Maria Valles es la Directora General de la Fundación Barça, institución miembro de la Coalición para habilidades del siglo 21 que busca promover el desarrollo de habilidades transversales en América Latina y el Caribe. Hoy más que nunca, el mundo necesita de recursos, ideas innovadoras, fuerza de voluntad y trabajo en equipo. Por ello, la Fundación Barça ha sacado al campo a su tridente más eficiente -el deporte, la educación física y el juego- para garantizar que las #Habilidades21 ayuden a la infancia y la juventud a marcar la diferencia.
La Fundación Barça entiende el deporte como una potente herramienta educativa que, a través de la combinación de la actividad física y el juego, ayuda al desarrollo social y personal de los niños, niñas y jóvenes. Este desarrollo se produce gracias a las experiencias y emociones que tienen lugar durante la práctica deportiva no competitiva en espacios seguros dónde los participantes tienen la posibilidad de desarrollar competencias útiles para la vida.
Estas competencias vinculadas a la educación física están relacionadas con el trabajo en equipo, la comunicación, la autoestima, el empoderamiento, la resiliencia ante situaciones de vulnerabilidad y la capacidad para crear relaciones positivas dentro de sus comunidades que ayuden a la resolución de conflictos y promoción del entendimiento, entre otras. Asimismo, al ser una actividad física, se promueven habilidades y capacidades de decisión en relación con la forma física, la nutrición y hábitos de vida saludable.
Una de las ventajas de la educación física para garantizar el proceso de adquisición de competencias y habilidades es que el proceso de aprendizaje se realiza mediante la práctica y el ejemplo. Durante las sesiones y a través del juego, simultáneamente los y las participantes adquieren los conocimientos y las competencias mientras desarrollan, entrenan y experimentan en primera persona las consecuencias de estas para luego adaptarlas a otros contextos o situaciones.
Por ende, el deporte, la actividad física y el juego son instrumentos de suma relevancia y utilidad para la adquisición de competencias que garanticen los procesos de desarrollo educativo y personal de la infancia y juventud ante diferentes circunstancias y adversidades.
Los programas de la Fundación Barça también han sufrido el impacto del COVID-19. Las acciones que se llevaban a cabo presencialmente y con contacto físico han sido suspendidas, causando un significativo impacto en los y las beneficiarias, sus familias y sus comunidades. Los niños, niñas y jóvenes han dejado de asistir a los centros educativos y a las actividades extraescolares, reduciendo el contacto con sus compañeros y compañeras, y con el personal educativo. Esta forzosa situación ha provocado un deterioro en la salud, el bienestar emocional, el rendimiento escolar y las relaciones interpersonales de los menores, al igual que han perjudicado las intervenciones que buscaban la inclusión social, la prevención a la violencia y acceso a la educación de la infancia y juventud más vulnerable. Además, este impacto probablemente se traducirá́ en una reducción de transmisión de habilidades y competencias para los más jóvenes, en especial aquellas transferibles a la empleabilidad, lo que afectará directamente a sus familias, sus comunidades y a la sociedad en general, ya que se enfrentarán a un mercado laboral post COVID-19, con un tejido social debilitado y sin una esperanza al menos a corto plazo de un futuro prometedor y justo para todos y todas.
Con el objetivo de paliar el impacto negativo del COVID-19, la Fundación Barça ha respondido de forma inmediata adaptando el contenido de sus programas al formato en línea. Los equipos educativos han mantenido el contacto a través de diferentes formatos digitales con los y las participantes para garantizar el seguimiento de los programas y adaptar la intervención a las nuevas necesidades de los niños, niñas y jóvenes. En las nuevas sesiones, se facilitan espacios seguros de dialogo y reflexión donde el juego y la actividad física adaptada a cada situación individual son el medio para continuar con la adquisición de competencias y habilidades que ayuden a afrontar las actuales situaciones de adversidad.
El equipo educativo, trabajando desde el ejemplo, facilita herramientas de empatía ante las diferentes circunstancias personales de los y las participantes, y los mecanismos que poseen cada uno de ellos y ellas para afrontarlas. Promoviendo un enfoque de solidaridad y respeto entre compañeros y compañeras, y hacia sus comunidades de pertenencia, que les ayude a afrontar conjuntamente las consecuencias del COVID-19.
De la misma manera, uno de los sectores donde el impacto negativo del COVID-19 tendrá más repercusión será el mercado laboral, en especial para la juventud más vulnerable. Desde la Fundación Barça se ha invertido en un currículum socioeducativo que empodere y ayude a los jóvenes en situaciones de vulnerabilidad en su incorporación y transición al mercado laboral.
Para ellos, a través del deporte, la actividad física y el juego se trabajan habilidades y competencias para la gestión de las emociones, el fomento de la proactividad, la comunicación, el trabajo en equipo, la asimilación y traspaso de la responsabilidad, y la flexibilidad. Competencias identificadas como imprescindibles y relevantes que permitan el crecimiento y desarrollo de los más jóvenes para que puedan alcanzar mayores niveles de bienestar emocional y social de una forma autónoma.
