Lo hemos visto en numerosos artículos en este blog, el desarrollo cerebral tiene una ventana de oportunidad irremplazable en los primeros años de vida. Estudios indican que en los mil días luego del nacimiento, el cerebro tiene una flexibilidad y maleabilidad que no volverá a tener. Por esto, es necesario lograr la mayor cantidad de conexiones neuronales para garantizar un desarrollo cognitivo y emocional el resto de la vida.
Las conexiones neuronales se logran a través del juego, de las palabras, de las interacciones con los adultos y de todos los estímulos que recibe el bebé. La experiencia y el contacto con el entorno es lo que fortalece el desarrollo de las habilidades. Como cualquier otro ser humano, un niño no puede aprender lo que no conoce y es ahí donde inician las diferencias entre los estímulos que reciben los niños de acuerdo con el entorno en el que crecen.
La pobreza y el cerebro
Crecer en situación de pobreza juega un rol fundamental en el desarrollo futuro de los niños. Desde el rendimiento escolar, hasta la salud y el empleo futuro, se ven afectados por la pobreza. Incluso, las conexiones neuronales difieren entre los niños y niñas que crecen en situación de pobreza y los que no.
Está comprobado que en los Estados Unidos los pequeños de tres años de familias de bajos ingresos han escuchado 30 millones de palabras menos que aquellos de familias de ingresos altos. Y esto es solo un ejemplo del efecto de la pobreza en el tipo de interacciones que recibe un niño y afecta sus condiciones neuronales. Es por ello que, en ese país del norte, se ha recurrido a una estrategia bien conocida para sacar a los más pequeños de la pobreza, las transferencias monetarias.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, planea incorporar al paquete de ayuda contra la pandemia incentivos que podrían sacar a millones de niños estadounidenses de la pobreza. Algunos científicos, incluso, creen podrían cambiar la vida de los niños a través del impacto que esto tendría en sus cerebros. El plan proveerá pagos mensuales de $USD 300.00 por cada niño de hasta 6 años.
¿Qué dice la neurociencia sobre la pobreza y el desarrollo del cerebro infantil?
La decisión del presidente Biden está basada en lo que los neurocientíficos han dicho por años: algunos aspectos específicos de la pobreza, como la nutrición insuficiente, el estrés o la educación de baja calidad, podrían influir en el desarrollo cerebral y cognitivo desde muy temprano en la vida.
Un estudio llamado “Baby’s First Years” (los primeros años del bebé) que inició en el año 2018, pretende determinar si la reducción de la pobreza puede promover por sí misma un desarrollo cerebral saludable de los más pequeños. El estudio otorga un monto USD 20.00 o USD 333.00, a 1.000 madres con recién nacidos que viven en situación de pobreza en Nueva York, Nueva Orleans, Twin Cities y Omaha. El monto es comparable al de la ayuda del gobierno y no está condicionado a un gasto específico.
Los científicos estudiarán el desarrollo cognitivo y la actividad cerebral de los hijos de estas mujeres por varios años además de hacer un seguimiento a la situación económica y laboral de las madres, de su salud, y del uso de centros de cuidado. Por otro lado, realizarán entrevistas cualitativas, para determinar cómo gastan el dinero y cómo recibirlo afecta a la familia.
Transferencias monetarias y el cerebro infantil
El Banco Interamericano de Desarrollo junto con gobiernos de toda la región tienen amplia experiencia en la entrega de transferencias monetarias a familias que viven en situación de extrema pobreza y vulnerabilidad con niños pequeños entre sus miembros. ¿Qué lección podemos tomar de la experiencia de Estados Unidos y este estudio neurocientífico? Deja tus comentarios en la sección de abajo o menciona a @BIDgente en Twitter.
Si te gustó este artículo te puede interesar:
Angela Maria Carreño Olarte dice
Gracias por compartir esta interesante iniciativa del gobierno estadoudidense por el presente de la diada madre/cuidador-hijo y futuro de la sociedad.
El tiempo proyectado del estudio según comprendo serían los primeros 3 años de vida, serían familias con hijos únicos? O contempla la vinculación de hermanos de otras edades en caso tal?
Muchas gracias.