El número de palabras que un niño pequeño escucha los primeros años de vida, la calidad de sus interacciones con los adultos de su entorno y la exposición a la violencia son algunos condicionantes para su rendimiento escolar y ganancias futuras. En la región de América Latina y el Caribe, y por más de dos décadas, se ha intentado paliar estas consecuencias a través de diversos programas como visitas domiciliarias, centros de cuidado o programas de transferencias monetarias condicionadas, entre muchas otras iniciativas de gobiernos locales y nacionales.
Un nuevo estudio publicado en febrero y llevado a cabo en Estados Unidos arroja luz sobre el impacto positivo que podría causar en la actividad cerebral de un recién nacido, proporcionar transferencias monetarias no condicionadas a sus madres durante el primer año posterior al nacimiento. Fue tal el interés que causaron estos resultados, que invitamos a uno de los autores, Hirokazu Yoshikawa, a compartirlos en un evento virtual abierto al público.
Benigno López, vicepresidente de sectores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) indicó que estos resultados dan “pistas sobre cómo transformar para siempre las políticas públicas de protección social e infancia”. Además de mencionar las dramáticas consecuencias de la pandemia en la región, López recalcó el compromiso del BID indicando que los “servicios de primera infancia y los programas de protección social son una oportunidad única para evitar una década perdida”.
La relevancia de los resultados de este estudio para la infancia de América Latina
Durante el evento, el autor explicó cómo este estudio midió la actividad cerebral de una muestra de 435 niños de un año que participaban en un histórico ensayo controlado aleatorio conocido como “Baby’s First Years” (Los primeros años del bebé). El ensayo es parte de otro estudio de mayor envergadura, la primera evaluación directa de la reducción de la pobreza en Estados Unidos que se centra en la primera infancia. Para ello, se reclutó a 1.000 madres de bajos ingresos de las salas de posparto de una docena de hospitales de cuatro áreas metropolitanas: Nueva Orleans, Nueva York, Omaha y Minneapolis/St. Paul.
Poco después de dar a luz, las madres participantes fueron elegidas al azar para recibir o una transferencia mensual de mayor valor y en efectivo de US$333 al mes, o una transferencia mensual nominal de US$20 al mes. Las transferencias se realizaron a través de tarjetas de débito especialmente utilizadas para el programa.
Lo que el estudio concluye es que tras un año de apoyo monetario mensual a las familias de bajos ingresos, y sin importar el monto otorgado, los niños mostraban ciertos patrones de actividad cerebral. Hay tres datos que se deben resaltar:
- El dinero proporcionado no estaba vinculado a condición alguna, es decir, las madres lo utilizaron a discreción.
- Las madres eligieron utilizar el dinero en actividades o productos asociados al beneficio de sus bebés.
- La actividad cerebral de los bebés estudiados luego de un año indicó patrones asociados con desarrollo del pensamiento y el aprendizaje.
Reina Irene Mejía, vicepresidenta ejecutiva del BID, indicó que “los contundentes resultados del estudio sin duda tienen una relevancia para América Latina y el Caribe en la formulación de políticas públicas, en especial, en este periodo de recuperación pospandemia”. Mejía se refirió a la larga trayectoria del BID proporcionando transferencias monetarias condicionadas en la región y sus beneficios. “Logramos mejorar la nutrición infantil, aumentar la matrícula y asistencia escolar, y aumentar el uso de los servicios de salud. Y muy importante, logramos un mayor empoderamiento de la mujer”.
Dada la amplia experiencia de la institución en implementar programas de transferencias condicionadas en beneficio de las familias, este estudio sobre transferencias no condicionadas, puede ser el primer paso para invertir en beneficio de los más pequeños a través de iniciativas innovadoras que tienen un impacto comprobado.
Como bien concluyó Mejía en sus palabras de cierre “No podemos perder esta ventana única. Debemos apalancar oportunidades como esta para forjar un futuro mejor para nuestros niños y niñas de América Latina y el Caribe”.
Este webinar fue co-organizado por el Fondo de Innovación para el Desarrollo Infantil Temprano (DIT) con la coordinación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y el apoyo de la Fundación FEMSA, la Fundación María Cecilia Souto Vidigal, Open Society Foundations, Porticus y la Fundación Bernard van Leer. El Fondo continuará trabajando los próximos años con el firme propósito de innovar para lograr la calidad de los servicios de DIT. Para mantenerte conectado y conocer más de este innovador trabajo, te invitamos a que explores el Hub de Conocimiento en Desarrollo Infantil Temprano donde encontrarás detalles de este y otros proyectos, recursos e información muy útil en DIT.
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