Luego de finalizar seis pilotos de tutorías remotas para acelerar aprendizajes en la región, sabemos que estos programas ayudan a recuperar la pérdida de aprendizajes. De hecho, en dos de los pilotos, los alumnos que recibieron ocho tutorías en matemáticas fundamentales lograron ganar un cuarto de año escolar en comparación a aquellos que no participaron de la intervención. Además, se observó un efecto mayor en los más vulnerables, con una inversión de bajo costo. De esta manera, las tutorías remotas muestran que son una solución probada y costo efectiva que no solo pueden ayudar a los países a enfrentar la crisis educativa que dejó el COVID-19 sino que además tienen la capacidad de cerrar brechas estructurales que existen en los sistemas educativos de la región.
Entonces, ¿cómo podemos extender este beneficio a más estudiantes? ¿Cómo logramos que esta intervención pueda alcanzar los mismos o mejores resultados en otros contextos? En definitiva, ¿cómo escalar los programas de tutorías remotas?
En el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) identificamos junto a las organizaciones que implementaron y evaluaron los pilotos cuáles son las lecciones aprendidas para escalar estos programas, que tienen la capacidad de incrementar las tasas de asistencia y disminuir la deserción en los entornos escolares.
¿Qué son las tutorías remotas?
Las tutorías remotas son intervenciones flexibles, focalizadas y complementarias, en donde un tutor guía a un estudiante durante ocho sesiones a través de tecnología de bajo costo, como por ejemplo SMS o llamadas telefónicas, para que el alumno logre dominar un siguiente nivel de aprendizaje.
El objetivo es apoyar a los estudiantes a desarrollar un conjunto de saberes fundamentales para su trayectoria educativa: leer y ordenar números, sumar y restar, multiplicar y dividir, tanto en relación con las estrategias de cálculo como a la resolución de problemas.
Los pasos de una tutoría remota:
- Diagnóstico inicial que identifica el nivel de aprendizaje real del alumno y no el nivel en el que debería estar.
- El tutor adapta y personaliza el contenido de la tutoría de acuerdo al diagnóstico
- Se imparte el programa de tutoría para que el estudiante comience por los contenidos con los que tiene mayor dificultad hasta llegar a un siguiente nivel.
Este modelo de intervención se basa en la implementación de programas de tutorías remotas en otras partes del mundo (España, Italia, Botswana) en donde se ha demostrado con evidencia rigurosa la efectividad que tienen para mejorar el desempeño académico y las habilidades socioemocionales.
De pilotos a programas de gran escala: cinco factores clave para escalar las tutorías
“Si un programa a pequeña escala funciona, tiene el potencial de ser exitoso a gran escala únicamente si los factores clave de funcionamiento se conservan”
Robert Slavin, 2020
En el Tercer Encuentro Regional de Tutorías Remotas para Acelerar Aprendizajes se discutieron diferentes estrategias para hacer escalables y sostenibles este tipo de intervenciones. Allí, David Parker -investigador en educación y actual vicepresidente de Investigación y Desarrollo de ServeMinnesota– compartió el proceso que utiliza su organización para llegar al escalamiento de este tipo de programas innovadores.
La planificación para escalar comienza de inmediato y sigue un curso iterativo. Es decir, se enfocan en recopilar la mayor cantidad de evidencia y aprender tanto sobre la implementación como sea posible. ¿Para que?El objetivo es que, en base a los datos, sea posible lograr un escalamiento exitoso en poco tiempo.
¿Cómo se logra el objetivo? Estos son los cinco factores clave para escalar programas de tutorías:
1. Teoría de cambio
El éxito de escalar es, en parte, tener una teoría de cambio bien detallada. Esto significa ser específico tanto con los objetivos de la tutoría como con los métodos para alcanzar ese objetivo.
Por ejemplo, una buena teoría del cambio no diría: “brindaremos tutorías para mejorar la lectura de los estudiantes”, sino que “nos enfocaremos en la fluidez de lectura en los grados primarios mediante el uso de lecciones de conocimiento del sonido, fonética y fluidez”.
Es clave definir las habilidades que se esperan mejorar y a partir de ahí definir el cómo, cuándo, quién y qué método de instrucción se utilizará.
2. Partir de la evidencia para los métodos instruccionales
Partir de toda la evidencia que ya existe en el campo de las tutorías, en lugar de inventarse actividades o empezar de cero. Hay muchos estudios e investigaciones ya disponibles sobre experiencias en diferentes contextos, sobre lo que funciona y lo que no funciona, entonces…¿por qué no empezar por algo que funciona?
3. Usar los datos para implementar y para evaluar
¿Qué estudiantes deberían recibir tutoría? Idealmente, las escuelas o comunidades deberían poder responder a esta pregunta de manera objetiva, pero todos los estudiantes tienen necesidades únicas.
Por lo tanto, contar con datos, un sistema de información que permita elegir a los beneficiarios sin sesgos, es clave para escalar con éxito.
4. Acompañamiento intencional y constante a los tutores
Hay una diferencia importante entre formar a los tutores y brindarles acompañamiento. De acuerdo a la experiencia y a la literatura existente, el apoyo continuo marca la diferencia entre que un tutor haga gradualmente “lo que quiera” a uno que haga lo que “se sabe que ayuda a los estudiantes a aprender”. Ese es el poder del acompañamiento.
Además, facilita el monitoreo y la identificación de lecciones aprendidas. La capacitación inicial es importante, pero invertir intencionalmente en apoyo continuo es vital y es algo que a menudo se pasa por alto.
5. Estructura organizacional clara y dedicada
Tener una estructura organizacional centralizada, dedicada y responsable de gestionar todo lo relacionado al manejo de tutores es muy importante para lograr escalar este tipo de intervenciones.
El rol de esa estructura organizacional debe ser, desde el principio, la identificación de tutores. Luego, garantizar su formación de calidad y posteriormente coordinar las actividades de seguimiento y apoyo durante todo el programa de tutorías.
Gran parte del éxito de la escalabilidad y sostenibilidad de un programa depende de la evidencia que ya exista sobre su efectividad. Según Robert Slavin (2020), si algo de lo fundamental a pequeña escala cambia en el escalamiento, por más mínimo que sea, puede tener grandes riesgos de fracaso.
¿Conoces algún programa de tutorías remotas? ¿Qué resultados consiguió? Déjanos tu comentario. ¿Quieres aprender más sobre tutorías remotas? ¡Visita nuestro sitio web!
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