El nuevo escenario global post COVID-19 presenta una amplia variedad de oportunidades y desafíos que retarán los métodos y herramientas educativas utilizadas hasta ahora. Este es el momento para no dejar pasar la oportunidad de descubrir y adaptar las nuevas tecnologías a la utilización del deporte, la actividad física y el juego como herramienta de adquisición de competencias y habilidades mediante un proceso de aprendizaje remoto.
Para los profesionales del sector de la educación física será un reto afrontar la situación física y mental en la que se encontrarán los niños, niñas y jóvenes después del período de confinamiento, y cómo se deberán plantear las sesiones deportivas para mitigar sus consecuencias e instaurar normalidad a sus vidas.
En segundo lugar, se deberán comenzar a planificar programas e intervenciones sociales no sólo con interacción presencial, si no con un apoyo y soporte en línea que sea accesible y de fácil utilización para todos los participantes, para que los beneficiarios y beneficiarias normalicen la utilización de las nuevas tecnologías para fines educativos, con el objetivo que el deporte y sus beneficios estén siempre disponibles para la infancia y la juventud ante cualquier situación en la que se encuentren.
Por último, las intervenciones y acciones educativas tendrán que enfocarse dentro un marco de transferibilidad y sostenibilidad, donde los objetivos e impactos que se esperan en los grupos receptores no sean únicamente momentáneos. La inversión en habilidades y competencias que se puedan adaptar a diferentes contextos para el beneficio y desarrollo holístico del sujeto a largo plazo será la garantía de éxito de cualquier acción socioeducativa, en especial en aquellas que utilizan el deporte como herramienta de cambio.
¿Qué piensas sobre el rol de la educación física para el desarrollo de niños, niñas y jóvenes? Manténgase en sintonía siguiendo nuestra serie de blogs sobre educación y #habilidades21 en tiempos del coronavirus. Encuentra la primera entrada de esta serie aquí. ¡Descarga el Futuro ya está aquí y mantente atento a nuestras novedades!
Lo que no ha formado parte de nuestras interpretaciones es que los niños, como cualquier organismo
vivo, siempre han estado biológicamente capacitados
para afectar las condiciones de su entorno vital y
orientar el curso de su propio desarrollo, sorteando
obstáculos y limitaciones del ambiente
Una función como ésta, sin embargo más que un
simple postulado teórico, es el resultado de incontables observaciones y comprobaciones empíricas. En
el caso de los estudios sobre el desarrollo humano, al
lado de los numerosos estudios sobre el impacto de
los factores de riesgo en el desarrollo temprano, se ha
venido articulando a nivel internacional una corriente importante de estudio de la capacidad de los niños
para enfrentar diversas situaciones adversas demostrando resistencia, flexibilidad y capacidad de adaptación (resiliency), así como de los factores que suelen
contribuir a fortalecer y dinamizar esta capacidad
Mil gracias y felicitaciones por el interesante artículo de Maria Valles, Directora General de la Fundación Barça, parte de la Coalición para habilidades del siglo 21. Con gusto quiero hacer un comentario de manera propositiva, y es que en alguna parte del artículo se hace referencia a la posible pérdida de habilidades y competencias para los más jóvenes, en especial aquellas transferibles a la educación, lo que pienso por ahora es una hipótesis, como hipótesis podría ser que, en las actuales circunstancias, con una educación remota y con muchas limitaciones, en particular para la población menos favorecida, relacionadas con las TICs, equipamento de los alumnos, la conectividad, e incluso en cuanto a la preparación de los profesores en las tecnologías inherentes para reaccionar y responder con pertinencia frente a los retos de la virtualidad, para lo cual no se estaba preparado el sistema educativo, se podría decir que dichas limitaciones, ha llevado que los estudiantes estén desarrollando otras habilidades y competencias que favorecen a los jóvenes para asumir retos de intraemprendimiento y emprendimiento. Cómo sería de interesante que en algún momento postcovid-19 se pudiese adelantar algún ejercicio alrededor de esas hipótesis, incluso cómo el deporte, la actividad física y el juego están contribuyendo más o menos en fortalecer los procesos pedagógicos, valga traer a colación el caso del ajedréz como herramienta educativa. Lo cierto es, como se ha vuelto un eco, “el mundo ya no será igual que antes”, y creo es la oportunidad para romper con ese esquema tradicional imperante en el educación, que es consecuencia de ella, que los egresados tienen como finalidad la empleabilidad, cuando se debería tener un abanico de oportunidades para que los jóvenes opten por un proyecto de vida que les garantice el mejor desempeño a futuro, incluida la opción de ser intraemprendedores que contribuyen a un mejor desempeño de las organizaciones, o a convertirse en emprendedores con fines de creación de empresa y ser generadores de oportunidades de trabajo para otros. Las oportunidades y posibilidades de un empleo, son cada vez más remotas y escasas, por lo tanto, una educación para la empleabilidad es una apuesta riesgosa a futuro, máxime con el imparable crecimiento del desempleo como nunca antes visto a nivel mundial y en particular en la región de América Latina y el Caribe.
la inversión en el desarrollo humano a través del juego garantiza el éxito de cualquier acción socio educativa en especial las que utilicen el deporte (juego) como herramienta de transformación.