construcción, entre ellos Argentina y la República Dominicana.
Dado su efecto multiplicador en la economía, a través de la atracción de inversiones y creación de empleos, el gasto en infraestructura puede ser un componente importante de los paquetes de estímulo postcrisis. Un informe reciente del BID argumenta que, en el caso de ALC, por cada dólar de inversión en infraestructura, el PIB aumenta en aproximadamente 1,5 dólares en un espacio de 5 años. Sin embargo, los países de ALC, que enfrentan fuertes restricciones fiscales, no pueden ser tan generosos con sus paquetes de estímulo; por lo que elegir los proyectos adecuados será fundamental.
Si bien el apoyo a una recuperación verde está ganando impulso, este enfoque hacia la infraestructura es insuficiente para asegurar una recuperación sostenible, que debería poner al medioambiente y a los ciudadanos en el centro de todos los esfuerzos. Los profundos problemas que tiene la provisión de infraestructura en ALC no pueden dejarse de un lado: El último reporte insignia del BID, De estructuras a servicios: el camino hacia una mejor infraestructura en ALC muestra que, si bien el acceso a servicios como el agua y la electricidad ha aumentado, la calidad y la asequibilidad aún son problemáticas. En una región donde los más pobres gastan una parte desproporcionada de sus ingresos en pagar servicios de básicos infraestructura con respecto a lo que se gasta en otras regiones en desarrollo, los planes de recuperación “verdes”, por sí solos, no son un camino viable para construir economías sostenibles e inclusivas.
En su lugar, necesitamos planes de recuperación sostenibles, que respondan a la escala de una crisis sin precedentes, y aborden estos desafíos, estableciendo una hoja de ruta clara para implementar prácticas de infraestructura sostenible.
El compromiso del BID con la infraestructura sostenible ha aumentado
En el BID, promovemos infraestructura sostenible para apoyar una recuperación alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Como se establece en nuestro Marco de Infraestructura Sostenible, la infraestructura toma en cuenta cuatro pilares de sostenibilidad: institucional, social, económico-financiera y ambiental. No considerar estos cuatro aspectos al diseñar, financiar, construir u operar los activos y servicios de infraestructura, muy probablemente resultará en oportunidades perdidas de maximizar el retorno social y económico de los recursos invertidos.
De cara al futuro, es importante considerar nuestra historia cercana. Por ello, recientemente realizamos un ejercicio en el que extrajimos palabras clave relacionadas con sostenibilidad de los documentos de más de 170 préstamos de infraestructura durante la última década. Encontramos un aumento significativo en su uso que demuestra el creciente esfuerzo del BID y sus países socios por contemplar la transparencia, el acceso, el clima, la biodiversidad, la inclusión de género y los ODS en la infraestructura. Por ejemplo, Perú y República Dominicana han incorporado elementos de sostenibilidad en sus recientes planes nacionales de infraestructura.
¿Qué tipo de proyectos de infraestructura necesitan los países para impulsar una recuperación sostenible?
La infraestructura sostenible será clave para impulsar la recuperación. Los proyectos con un ángulo de sostenibilidad incluyen expansión de energías renovables, eficiencia energética y del uso del agua, el uso de soluciones basadas en la naturaleza para restaurar hábitats, y tecnologías para mejorar la gestión de los servicios. Estos proyectos pueden tener efecto multiplicador significativo, tanto en términos de inversión y empleo, así como a través de beneficios como una mayor inclusión social y menor contaminación ambiental. Un nuevo estudio del BID y la OIT muestra que la región podría crear 15 millones de nuevos empleos netos a 2030 en energías renovables, construcción, manufactura y agricultura sostenible, al apoyar una transición justa hacia las cero emisiones netas.
El mantenimiento de la infraestructura también puede ayudar a generar empleos y evitar mayores futuros. Además, existen oportunidades para aprovechar al máximo la inversión pública para que la infraestructura con la que se cuenta sea más resiliente al cambio climático, y se utilicen soluciones basadas en la naturaleza, como la restauración de manglares, para, por ejemplo, proteger los activos de infraestructura ubicados a lo largo de costas vulnerables a eventos climáticos.
Priorizar proyectos que impulsen la prestación de servicios básicos de calidad como salud, saneamiento y transporte público, también puede acelerar la recuperación y mitigar la necesidad de que los ciudadanos tengan que salir a las calles a exigir mejores condiciones de vida. La pandemia también nos muestra la importancia de preservar la seguridad de las cadenas de suministro: Inversiones en una mayor conectividad regional que mejore la autosuficiencia de las cadenas de suministro regionales, serán cruciales para fortalecer la seguridad alimentaria y garantizar, entre otros los suministros médicos necesarios.
Si bien la preparación adecuada de proyectos de infraestructura sostenible podría parecer más compleja o costosa, en comparación con proyectos convencionales, los rendimientos a largo plazo pueden ser mucho mayores y ayudar a evitar la acumulación de deuda innecesaria, a hojas de balance ya debilitadas. La visión de sostenibilidad del BID a lo largo de cuatro pilares es una forma útil de orientar proyectos para garantizar la aceptación social, la transparencia y la resiliencia.
Aprovechar el potencial de la infraestructura sostenible puede asegurar una recuperación que aborde, por una parte, la necesidad inmediata de proteger a los ciudadanos y rescatar las economías, mientras por otra parte se sientan las bases para cumplir con los ODS y viabilizar economías resilientes y bajas en carbono. Esta es una oportunidad única para hacerlo bien. Una recuperación sostenible, no solo verde, es el camino para asegurar un futuro mejor.
Otros recursos:
El empleo en un futuro de cero emisiones netas en América Latina y el Caribe
Climate Resilient Public Private Partnerships: A Toolkit for Decision Makers
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