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Por Suzanne Duryea.
En las últimas semanas, el tema de la nueva composición familiar ha estado a la vanguardia en las controversias políticas y manifestaciones masivas en más de un país de la región. El debate se ha enmarcado como uno de expansión de los derechos frente a la defensa de los valores tradicionales de la familia. Lo que ha faltado en este debate, sin embargo, es el contexto más amplio de cómo las familias de la región se han transformado lentamente pero de forma notable en las últimas dos décadas.
Nuestro informe más reciente, Pulso Social 2016, realidades y perspectivas, expone que, efectivamente, la familia en América Latina y el Caribe es completamente diferente de lo que era hace veinte años. Cada vez es menos común que los adultos mayores vivan con la familia extendida y más común que vivan solos o con su cónyuge. Por ejemplo, Colombia presenta un fuerte aumento de personas mayores que viven solas: del 22% en 2002 al 31% en 2014. El promedio para 21 países de la región ha aumentado del 30% al 37%. Estos cambios tienen implicaciones potencialmente importantes para el bienestar de las personas mayores. Mientras que algunos pueden disfrutar de su independencia, puede suponer también retos para asegurar los cuidados propios de la tercera edad.
Los cambios para los niños han sido igualmente relevantes ya que hoy en día son más propensos a vivir con uno de los padres en lugar de con los dos padres. Por ejemplo, el porcentaje de niños en Brasil que vive en familias y con ambos padres se redujo de 76% a 69%. En Ecuador se redujo de 80% en 1995 a 73% en 2014. Estos cambios en la estructura familiar son notablemente similares a los observados fuera de la región. De hecho, la tendencia para los niños que viven con padres o madres solteros desde mediados de la década de 1990 en los Estados Unidos y Canadá es similar a la de Brasil y Ecuador.
No obstante la conformación de la familia en América Latina y el Caribe parece ser muy distinta al resto del mundo en más de una manera. Mientras que las madres de los Estados Unidos con mayor educación tienen más probabilidades de estar casadas o vivir en pareja, este no es el caso en la región. De hecho, el aumento de la educación en América Latina no reduce la probabilidad de que las mujeres también sean madres solteras. Nuestro informe no explica lo que determina este fenómeno, pero plantea la cuestión de la dinámica detrás de este patrón. Si las diferencias se explican principalmente por la disolución en lugar de la formación de la pareja ¿cómo se relaciona la educación con esta disolución?
Una perspectiva (desde luego no unánime) es que en otra época – en la que las familias de ambos padres eran el núcleo– era mejor. Esto podría explicarse en parte por la suposición de que la logística y los costos de la atención a los abuelos pueden parecer más fáciles cuando viven en la misma casa. Por otra parte, el informe documenta pequeñas desventajas en términos de desarrollo del capital humano para los niños que crecen en hogares con un solo progenitor.
Sin embargo, hay mucha más evidencia para apoyar las políticas que se alinean con la estructura de la familia moderna, permitiendo un entorno para la participación laboral y el cumplimiento de las responsabilidades de cuidado, que para aquellas políticas que buscan modificar la nueva composición familiar. Pulso Social, documenta la creciente prevalencia de las madres solteras en la región que son responsables de la crianza de los niños y de la generación de ingresos. Mientras que el análisis se centra en los individuos bajo un mismo techo, los lazos familiares claramente no terminan en la puerta del hogar.
En este sentido, los padres que no residen en el mismo hogar pero tienen relaciones cercanas con sus hijos también desempeñan un papel crítico en el desarrollo del niño y los arreglos de cuidado entre generaciones se producen en todos los hogares. La reducción de las barreras a la participación económica y a la crianza, implica elementos clave de políticas públicas. También podemos aprovechar el sólido conjunto de pruebas que demuestran que los programas sociales dirigidos a los niños que tienen vulnerabilidades adicionales son eficaces para mejorar el desarrollo del capital humano.
De alguna manera Pulso Social demuestra que los recientes titulares y protestas en la región en torno a la nueva composición familiar continuarán siendo un tema de discusión candente en la región. La transformación de la familia durante los últimos veinte años sugiere que las políticas para mejorar las condiciones sociales en la región deben tener en cuenta las vivencias y características de la familia latinoamericana moderna.
¿Cómo se ha dado el debate sobre las nuevas composiciones familiares en tu país? ¿Cuál es tu posición al respecto? Cuéntanos en la sección de comentarios abajo o mencionando a @BIDgente en Twitter.
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Suzanne Duryea es Economista Principal de Investigación para el Sector Social en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y su trabajo se centra en el desarrollo de la juventud en América Latina y el Caribe.
