La revolución de la sostenibilidad necesita de la interacción y colaboración entre varios actores para generar los cambios transformadores necesarios para hacer frente a los impactos del cambio climático. Así es cómo los sectores público y privado, la sociedad civil y la academia deben unir fuerzas para impulsar estrategias y acciones hacia una economía libre de carbono y resiliente al clima.
La crisis que se genera a raíz de estos impactos compromete, entre muchos factores, la disponibilidad de agua y alimentos, inundaciones y deslizamientos como consecuencia del aumento en la intensidad y frecuencia de las lluvias, huracanes e incendios. Estos impactos ya son visibles en América Latina y el Caribe, especialmente en las poblaciones más vulnerables, en nuestra biodiversidad y el capital natural. A pesar de este escenario, la región tiene la oportunidad de cambiar su historia y ser protagonista en la revolución de la sostenibilidad.
En el BID estamos convencidos de que la revolución de la sostenibilidad frente a la crisis climática es una oportunidad de desarrollo sostenible y de recuperación económica. En este sentido, brindar apoyo a los países de la región para traducir los objetivos de acción frente al cambio climático y de desarrollo en políticas públicas robustas que atraigan las inversiones necesarias para una efectiva implementación es parte de nuestro trabajo.
El pasado 14 de septiembre, más de 13.000 participantes se unieron para disfrutar una nueva edición de Una región, un compromiso, en donde durante un día y seis paneles, invitamos a más de 30 panelistas de la región a conversar sobre los temas más relevantes de la agenda climática en América Latina y el Caribe. El evento virtual resaltó las acciones necesarias para frenar la crisis climática y para fomentar la revolución de la sostenibilidad en América Latina y el Caribe en seis sectores: biodiversidad y capital natural, adaptación y resiliencia, finanzas verdes y sostenibles, transición justa, descarbonización y Amazonía. El evento fue la antesala de la COP27 que tendrá lugar en noviembre de este año.
Conoce las seis lecciones que nos dejó “Una región, un compromiso”.
- Preservar la biodiversidad de la Amazonía, trabajar con las comunidades e impulsar el desarrollo sostenible en esta región es fundamental para la sostenibilidad de la región. Generar modelos de desarrollo inclusivos e innovadores con enfoque en adaptación y mitigación climática requiere el trabajo en conjunto entre el sector público, privado y comunidades locales. Es importante desarrollar herramientas que permitan homogenizar los datos para generar una inteligencia colectiva que genere impacto en las comunidades y en el territorio. Asimismo, es esencial involucrar a las comunidades indígenas que habitan en la región en el proceso de planificación y diseño de políticas climáticas. Wilma Mendoza Miro, Presidenta de la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia destacó durante el panel la importancia de definir estrategias de desarrollo conjuntas, para construir políticas públicas diferenciadas, y así contribuir a la preservación del ecosistema, a la vez que se ayuda a mejorar la calidad de vida de los habitantes, viendo “el desarrollo como verdaderamente sostenible, no solamente económico”.
- El cambio climático y la pérdida de biodiversidad requiere de un enfoque integrado, de colaboración y de beneficios y compensaciones. El cambio climático y la pérdida de biodiversidad, que están intrínsecamente interrelacionados, afectan a las sociedades y abordar estas amenazas requiere un enfoque holístico e intersectorial para alcanzar economías resilientes, carbono-neutrales y positivas para la naturaleza. En este panel se conversó sobre los mecanismos para afrontar los desafíos de planificar y financiar soluciones integradas de sostenibilidad con impactos concretos en el capital natural que sustenta a las personas y a nuestras economías. Esta cita de Agostina Pechi, Directora General de Goldman, Sachs & Co, resume el imperativo sobre la colaboración y la acción colectiva: “Pareciera ser que el mundo y los actores principales comienzan a reconocer que hay una problemática que tenemos que atender. El sector financiero tiene un rol de poder movilizar capital y traer innovación para acelerar este proceso”.
