Por Sophie Gardiner.
En mayo del presente año, en conmemoración del Día de la Madre, Save the Children publicó su Informe Anual XIII sobre la “Situación Mundial de las Madres“. Este año, la organización eligió enfocarse en la nutrición durante los primeros 1.000 días de la vida del niño, desde el embarazo hasta la edad de dos años. Este es el periodo durante el cual se desarrolla la capacidad cognitiva esencial y se establece un crecimiento físico saludable. Un desarrollo exitoso durante este periodo genera efectos en los niños a lo largo de sus vidas, mejorando su desempeño escolar, su resistencia a las enfermedades y su futuro nivel de ingresos.
Sin embargo, el 27% de los niños del mundo sufren del retardo en el crecimiento debido a la mala nutrición durante los primeros meses de vida. Los países de América Latina y el Caribe con tasas de retardo en el crecimiento por encima del 20% son Belice, El Salvador, Nicaragua, Haití, Ecuador, Perú y Bolivia, con niveles de entre el 20 y el 29%; Honduras con un nivel entre el 30 y el 39%; y Guatemala, con más del 40% de niños con un retardo en el crecimiento. Por lo general, en países en vías de desarrollo, las pérdidas en el PIB ocasionadas por malnutrición pueden llegar a ser de hasta el 2 o 3% anual.
La desigualdad económica característica de la región también contribuye a que haya disparidades significativas entre la nutrición de los ricos y los pobres. En Guatemala, Nicaragua y Honduras, los niños del quintil más pobre de la población tienen de seis a ocho veces más probabilidades de tener bajo peso que los niños del quintil más adinerado. Esta diferencia se vuelve aún más sorprendente en El Salvador, donde los niños más pobres tienen trece veces más probabilidades de tener bajo peso que los niños más ricos. En Perú, el 13% de los niños sufren de malnutrición crónica en las zonas urbanas, mientras que en las zonas rurales el porcentaje es del 47% (Encuesta Nacional de Demografía y Salud Familiar/ENDES 2004-2008).
La salud de las madres también es precaria. El 25% de las mujeres de la región sufren de anemia. Si bien este porcentaje es menor que el promedio global de países en vías de desarrollo (40% de mujeres), sigue siendo significativo. Muchas mujeres sufren también de retardo en el crecimiento o tienen una altura menor a los 145 cm (4’7″), usualmente debido a una nutrición deficiente durante la niñez o la adolescencia. Las mujeres con retardo en el crecimiento enfrentan mayores riesgos de sufrir complicaciones durante el parto y de tener niños pequeños. En Perú y Bolivia, más del 10% de las mujeres entre 15 y 49 años de edad sufren de un retardo en el crecimiento. Aún más alarmante es la situación en Guatemala donde hay 29% de las mujeres con un retardo en el crecimiento.
El informe clasifica los países en tres escalas e incluye recomendaciones sobre políticas a adoptar. La Ficha de Evaluación de Bebés y Párvulos mide el nivel de nutrición de niños menores de dos años en 73 de los 75 países prioritarios según la Cuenta Regresiva 2015, y cuyo conjunto representa más del 95% de las muertes de madres, recién nacidos y niños. Los países prioritarios de la región son Haití, Guatemala, Bolivia, Perú y Brasil. Perú implementó el Programa Integral de Nutrición en 2006 y patrocina eventos para promover la lactancia materna, como el concurso anual que premia la sesión de lactancia más larga en una sola sentada. A través de estos esfuerzos, Perú ha mejorado el porcentaje de niños menores de dos años que son alimentados de acuerdo a las normas recomendadas.
La Ficha de Evaluación de Políticas de Lactancia Materna clasifica los países industrializados de acuerdo a sus políticas en lo que concierne a las madres en lactancia. Según esta ficha, el apoyo que Estados Unidos proporciona es mínimo.
Por último, según el Índice de las Madres, las mujeres y los niños de Noruega tienen las mejores condiciones en lo que concierne a salud, educación y situación económica, mientras que las condiciones en Níger son las peores. De los 85 países que el informe categoriza como “menos desarrollados”, Cuba, Barbados, Argentina, Uruguay y las Bahamas están entre los 10 países con mayor puntaje en el Índice de las Madres mientras que Guatemala y Honduras están dentro de los 20 países con puntajes más bajos en esta categoría.
Las seis soluciones clave de nutrición para salvar vidas descritas en el informe son:
- Suplementos de folato de hierro durante el embarazo
- Lactancia materna
- Alimentación complementaria
- Suplementos de vitamina A
- Tratamiento con zinc para la diarrea
- Agua, saneamiento e higiene.
Estas soluciones son asequibles aún en los países más pobres. Las seis pueden suministrarse para los primeros 1.000 días por sólo US$20 por cada niño. De estas seis soluciones, se recalca particularmente la de la lactancia materna. En los países en desarrollo, los niños alimentados con leche materna tienen al menos seis veces más probabilidades de sobrevivir los primeros meses que los niños no amamantados.
Las recomendaciones resaltadas en el informe son: invertir en las seis soluciones, mejorar el acceso a los profesionales de la salud, ayudar a más niñas a acceder a la escuela y terminarla, destinar más recursos gubernamentales hacia la nutrición infantil y mejorar las políticas de apoyo a las familias y a las madres en lactancia. Los profesionales de salud comunitaria son de vital importancia para facilitar el acceso a los servicios de salud en las zonas rurales. Al momento, el programa de profesionales de salud comunitaria está teniendo éxito en Brasil. Estos profesionales locales atienden al 63% de la población brasileña por medio de visitas a domicilio, durante las cuales monitorean la situación de salud e implementan intervenciones básicas. Finalmente, se necesita voluntad política y un conjunto de estrategias eficaces ―y no sólo crecimiento económico― para reducir la desnutrición infantil.
Sophie Gardiner es estudiante universitaria en Middlebury College. Actualmente es pasante de verano en la división de protección social y salud del BID.
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