¿Qué rol juegan las universidades en cuanto a la innovación y el emprendimiento en países de América Latina y el Caribe? El estudio “Innovative and Entrepreneurial Universities in Latin America” aborda las apuestas por parte las instituciones académicas por los emprendedores y los retos a los que pueden enfrentarse en estos esfuerzos.
Las universidades abordan el tema del emprendimiento
Realizado por el Centro para el Emprendimiento, PYMES, Regiones y Ciudades de la OCDE a partir de la iniciativa y bajo la coordinación de la División de Competitividad, Tecnología e Innovación del BID, y copatrocinado por el Banco Santander, el estudio explora cómo se integra el tema del emprendimiento en actividades de enseñanza y transferencia de conocimiento. Se encuentran en sus páginas buenas prácticas tales como el desarrollo de incubadoras y centros de apoyo al emprendimiento en el seno de las universidades, canales de vinculación entre las instituciones, ecosistemas de emprendimiento locales y regionales en los que funcionan, cursos, organización de eventos y otros semejantes. Las conclusiones apuntan a que este tipo de actividades son vitales para el futuro de la Educación Superior en América Latina, y también para el futuro del desarrollo económico y social de ciudades y regiones. Igualmente, surge la importancia de aunar esfuerzos y trabajar en redes para la difusión de estos esfuerzos.
El reto de la adaptación al cambio tecnológico y económico
Es bien sabido que el vertiginoso cambio económico y tecnológico afecta a todas las naciones y a todos los sectores de la actividad económica y social. La digitalización, para solo mencionar un campo especialmente importante de la tecnología, no es un fenómeno restringido a la industria de software, sino un proceso que afecta a cada una de las ramas de la economía. El mercado de trabajo transforma los empleos con una rapidez sin precedentes.
En un mundo así, es válido preguntar por la capacidad de adaptación de las universidades a este ritmo acelerado de cambio. En muchas áreas del conocimiento y la actividad laboral, los requisitos para obtener empleos son ya radicalmente diferentes al comienzo de una carrera universitaria en comparación a 4 o 5 años después cuando el profesional egresa después de haber cursado un plan de estudios que se elaboró hace una década.
Mientras tanto, la práctica empresarial se transforma, y el panorama de las empresas tradicionales es retado por start-ups que desarrollan soluciones disruptivas capaces de hacerse dominantes en los mercados en tiempos muy cortos. Los estudiantes, conscientes de estos cambios, demandan un tipo de formación diferente a aquella que los encaminaba a buscar un empleo profesional en el Estado o en una compañía grande, una nueva formación que los apoye a desarrollar sus propias ideas y a contribuir a los negocios o a enfrentar los retos de la sociedad de formas originales y de alto impacto.
Nuevas demandas y el futuro de la contribución de las universidades a la sociedad
Lo que está en juego es, así, tanto el potencial de las universidades para responder a las nuevas demandas de sus estudiantes frente a la oferta de carreras y con las prácticas de enseñanza tradicionales, como su capacidad de vincularse a sus entornos, transfiriendo tecnología y maximizando su contribución al desarrollo económico y social y a la innovación tecnológica. Estas consideraciones, resaltadas ya desde 2018 en conversaciones con rectores universitarios de toda América Latina, llevaron al BID, en combinación con Santander, a lanzar este estudio comparativo acerca de la relación entre universidades y emprendimiento. La OECD se sumó desde el inicio, aportando marcos analíticos -en particular su trabajo en HeInnovate, desarrollados para analizar este tipo de inquietudes en otras regiones del mundo, y se constituyó en el ejecutor de este estudio, partiendo de un taller en su sede en París al que acudieron también una serie de representantes de instituciones de educación superior de América Latina y Europa.
La vinculación universidad-emprendimiento fue el punto de partida y el foco del proyecto por razones que conectan con las preocupaciones descritas al inicio de este artículo. El emprendimiento, la práctica empresarial contemporánea de iniciar y lanzar empresas pequeñas, dinámicas, de rápido crecimiento que introducen soluciones no convencionales, es la forma de actividad empresarial emergente de nuestros tiempos. Alrededor del mundo, muchas ciudades o regiones tienen como meta expresa convertirse en polos de atracción y desarrollo de start ups.
Mientras tanto, las universidades son bien conocidas por lo lento y difícil que resulta introducir cambios en sus curricula o prácticas de enseñanza o de relación con el mundo empresarial. Muchas veces, las instituciones de educación superior actúan en ambientes rígidos, en las que multitud de regulaciones o intereses acumulados por largos años dentro y fuera de la universidad representan formidables resistencias al cambio. Las universidades perciben claramente el cambio económico y tecnológico, pero eso no quiere decir que tengan la capacidad de adaptarse a él, creando riesgos de falta de pertinencia para sus actividades. Pero la incursión de un buen número de universidades en temas de emprendimiento ha visto avances rápidos, quizás como resultado de que se trata de un campo relativamente nuevo y no regulado de la actividad de las instituciones de educación superior.
Las universidades como parte de los ecosistemas de emprendimiento
De esta forma, la incorporación de temas de emprendimiento en los curricula o las prácticas universitarias tiene el potencial de conectar directamente a las instituciones a la dinámica de cambio contemporánea, y responde a preferencias claramente expresadas por crecientes números de estudiantes.
De allí la importancia de profundizar este tema: lo que está en juego es una potencial avenida que puede ser crucial para la adaptación de las universidades al renovado contexto empresarial y al cambio tecnológico.
Las consultas iniciales con una selección de universidades permitieron definir el otro punto de partida clave del estudio: que no se está partiendo de cero. Al contrario, existe un grupo reducido pero muy importante de instituciones universitarias que han tomado la delantera y construido una trayectoria de años. Así, el proyecto fue diseñado como una serie de estudios de caso acerca de universidades que podían convertirse en fuentes de inspiración para otras que recién llegan al tema de cómo vincularse al emprendimiento. No solamente se encuentra en sus páginas qué hacen las universidades en esta materia, sino también, gracias a contribuciones de investigaciones adelantadas en la División de Competitividad, Tecnología e Innovación del BID y en el D-Lab del MIT, qué posición ocupan en los ecosistemas de emprendimiento de varias de las principales ciudades de América Latina.
La reciente publicación de este reporte debería ser el inicio de un diálogo y acciones concretas en estos temas.
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