Maria Cecilia dice
Muy interesante el artículo. Sin embargo tengo dos inquietudes: Se tiene información de los motivos por los cuales las mujeres en LAC a pesar de estar más educadas, a diferencia de un contexto como LAC, no asegura la decisión de casarse o mantenerse casadas? Qué factores están asociados a esa decisión? Por qué algunas optan ser “madres solteras”? Pasa eso con los varones?
Y lo otro, cuando decimos madres o padres solteros, se está considerando a los que se han divorciado o separado, o han sido abandonados. Y en qué condiciones de vulnerabilidad viven esos hogares, porque pueden haber hogares monoparentales, pero el padre o la madre cumple con su función, o simplemente no asumen el rol de cuidado y protección. Eso implicaría trabajar también el cuidado del niño y la familia. Se tienen estudios sobre el tema? Muchas gracias, Cecilia
Denise dice
Pienso, que es lamentable y triste que la sociedad hoy en día no le otorgue la debida importancia a la familia, hace 20 años, aun se podían observar hogares consolidados, donde los niños tenían la suerte de vivir junto a su madre y a su padre. Hoy en día,observar familias disgregadas es muy común, sus causales, van desde la poca importancia que se da a los valores, lo que significa el amor para formar una familia, la importancia de la paternidad responsable y el sexo responsable que fue y sigue siendo un punto muy importante en la sociedad. Vivimos en una sociedad cada más liberal y con falta de valores, donde el ser humano más actúa por sus satisfacciones banales y vacías, un claro ejemplo aunque parezca tonto y tal vez para algunos puritano, pienso que aun el mundo confunde lo que es el amor, las parejas se unen por atracción y no por amor , y sino no funcionan se separan, no hay problema si no hay hijos, pero el problema es cuando hay hijos, los adultos actuan de forma irresponsable y egoísta, y no piensan en la importancia de que los niños vivan en un hogar consolidado, pero no podemos dejar de lado la convivencia, con el falsa idiosincrasia no necesito un papel que me diga que estoy casado(a), o es que acaso tenemos miedo de asumir un compromiso?, y es que ahora la mentalidad del mundo es sino funciona me separo y que importa los hijos, no?. Pero hablando de convivencia, no olvidemos que ahora hasta el estado peruano apoya este estado, digo estado porque éste está tipificado como estado civil a tal punto que se entrega una constancia de convivencia , acción que contribuye que se sigan dando estas situaciones.Y es que en realidad este es un tema tan amplio que incluso apertura otras causales.
Finalmente, concluyo que se está viviendo una etapa de egoísmo, frivolidad y banalidad y debemos declarar un estado de emergencia en los hogares, por rescatar los valores y el verdadero sentido de una familia y como asumir con responsabilidad amor y respeto una familia.
Ulises dice
La composición familiar en América Latina, estuvo marcado por un machismo exacerbado, el padre dedicado al trabajo y la madre a la crianza de los hijos. Con el advenimiento de la igualdad de género se fue instituyendo la idea de que la mujer no nació para ser la esclava del hogar, pues entonces se fue gestando un pretexto para liberar la responsabilidad de criar hijos. Así ella asumió que al igual que los varones podría desenvolverse en el trabajo, así ambos trabajadores fueron dejando a los hijos al cuidado de las nanas y al televisor, de modo que se ha ido perdiendo el amor a los padres y destacando al amor a la nana que, generalmente, es una persona con limitaciones y de procedencias desconocidas. Además el amor al televisor, a la computadora, a la tablet y finalmente al hermoso y complicado celular, de modo que ya no tenemos hijos sino máquinas de procesamiento de alimentos, alcancías de inversión o simplemente guerreros del futuro. Así cuando observamos a las sociedades desarrolladas con una población de consumidores de drogas, es porque sencillamente carecen del afecto familiar porque fueron criados en orfelinatos y por el abandono de sus padres “trabajadores” por la igualdad de género.
Tatiana cañon dice
Es simple, la descomposición de la sociedad se ha dado por esa misma transformación de la familia a través de los años, así que bajo ese argumento, deberíamos luchar por mantener a la familia como lo que ha sido, es y debe ser, la unión de padre y madre, hombre y mujer y los hijos bajo la guía, cuido y protección de esta unión, si todos los organismos trabajaran en pro de la familia seguro que esta no se estaría descomponiendo como lo está sucediendo.
Adolo dice
El gran logro del capitalismo fue proponer la igualdad hombre mujer, cierta para sus intereses, e incorporar a la mujer al mercado laboral, lo cual ocasionó una oferta adicional y bajo el salario de los trabajadores por la nueva oferta. Esto afectó las familias como se ve, pues a partir de la visión cristiana de familia soportada por el hombre y consolidada alrededor de la mujer, al menos en teoría, y donde se explotó siempre a la mujer, se pasó a una familia donde componentes ajenos como las niñeras, en el caso de los mas afortunados, hasta el abandono en los menos afortunados, derivó en estos resultados. La pregunta es, estamos mejor o peor así?
