Si eres como muchas personas, lo primero que se te viene a la mente cuando piensas en “ciencias del comportamiento” son los “empujoncitos” (nudging, en inglés). Los nudges pueden ayudar, por ejemplo, a que las familias coman más saludablemente al exponer en un lugar destacado del supermercado las frutas y los vegetales. Los nudges y otro tipo de empujoncitos de bajo costo incorporados en el diseño de políticas, han tenido impactos admirables en América Latina y el Caribe en asuntos como el ahorro y el cumplimiento tributario.
A partir de la psicología cognitiva —que trata de procesos mentales como el razonamiento, la resolución de problemas y la memoria— se orientan las intervenciones tipo nudging, tradicionalmente asociadas a las ciencias del comportamiento. Pero esta disciplina también incorpora también hallazgos de la psicología social (el modo en que las actitudes y la conducta de las personas están influenciadas por los demás) y de la psicología del desarrollo (el estudio del aprendizaje, el comportamiento y los cambios físicos que ocurren durante toda la vida).
En este blog discutiremos algunos ejemplos de cómo se están usando conceptos de la psicología social y del desarrollo para abordar una amplia gama de cuestiones de política.
Comencemos con la pertenencia social
Recuerda una clase que te gustaba en la escuela o un entorno de trabajo en el que sentiste que prosperabas. Contrástalos con una clase o trabajo que te resultaban difíciles. Somos, en gran parte, fruto de nuestro entorno. El contexto moldea nuestro comportamiento. Y un aspecto importante del contexto es la pertenencia social.
Esto se refiere a cuán apoyadas, valoradas, conectadas y respetadas nos sentimos las personas en un escenario dado. Tomamos señales del entorno para determinar si es el adecuado para quienes somos: “¿quiere la gente que yo triunfe en este entorno?”, “¿puedo ser yo mismo en este entorno?”. Las cosas que yo percibo pueden no ser las que tú percibes. Todos tenemos identidades sociales distintas y estamos en sintonía con diferentes señales del entorno.
La pertenencia social es especialmente importante en situaciones ambiguas, como las transiciones a una nueva escuela o un nuevo trabajo donde todavía no estamos familiarizados con la cultura, normas o expectativas.
Éxito y Pertenencia
¡Desde luego que es más fácil tener éxito si sientes que perteneces a tu entorno! Por muchas razones esto parece una intuición lógica. Sin embargo, estamos recién comenzando a entender en qué medida algunas intervenciones mínimas y de bajo costo dirigidas a mejorar la pertenencia social pueden producir cambios de comportamiento significativos, particularmente para grupos que enfrentan discriminación y estigma. Por ejemplo:
- En una universidad norteamericana, 1 hora de intervención de pertenencia social triplicó el porcentaje de estudiantes afroamericanos ubicados entre el 25% mejor de su clase. Los estudiantes del grupo de intervención leyeron un informe que explicaba que preocuparse sobre la pertenencia en la universidad es una experiencia común y que mejora con el tiempo. Para interiorizar el mensaje, los participantes luego escribieron un breve ensayo en el que reflexionaban sobre cómo su propia experiencia coincidía con la del informe. Tres años después, los estudiantes afroamericanos del grupo de tratamiento mejoraron sus promedios de calificaciones y consiguieron puntuaciones más altas en medidas auto-reportadas de salud y bienestar, en comparación con las de los estudiantes afroamericanos del grupo de control.
- Se les proporcionó a los profesores una lista con cinco cosas que tienen en común con sus estudiantes (por ejemplo, lo que les gusta y no les gusta, valores, hobbies). Esto resultó útil para mejorar las relaciones profesor/estudiante y para que los estudiantes pertenecientes a minorías étnicas obtuvieran notas más altas, comparadas con las del grupo de control. Este ejemplo muestra que es posible mejorar la calidad del entorno (por ejemplo, la relación profesor/estudiante), en lugar de esperar a que los grupos negativamente estereotipados cambien su mentalidad.
La pertenencia social también importa para las políticas de Desarrollo Infantil Temprano
Échale un vistazo a estos ejemplos.
- Participación en programas: muchas intervenciones de primera infancia financiadas con fondos públicos están subutilizadas. Una explicación radica en el desfase de identidad. La exposición constante a la pobreza y la marginación social al parecer alimenta una identidad de “dureza” incompatible con las identidades necesarias para responder a las intervenciones de primera infancia. Los investigadores en la materia están experimentando con empujoncitos diseñados para invalidar esta influencia y afirmar la identidad parental de una madre o un padre amorosos.
- Las madres inscritas en el Programa de Visitas al Hogar de Nueva York reciben recordatorios vía mensajes de texto para alentarlas a realizar interacciones de aprendizaje en el hogar, tales como cantar, leer, conversar y jugar con sus niños más pequeños. Los mensajes contienen afirmaciones positivas como “¡eres una madre maravillosa!”, diseñadas para fortalecer su identidad como madres.
- Los padres de los estudiantes de preescolar, asignados aleatoriamente a la intervención Getting Ready for School (Preparándonos para la escuela) en Nueva York, recibieron invitaciones individualizadas y mensajes de los profesores, diseñados para aumentar su participación al dejar en claro que el programa es para ellos.
- El sentido parental de la pertenencia y el comportamiento infantil: un estudio sobre mexicano-americanos en los Estados Unidos encontró que en los días en que los padres experimentaban más discriminación en el trabajo, sus hijos de 3 a 5 años presentaban más problemas de comportamiento. Esta asociación fue especialmente marcada entre los padres que reportaron sentirse socialmente más aislados y desconectados. En ese contexto, incluso los niños más pequeños parecen percibir el sentido de pertenencia de sus padres, con posibles consecuencias para su desarrollo conductual. ¡Una razón más para abogar por medidas que combatan la discriminación en el lugar de trabajo y más allá!
Ejemplos como estos abordaremos en nuestra próxima conferencia LACEA-BRAIN. El evento está organizado conjuntamente por el Grupo de Trabajo en Economía del Comportamiento del BID, LACEA y el Banco Mundial, y expondrá el trabajo sobre la economía del comportamiento, con especial énfasis en su aplicación a las políticas y a la región. ¡Mantente atento a las novedades sobre la reunión y sus implicaciones para las políticas de primera infancia en nuestro blog!
¿Qué otras formas de pertenencia social podrían ser importantes para la crianza? ¿Cómo podrían aplicarse estas ideas a los programas en tu país? Cuéntanos en la sección de comentarios o menciona a @BIDgente en Twitter.
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Lucia dice
Hola Florencia. P
Gracias por tu artículo..
En cuanto a la investigación mencionada sobre la discriminacion social en ambientes laborales en los Estados Unidos, a más de lo por ti señalado me atrevo a agregar que, en conformidad con las neurociencias, dada la alta sensibilidad de los niños y de la alta vulnerabilidad cerebral en esas edades tempranas, toda emoción sea que impacte de manera positiva o negativa en el adulto cuidador va a dejar huella en el cerebro del infante como una advertencia o señal que abre o le pone en alerta cada vez que el niño se enfrente a nuevas relaciones sociales.. En esto, lo importante no es tanto el comportamiento del niño sino el efecto que las sensaciones y emociones de los y las cuidadoras dejan en el cerebro del niño en esas edades. Tempranas.
Saludos,
Lucía
Lucas dice
Excelente artículo, aplica a distintos procesos y mejora las relaciones fuertemente si se entiende el objetivo.