- La descarbonización crearía 15 millones de empleos netos nuevos en la región y ayudaría a aumentar el PIB en un 1% en la región. ¿Por qué, entonces, la transición no ocurre más rápidamente? Los países de América Latina y el Caribe tienen la oportunidad de invertir en la descarbonización de sus economías haciendo uso de las tecnologías limpias para la generación de energía y transporte, así como implementando prácticas sustentables en la agricultura, ganadería, y bosques. Milagros Sandoval, Directora General de Cambio Climático y Desertificación del Ministerio de Ambiente de Perú destacó que la carbono–neutralidad exitosa requiere construir de manera conjunta una visión de país. “Nuestra estrategia de largo plazo a 2050 incluye temas de mitigación y adaptación porque nos ayuda a mirar los temas de cambio climático de manera integral y trasversal”. En palabras de especialistas del BID, ¡lograr la carbono-neutralidad es posible!
- Debemos avanzar urgentemente en aumentar la resiliencia climática en nuestra región América Latina y el Caribe es altamente vulnerable a los impactos del cambio climático. El aumento de eventos extremos ha afectado enormemente a diversos países de la región, dejando a su paso fatalidades, pérdidas y daños. Por este motivo, es esencial utilizar herramientasde análisis de riesgo y cambio climático que aportan insumos clave para priorizar medidas para reducir el impacto de eventos extremos y contribuir al desarrollo resiliente de la región. Como comentaba en el panel Omar Darío Cardona, la resiliencia debe ser entendida “no solo como la capacidad para responder y recuperarse con eficiencia, sino como capacidad para anticiparse, adaptarse y absorber el impacto de los eventos climáticos”. El BID ya cuenta son su propia metodología de análisis de riesgo, la cual busca evaluar riesgo de desastres y cambio climático en todas las fases de los proyectos para aumentar su resiliencia. Asimismo, el BID ayuda a los países a aumentar la resiliencia climática a través de diversos análisis e instrumentos financieros.
- El sector financiero tiene un papel clave que desempeñar para abordar el cambio climático y los retos sociales y debe hacerlo integrándolos en sus estrategias institucionales y modelos de negocio. Existe un gran potencial para hacer que la recuperación económica pos COVID-19 sea climáticamente inteligente mediante la movilización y el redireccionamiento del capital privado hacia actividades bajas en carbono y resilientes al clima. “Las finanzas sostenibles representan una oportunidad y generan bienestar a nuestros stakeholders. La sosteniblidad es un buen negocio, es un concepto muy importante y hemos incorporado como pilar dentro de la estrategia de grupo y hemos asumido un compromiso como ser firmantes de los principios de banca responsable,” comentó Michelle Espinach, gerente de banca sustentable del Banco Promérica de Costa Rica. La lucha contra el cambio climático pasa por una transformación sustancial de los mercados financieros, que necesitan con urgencia dotarse de los instrumentos claves para manejar los riesgos financieros y, al mismo tiempo, aprovechar las oportunidades de inversión que esta revolución de la sostenibilidad ofrece.
- La transición hacia la economía libre de carbono representa una oportunidad para la creación de empleos en la región. ¿Cómo realizar una transición justa que aporte prosperidad para todos? La transición requerirá una importante transformación y avances en la mano de obra, por lo que será necesaria una estrecha colaboración entre la capacitación, el desarrollo de habilidades y competencias, junto con los sectores productivos, para garantizar que los programas de formación aborden las necesidades de la industria, y avancen hacia la transición verde. También es esencial orientar la economía hacia la creación de empleos verdes y fortalecer el sistema de intermediación laboral. El Viceministro de Empleo de Ecuador, Carlos Miguel Febres-Cordero, destacó los puntos clave en el desarrollo de la estrategia de promoción de empleo verde que actualmente funciona en el país, en donde recalcó la importancia de “unir esfuerzos no solamente con otras carteras de Estado, sino con la empresa privada, la ciudadanía para promover mecanismos de coordinación entre el sector productivo, el sistema de formación y la demanda de empleos verdes”. América Latina y el Caribe podría sacar el máximo provecho de esta revolución de la sostenibilidad si trabaja en conjunto.
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