Víctor Espino dice
Los cambios en las personas afectan a las familias y estas influyen en las sociedades y por ende en los países. El problema radica en que las estrategias que se emplean no se han adaptado o modificado a los nuevos tiempos, significando que no se alcanzan los resultados esperados. En Perú el aumento de la violencia, la delincuencia, la facilidad de acceder a la corrupción, hace ver que los principios morales no son un tema de interés para las familias y tampoco para los gobiernos, por lo tanto no se refuerzan, haciendo que el tejido social se debilite más. En este proceso debemos incluir el debilitamiento de las instituciones educativas (escolares y de nivel superior), que tampoco refuerzan la necesidad de recuperar un estándar de moralidad para la sociedad.
Ivania Toruño Padilla dice
Creo todas las personas debemos incorporarnos al mercado laboral sin descuidar el cuido de la familia. El principal protector de los miembros de la familia, somos todos: gobiernos, comunidad y la familia misma, para eso se requieren de políticas laborales e inserción social permanente, donde tanto el padre como la madre jueguen su rol para dar todo la protección y afecto a los hijos, no podemos seguir viendo a los hijos hablando con la tecnología que nunca sustituirá el amor puro de los padres, el afecto condiciona vida plena. sin amor somos robot.
Hay que retomar el rol de padres desde las circunstancia que nos rodea, sin perder nuestro rol. El amor, la comprensión, el fortalecimiento de las relaciones padres e hijos, relaciones conyugales, estabilidad emocional, bienestar con paternidad y maternidad responsable son elementos indelegables e intransferibles.
No podemos trasladar a la escuela la responsabilidad de padres de familia cada quien juega su rol y la escuela complementa y eleva el potencial de los niños en desarrollo cognitivo, pero no se sustituye el rol de padres por el rol del profesor, quien desarrolla ciencia y tecnología, socialización, evolucion en la apertura al mundo y a la vida desde el ámbito de la ciencia.
Somo seres individuales y seres sociales y el núcleo social inicial esta en la familia para concebir una sociedad en convivencia en la cultura, creencias, civismo y la responsabilidad de cuidar nuestra sociedad misma a la que pertenecemos todos.
Ivania Toruño Padilla
Presidenta Fundacion Tierra y Vida, FTV
Universidad de Ciencias Comerciales, UCC
Nicaragua
Ulises dice
Estimada Señora Ivania:
Lo que Ud. señala es lo ideal, es lo que todo deseamos, sin embargo la esclavitud al trabajo, nos consume como simples robots, al tener que marcar la entrada y salida, soportar las tensiones de los “jefes”, entre otras consecuencias de la esclavitud de nuestros tiempos, de modo que casi de igual manera lo hacemos con nuestros hijos, les damos un horario para jugar, el dinero para atender sus necesidades y sencillamente no estamos cuando ellos nos necesitan, por ello es que creo que uno de los padres debe entregar su amor a los hijos, dejando de lado el trabajo por un determinado tiempo, para luego reincorporarse al mercado laboral, por el que fue educado o educada. Así podremos notar que la igualdad genera consecuencias nada favorables para los hijos.
Yesenia Santiago Hernández dice
El ser humano siempre ha tenido necesidades. Para poderlas satisfacer ha recurrido a diferentes estrategias. Desafortunadamente contamos con una sociedad llena de desigualdades, nuestros gobiernos solamente han prometido al pueblo y nunca han cumplido, el poder solamente ha servido para que unos pocos se enriquezcan a costillas de otros. Qué bueno sería, aunque suene como una falacia, que todas las familias tuvieran los recursos económicos para brindarles a sus hijos lo necesario, pero también es importante señalar la responsabilidad de los padres, ya que algunos solamente se limitan a tenerlos sin cumplir con darles techo, comida y sobre todo amor. Es triste encontrar alumnos en la escuela que están solos porque no se preocupan por ellos, recordemos que los padres somos los principales educadores de nuestros hijos, somos nosotros quienes les inculcamos los valores.
Lucía dice
Desde mi punto de vista y experiencia, no nos podemos quedar en la visión ideal de la familia; más bien, hay que analizar, por un lado, qué está provocando los cambios de la estructura familiar, y por otro, estar en disposición de controlar los resultados que aportan los programas, proyectos y servicios a la realidad de la sociedad contemporánea en estudio, para realizar los respectivos cambios. Las sociedades, y por tanto las familias y las personas, son entidades vivas, en permanente cambio.
