¿En la nueva normalidad, tras la pandemia, que herramientas costo efectivas ayudan a reducir la desigualdad en los aprendizajes de matemática?
En un mundo ideal “Ahora que voy todos los días al cole, aprendo más” es el titular que nos gustaría leer estos días en el periódico. La pandemia nos deja otro: “Terminé sexto año, pero no aprendí nada”. Pero ¿saben qué? Los datos nos confirman que los dos titulares son ciertos. Y ahí se encuentra la chispa de la creciente desigualdad en aprendizajes que se ha extendido como fuego en la pradera durante la pandemia sumiendo a los sistemas escolares en una tormenta perfecta. Al mismo tiempo, experiencias innovadoras de fuera y dentro de la región dejan entrever esperanzadoras salidas del abismo. En particular, las tutorías remotas pueden convertirse en una herramienta flexible y eficaz para acelerar aprendizajes entre los más rezagados y así facilitar aprendizajes al ritmo de cada estudiante y disminuir desigualdades simultáneamente.
¿Aumentaron las desigualdades de aprendizajes durante la pandemia?
Los aprendizajes en pandemia son bajos y desiguales, más incluso que antes. En parte porque no todos fueron a la escuela regularmente, los cinco días de la semana, y en parte porque no todos contaban con conectividad y dispositivos para las clases remotas. Datos recogidos como parte de un proyecto piloto del BID muestran que los alumnos que van a la escuela regularmente presentan un mejor desempeño en matemáticas que los que sólo asisten algunos días o de forma virtual, ya sea porque los que saben más van más o porque los que van aprendieron más. En cualquiera de los casos el resultado final son crecientes desigualdades en aprendizajes.
Diferencia en aprendizaje (operaciones básicas de matemáticas)
Educación no presencial vs. educación presencial
Los estudiantes de 4to a 9no participantes en estos pilotos tienen entre 9 y 14 años. Tener dominio de operaciones básicas de matemáticas (suma, resta, multiplicación, división, valor posicional y suma de fracciones) forma parte del currículo de primer a tercer grado en primaria en los países de la región. Sin embargo, el alumno típico resuelve algo más de la mitad de las preguntas de la prueba.
Entre otros factores, como la edad, el grado escolar, el nivel socioeconómico del hogar, la modalidad de asistencia, días y horas de estudio, el número de días que los estudiantes asisten presencialmente a la escuela es clave para entender estos resultados, particularmente si cuentan o no con internet en su casa.
Los estudiantes que acudieron a la escuela menos de 5 días a la semana durante la pandemia obtuvieron peores resultados en matemáticas que los que sí lo hicieron. Entre los que no asisten regularmente la brecha de desempeño es el doble de grande para los que no tienen internet en casa. Estas brechas equivalen a uno y dos años de escolaridad respectivamente (es decir, las diferencias observadas entre alumnos de edades y niveles socioeconómicos similares en grados consecutivos).
¿Beneficia más la presencialidad a los más vulnerables?
Las desigualdades de aprendizajes están íntimamente ligadas al nivel socioeconómico de las familias, es decir los recursos económicos del hogar y la educación de los padres. La presencialidad no logra eliminar todas las desigualdades, pero sí que las disminuye sustantivamente. La brecha en aprendizajes entre los estudiantes de nivel socioeconómico alto que asisten regularmente y los que no es de un 6%, similar a las diferencias que encontramos entre estudiantes de grados contiguos (alrededor del 4%). Los estudiantes de menor nivel socioeconómico se encuentran dos años por detrás (10%) si asisten a la escuela, pero esa brecha aumenta a tres años (16%) si no asisten, casi tres veces que sus pares más aventajados (6%).
Diferencia en aprendizaje por nivel socioeconómico
Comparación con educación presencial de nivel socioeconómico alto
Si bien los datos reflejan grandes desigualdades, también evidencian grandes oportunidades de mejora.
¿Pueden las tutorías reforzar y acelerar los conocimientos básicos de los estudiantes?
El renacimiento educativo en América Latina y el Caribe de forma exitosa e inclusiva está más cerca que nunca. La pandemia ha abierto importantes oportunidades para innovar, flexibilizar y transformar los sistemas educativos de la región. Los cierres escolares más largos del mundo han dejado a millones de alumnos sin oportunidades de aprendizaje, particularmente a las mujeres. Las crecientes brechas educativas entre estudiantes aventajados, aquellos con acceso a recursos digitales, o que han logrado asistir a la escuela de forma presencial muestran la importancia y sobre todo la urgencia del reto. Atender la crisis educativa es la emergencia de la nueva normalidad.
Bajo este panorama, es fundamental desarrollar intervenciones costo efectivas que permitan que todos los estudiantes, independientemente de la región, ingresos y conectividad del área, tengan los saberes básicos de su nivel de estudio. Acciones a medida de estudiantes y países que se han implementado ampliamente en la emergencia sanitaria con tutorías personalizadas de matemáticas en España, Italia, África y Asia (Youth Impact).
Descarga aquí el brochure del BID sobre experiencias internacionales de tutoría
Actualmente, el BID está trabajando con siete países de la región para pilotear este tipo de soluciones adaptándolas y contextualizándolas a las circunstancias de cada país. En palabras de Mauricio Claver-Carón, presidente del BID, “Los estudiantes, los profesores y los padres están exigiendo reformas como nunca antes, y el BID está dispuesto a financiarlas”.
¿Sabías que las tutorias remotas son herramientas costo-efectivas para acelerar aprendizajes? Para conocer más, únete este 11 de mayo a las 11: 00 a.m. EDT. (Hora Washington DC) a este webinar con autoridades y expertos.
Registrate en el evento sobre tutoías remotas haciendo clic en el link: https://bit.ly/3MyqLYb
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