¿Qué nos dicen las evaluaciones nacionales?
Latinoamérica ya cuenta con los resultados de la prueba ERCE 2019 (Estudio Regional Comparativo y Explicativo) realizada por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) de la UNESCO. La prueba mostró que el 44,3% de los estudiantes de la región en tercer grado no llegan al nivel mínimo de competencia lectora. Para ponerlo de un modo más sencillo, no son capaces de localizar información en un texto corto adecuado para su edad.
¿Qué es la prueba Erce?
ERCE es la prueba estandarizada internacional comparativa que permite a la región saber cómo están sus estudiantes de tercer y sexto grado. Para tercero en teoría los niños ya han aprendido a leer, y en cambio, están leyendo para aprender. Entonces, si bien la prueba permite a los países entender cómo están para ese momento, se puede complementar, ya sea dentro de la misma ERCE, o con pruebas nacionales, ojalá de evaluación formativa, para tener una mirada previa. Esto porque para actuar a tiempo es necesario tener conocimiento de las habilidades mientras aprenden a leer, en los grados más bajos.
En la región países como Colombia, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Uruguay tienen pruebas desde tercer grado y Perú y Brasil en segundo. Brasil además, tiene una evaluación específica de alfabetización.
Sin embargo, la imagen que muestran no es la más esperanzadora, en ninguno de estos casos se puede decir que la mayoría de los niños y niñas se encuentran en un nivel satisfactorio de desempeño en lectura. Hay algunos ejemplos de la región que miden a sus estudiantes previamente y que por lo tanto pueden conocer la situación mientras están aprendiendo a leer y no cuando ya se ha cerrado ese ciclo importante de aprendizaje. Entre los casos por resaltar que miden o han medido desde preescolar a nivel nacional están Ecuador y México.
La pandemia de COVID-19 ha afectado también a estas evaluaciones. Para muchos países el año de 2019 fue el último que se realizaron pruebas a los niños para evaluar sus niveles de lectura. Es urgente entonces una nueva evaluación en 2022 para que veamos los impactos de casi dos años de pandemia y muchos meses de clases en línea. Estas además darán luces de cómo son los procesos educativos en emergencia y se pueden analizar para mejorar y prepararse para otros contextos, o incluso para determinar maneras de usar la educación a distancia de forma pertinente.
Ahora bien, el camino no es evaluar por evaluar, este no es el punto de llegada, es el punto de partida para trabajar una buena política pública de alfabetización inicial. De todos modos, la mejor opción para corregir el aprendizaje de la lectura son las evaluaciones formativas, que permitan virar el barco a tiempo, directamente desde el aula. Esta sería una inversión que podría tener un impacto claro en los aprendizajes, y no solo en la alfabetización temprana sino en todos los grados y materias.
En América Latina y el Caribe aún no tenemos esa cultura de evaluación formativa arraigada, por ahora contamos con estas evaluaciones estandarizadas nacionales y algunas a nivel más local, pero sin saber donde estamos no se puede fijar una ruta clara. Y aún sí sabemos dónde nos encontramos, hay que saber usar estos resultados, porque lo que nos están mostrando los resultados desde tercero en adelante es que nuestra niñez y juventud no sabe leer, y sin esta habilidad, todo el resto queda cojo.
¿Qué soluciones crees se pueden implementar en tu escuela o sistema educativo? ¡Danos tu opinión en la sección de comentarios!
Leave a Reply