Desde las políticas públicas considero esencial que el Estado tome el pulso de manera periódica no sólo al ciclo de vida en cuestión (infancia, adulto mayor, juventud) sino a la estructura y tipos de organización familiar. De esa forma estará en capacidad de cambiar, adaptar y/o crear los programas y servicios que las sociedades, los grupos y las personas, desde sus necesidades, requieren o demandan. Con esto quiero decir que los programas no pueden ser universalizados. Manteniéndose dentro del marco de los derechos, ésos deben responder a la realidad local.
En relación a la misión de las instituciones educativas, hoy más que nunca se apuesta por un trabajo intersectorial y en red con las familias y la comunidad, abiertas por tanto a los desafíos que estas le demandan. Es decir, no pueden hacerse cargo sólo del desarrollo cognitivo. El desarrollo humano es integral. Las instituciones educativas, las familias y la comunidad son responsables del desarrollo integral de los más jóvenes.
Saludos a tod@s!
Gerald dice
Tras un análisis realizado con un grupo de colegas en el ámbito de la educación, en relación a nuestro país Chile, hemos rescatado algunos puntos que creemos importantes:
– Nuestro país está experimentando un desarrollo importante en cuanto a paradigmas familiares y sociales, mientras que las políticas públicas parecen quedarse atrás, tener un enfoque difuso y desactualizado. Esta política conservadora que se nos proyecta, contribuye a la falta de diálogo, de debate, e incluso resistencia al mismo, lentificando el desarrollo de temas sociales importantes como la equidad de género, los roles y funciones, crianza, e incluso la carga horaria; factor especialmente relevante en nuestro país donde tenemos una de las tasas más bajas de tiempo libre tanto en el área laboral como educacional.
– Actualmente impresiona ser decreciente un núcleo familiar de padre, madre e hijos entendido antiguamente como estándar o ideal. Mientras que se puede ver una diversificación de composiciones, como aquellas en donde los abuelos crían a los nietos, o aquellas parejas que deciden no tener hijos, resultando finalmente una estructura familiar dinámica que busca ser más centrada en las funciones de los integrantes y la familia. Sin embargo, cabe reiterar que nuestras políticas públicas se encuentran desactualizadas tanto en lo formal como en lo funcional en relación a este punto.
– Un factor concreto a destacar, es la inclusión de la mujer a la vida laboral, cambiando drásticamente los roles de los integrantes de una familia; la mujer ya no es forzada a depender económicamente del hombre, y éste también pueda participar en las tareas domésticas. Parece, no obstante, ser un proceso de desarrollo incompleto y lento, pues los roles de género todavía se resisten al cambio a través del juicio social, que cuestiona que la mujer no se dedique a criar a los niños (o incluso que los tenga) o al hombre cuando no puede generar ingresos económicos o se dedica a tareas domésticas como cocinar.
– Por consecuencia de los puntos anteriores, existe una suerte de desequilibrio en nuestro desarrollo social que impacta a las personas de diferente forma según su rol familiar, social, e incluso su ubicación geográfica; en zonas más pequeñas el debate puede llegar a ser nulo.
– La crianza de los niños es un tema en desarrollo, con políticas que comprometen poco la formación y responsabilidad de los padres para garantizar una educación en valores. En un sistema capitalista como el nuestro, el poco tiempo que los padres pasan con sus hijos es compensado con bienes materiales, afectando directamente en el vínculo afectivo con los hijos. Muy lentamente las reformas educacionales aspiran a incorporar aspectos de formación valórica y emocional en los niños, lo que poco ayuda a suplir el déficit ya mencionado. No obstante lo anterior, muchas veces pareciera que los padres asumen dicha responsabilidad como si fuera de los colegios, y no la propia. Este punto es relevante también en términos legales, donde los acuerdos de tuición se reducen principalmente a aspectos económicos.
– Con todo, nuestro país está desarrollando lentamente sus nuevos paradigmas sociales, y a pesar de que las políticas públicas y la formación conservadora sesga el debate en general, los espacios de formación social juegan un rol fundamental para proyectarnos de mejor manera. Los Colegios, por ejemplo, están asumiendo cada vez más la formación de sus estudiantes en valores y habilidades socioemocionales y éticas. Igualmente, tienen la posibilidad de capacitar a sus apoderados en aspectos de la crianza, tales como la parentalidad positiva, factores de riesgo, factores protectores, y otros. Así, esperamos que desde la educación se pueda lograr una mejor comprensión de nuestra sociedad actual y dinámica, tanto en derechos como deberes, con apertura, motivando al estado a la actualización de políticas públicas acorde a nuestras necesidades.
Convivencia Escolar
UCT – Chile