por Ianina Tuñón.
Es tiempo de que se reconozca la importancia de la relación entre la madre y el infante para el desarrollo del pequeño. Pero no sólo de ese binomio madre-hijo, sino también los recursos físicos, psicológicos y sociales, así como los programas de salud, educación y protección social que serán clave para el desarrollo del niño, tal y como avala la abundante evidencia científica.
Precisamente por eso, y ante la necesidad de considerar todos estos argumentos, surgió la idea de reunir investigaciones de diferentes países de la región en una sola publicación. El libro “Desafíos del desarrollo humano en la primera infancia” contiene aportes de investigadores de diversas disciplinas como medicina, psicología, psiquiatría, psicomotricidad y/o economía. Los puntos más destacados de esta publicación son:
1. Existe una inminente necesidad de definir sistemas integrales de indicadores de bienestar y desarrollo temprano, además de establecer estándares y valores nacionales de referencia para la generación de información oficial que otorgue visibilidad al problema del desarrollo infantil.
2. Es necesario propagar, a gran escala, conocimientos que pueden ser útiles para cambiar la vida de la infancia en América Latina desde las familias u otros espacios sociales. Por ejemplo, estudios de la Unidad de Neurobiología Aplicada en Argentina señalan que más allá del nivel de educación, ocupación e ingresos de los padres, o las condiciones deficitarias de la vivienda, los estilos de crianza junto con la disponibilidad y uso de material que permita a los niños y las niñas jugar y aprender influyen para lograr apreciables aprendizajes tempranos. Esto nos permite trabajar sobre las prácticas de crianza en la vida cotidiana de las familias y en otros espacios sociales mientras se progresa en políticas más integrales.
3. En muchos países de la región, la mayoría de los niños de entre 0 y 4 años son cuidados por sus madres o padres y no acuden a centros infantiles. Este hecho guarda correlato con la situación laboral de las madres. En efecto, se estima que el 60% de los niños en este grupo de edad vive en hogares en los que sus madres no tienen trabajo, o el que tienen es inestable. Desde la perspectiva de los derechos del niño y su potencial de desarrollo, esta situación, a priori, no puede ser considerada nociva, es decir, no existe ningún elemento de juicio que permita afirmar que para el niño es perjudicial permanecer al cuidado de su madre la mayor parte del tiempo. No obstante, los resultados de nuestras investigaciones permiten reconocer situaciones de vulnerabilidad debidos a la disponibilidad parental en el cuidado cotidiano.
4. Es fácil advertir que una mala situación laboral de las madres, la pobreza o la presencia de 4 o más niños en el hogar, son factores determinantes relacionados con la vulnerabilidad del niño en la alimentación, la atención de la salud y su estimulación emocional, social y cognitiva. También lo es la falta de una red de apoyo, cuando la madre no tiene a quien recurrir frente a una necesidad.
5. Parece estar confirmado que la inclusión educativa promueve la estimulación cognitiva y social del niño en el ámbito familiar y garantiza el acceso mínimo a la alimentación. Son cuestiones que son esenciales en términos del desarrollo integral del niño, como por ejemplo, que los padres actúen como cuentacuentos con sus hijos o que festejen su cumpleaños.
También es necesario garantizar servicios de cuidado y educación para la infancia en edades tempranas, así como el desarrollo de políticas de fortalecimiento familiar en el cuidado de los niños y las niñas, a la vez que políticas de proximidad que apoyen a las familias en lo relativo a pautas de crianza, desarrollo infantil, crecimiento y derivaciones oportunas.
Parece además de particular interés la construcción y sistematización de conocimiento científico en diferentes disciplinas que aporten elementos que ayuden a identificar los problemas asociados con el desarrollo infantil y su relación con los procesos de cuidado, crianza y socialización. Avanzar sobre una mejor definición de la cuestión, probablemente, también permita aportar la construcción de políticas públicas a la medida de sus necesidades y derechos.
Se trata, por tanto, de algo urgente en lo que la sociedad civil y los Estados de la región deberían sumarse ocupando un rol activo para dar soluciones a estos problemas. Dentro de este marco, es importante destacar que los apoyos internacionales son crecientes y que están ayudando a que este tema aparezca en la agenda pública y en la de los gobiernos.
Siendo no exhaustivos en el análisis, cabe reconocer la importancia de trabajar para la mejora de las condiciones de vida de las familias en aspectos como la inserción plena en el mercado de trabajo y del hábitat de vida.
¿Conoces estudios con resultados dignos de debate con colegas de otros países? Compártelos en la sección de comentarios de abajo o en Twitter.
Ianina Tuñón es licenciada en Sociología por la Universidad de Buenos Aires. Actualmente es investigadora responsable del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la Pontificia Universidad Católica Argentina
En el artículo hay cosas muy interesantes al respecto del desarrollo infantil, en uno de sus apartes dice no hay estudios que digan que para el niño es perjudicial pasar la mayor parte del tiempo con la madre, yo diría que no solo no es perjudicial si no que es muy favorable siempre y cuando las familias cuenten con capacitación y acompañamiento real y efectivo en el fortalecimiento de herramientas que garanticen que los niños y niñas de primera infancia se están desarrollando en ambientes seguros y saludables, sin dejar de lado que la socialización con sus pares, el juego, la cultura hacen parte del desarrollo integral de los niños y las niñas.