Por Emma Naslund-Hadley
Imaginen un invento de hace casi 100 años, de la época en que mi abuela era joven, que podría ayudar a resolver un problema que enfrentan las niñas de hoy. Esta es la historia de cómo combinamos tres innovaciones de distintas épocas: la televisión (1926), el chatbot (1963) y WhatsApp (2009), para abordar un desafío crucial en América Latina y el Caribe: la subrepresentación de las mujeres en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés).
El problema: subrepresentación de las niñas en STEM
Antes de contarles sobre esta innovación, es importante entender el contexto y el problema al que queríamos responder. A lo largo de los años, se ha observado que las niñas son menos propensas a elegir carreras en STEM, especialmente en las ciencias exactas y tecnología, áreas que son altamente demandadas y bien remuneradas en el mercado laboral. Este fenómeno es particularmente pronunciado en América Latina y el Caribe.
Aunque las niñas en edad preescolar suelen sobresalir en habilidades matemáticas, algo sucede a medida que avanzan en su educación. A nivel secundario, encontramos brechas de género significativas, especialmente en matemáticas, donde América Latina se encuentra entre las regiones con mayores desigualdades de género. Pero la pregunta es, ¿por qué debemos preocuparnos?
Las brechas de género en STEM no se cierran con el tiempo de la misma manera que lo hacen en lectura, por ejemplo. Mientras que las niñas siguen siendo mejores en lectura, no hay evidencia de que los hombres tengan dificultades en carreras que requieren alto dominio del lenguaje, como el periodismo, la política o las leyes. Por otro lado, las brechas en STEM se amplían con el tiempo, lo que significa que las niñas se quedan atrás, especialmente en áreas de tecnología e ingeniería, que son y serán las carreras con mayor influencia en el presente y el futuro.
La solución: Usar la televisión, los chatbots y WhatsApp para cambiar estereotipos
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Con todo esto en mente, decidimos diseñar una solución que pudiera empezar a cambiar la mentalidad desde una edad temprana y fortalecer las aspiraciones de las niñas hacia STEM. Colaboramos con Plaza Sésamo para crear un modelo que respondiera a los prejuicios y estereotipos de género en preescolares.
Creamos programas de televisión que mostraban la importancia y las contribuciones de mujeres en STEM. A través de estos programas, queríamos ofrecer a las niñas modelos a seguir, como la científica colombiana de la NASA DianaTrujillo, y exponerlas a historias inspiradoras de mujeres que han cambiado el mundo con sus contribuciones en ciencia y tecnología. Además, diseñamos materiales complementarios como libros y juegos para reforzar estos mensajes.
Resultados positivos: Impacto en Colombia
El modelo fue probado en Colombia, en colaboración con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y la Fundación Carvajal. Lo que encontramos fue asombroso. Las niñas que participaron en el programa mostraron un aumento en su interés por las matemáticas en comparación con las que no recibieron el programa. Además, hubo un cambio significativo en la flexibilidad de género de los preescolares, quienes se sintieron más cómodos jugando con juguetes STEM independientemente de su género.
Escalando el impacto
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Dado que el modelo se basaba en la televisión, surgió la posibilidad de que pudiera ser escalable, permitiendo que sus efectos alcanzaran a niños y niñas en edad preescolar en toda América Latina y el Caribe. Basado en los efectos de Pequeñas Aventureras en Colombia, con Plaza Sésamo queríamos ampliar ese impacto. Pero ¿cómo escalábamos las conversaciones con los docentes al transmitirlo por televisión? Para extender la conversación más allá de la televisión, decidimos incorporar WhatsApp y un chatbot. Durante la transmisión, el número de WhatsApp aparecía en la parte inferior de la pantalla para que los padres pudieran solicitar actividades e ideas de conversación con sus niños y niñas.
Y lo mejor de todo: Con la ayuda de la televisión y el chatbot, conseguimos llegar a más de 20 millones de niños y niñas en 11 países. El modelo de Pequeñas Aventureras no solo fue un éxito, sino que fue escalado a través de plataformas de gran alcance como la televisión y WhatsApp.
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Un desafío persistente: Cambiar la mentalidad a largo plazo
Sabemos que el cambio no ocurre de la noche a la mañana. Si bien nuestro modelo ayudó a modificar los estereotipos entre los más jóvenes, la baja preferencia por carreras STEM persiste, incluso en estudiantes de secundaria.
Un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reveló que más de un tercio de las publicaciones en redes sociales sobre mujeres en STEM son sexistas, y muchas de estas críticas provienen de mujeres jóvenes. Esto muestra cómo los estereotipos de género y las inseguridades son internalizados desde una edad temprana y se perpetúan a lo largo del tiempo.
Un ejemplo de cambio: La campaña “Decidiendo mi Futuro”
A nivel global, existen múltiples modelos efectivos para cambiar estereotipos de género y fomentar la participación de las niñas en STEM. Un ejemplo de ello es el caso de Costa Rica, donde el Ministerio de Educación, en colaboración con el BID y la ONG Innovation for Poverty Action (IPA), lanzó la campaña “Decidiendo mi Futuro“, destinada a motivar a las niñas de noveno grado a elegir cursos de STEM en la escuela secundaria.
La campaña incluyó el envío de mensajes de texto que compartían historias inspiradoras de mujeres en STEM, promovían los beneficios de las carreras tecnológicas y fomentaban el crecimiento mental. Los resultados fueron impresionantes: la matrícula de niñas de hogares con bajos niveles socioeconómicos aumentó un 5,9%, lo que representó una reducción significativa en la brecha de matrícula en áreas STEM.
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Un futuro lleno de posibilidades
Lo que nos muestra este enfoque innovador es que, aunque el desafío de cambiar los estereotipos de género es grande, no es insuperable. Al combinar la tecnología con el poder de los medios de comunicación, podemos llegar a millones de personas y cambiar la narrativa desde la infancia. La televisión, los chatbots y WhatsApp nos ofrecen herramientas poderosas para empoderar a las niñas y mujeres y alentarlas a entrar en campos que han sido históricamente dominados por hombres.
Al final, lo que comenzó como una simple idea de combinar tres inventos clave de diferentes épocas ha dado lugar a un modelo de intervención que, fue expandida para transformar la forma en que las niñas ven su futuro en STEM. Al igual que la televisión de la época de mi abuela cambió el mundo, es posible que las niñas de hoy, empoderadas por la tecnología, sean las que inventen el futuro que aún no podemos imaginar.
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