La bioeconomía es cualquier actividad económica basada en el uso de recursos biológicos naturales renovables —tanto terrestres como marinos— para obtener alimentos, materiales y energía de manera sostenible, sin comprometer su disponibilidad para las generaciones futuras[i]. Específicamente, la bioeconomía comprende aquellas actividades económicas relacionadas con la invención, el desarrollo, la producción y el uso de productos y procesos biológicos sostenibles[ii].
La bioeconomía, como una alternativa de negocio que favorece el desarrollo económico de los países, es una hipótesis fácilmente defendible. Se estima que más del 30% del PIB mundial depende de la naturaleza y sus servicios.[iii] De hecho, los últimos análisis globales, realizados en 2018, han demostrado que el desarrollo de modelos comerciales sostenibles agrícolas y de uso de la tierra podría generar hasta US $ 2,3 billones adicionales por año y más de 70 millones de nuevos puestos de trabajo para 2030.[iv] Existen también otros sectores de la bioeconomía además de la agricultura (pesca, acuicultura, silvicultura, energía renovable, entre otros) que pueden beneficiarse de modelos comerciales sostenibles y modernos para el uso de recursos naturales renovables.
Las evaluaciones globales sugieren que los servicios ecosistémicos podrían tener un valor aproximado entre 125 y 140 billones de dólares por año, pero estos no se consideran en las cuentas nacionales de los países, lo que subestima el potencial económico y la riqueza de estas naciones. De hecho, tanto la degradación de la biodiversidad como el deterioro de sus servicios ecosistémicos subyacentes están generando pérdidas económicas significativas para países, empresas y organizaciones financieras que dependen del funcionamiento adecuado del capital natural[v]; sin embargo, debido a una contabilidad inadecuada, a menudo dichas pérdidas pasan inadvertidas.
En el caso específico de la región de América Latina y el Caribe (ALC), la bioeconomía representa una importante oportunidad de inversión y desarrollo sostenible. La región es una de las superpotencias de biodiversidad del mundo.[vi] En ALC, los ecosistemas contribuyen al crecimiento económico, proporcionan alimentos, agua y energía, y aseguran el sustento de sus habitantes. Además, los ecosistemas de ALC son fundamentales para la resiliencia al cambio climático y el alivio de la pobreza en la región. El valor monetario atribuido a los servicios de los ecosistemas de la región se estima en US$ 15,4 billones por año, sin embargo, como se indicó anteriormente, dicho valor no se encuentra internalizado en los sistemas de cuentas nacionales de la región.[vii] Es por esta razón que, como en otras partes del mundo, la sobreexplotación, la deforestación, la contaminación, la pérdida/degradación de los hábitats y el cambio climático están amenazando el capital natural de ALC. Los principales impulsores de esas amenazas son el crecimiento de la población, la urbanización y los cambios en el uso de la tierra.[viii]
Sin embargo, esas mismas amenazas suponen diferentes oportunidades de negocio para la bioeconomía y podrían ser una alternativa viable para aprovechar el gran potencial natural de ALC. Además, enfrentar esas amenazas y corregir esas distorsiones podría generar alternativas para contribuir a la recuperación socioeconómica de la región tras la crisis del Covid-19 y para embarcar a la región en una senda de crecimiento económico a largo plazo que sea resiliente al cambio climático y que esté sustentada en actividades de bajas emisiones que a su vez permita restaurar y conservar la biodiversidad de la región. La bioeconomía tiene el potencial de promover el uso sostenible del capital natural para producir alimentos, energía y bienes industriales mediante la maximización del valor agregado y la minimización de los desechos en la región.[ix] Reconocemos que se ha realizado un trabajo importante en el sector agropecuario en ALC en esta dirección, pero, como dijimos anteriormente, existen otros sectores de bioeconomía en la región como el pesquero, acuícola, forestal, entre otros, que aún no han implementado modelos de negocio modernos como los planteados anteriormente.
Varias fallas institucionales y de mercado, así como otras barreras, obstaculizan la capacidad de la región para capturar los posibles beneficios socioeconómicos y ambientales identificados para la bioeconomía en ALC. Estos incluyen marcos normativos y regulatorios incompletos, barreras financieras y económicas, limitaciones técnicas, dificultad para agregar líneas de negocio y brechas de conocimiento. La Figura 1 proporciona una descripción general de algunas de estas barreras.
Figura 1. Principales barreras que limitan el desarrollo de la bioeconomía en la región [x]
Para abordar estas barreras y aumentar la inversión pública y privada en la bioeconomía de la región, proponemos un marco que se basa en tres componentes interrelacionados (ver Figura 2). Esta estrategia tiene como objetivo determinar el alcance y fortalecer las bioempresas y sus cadenas de valor en los países de ALC ricos en biodiversidad. Para diseñar e implementar estos componentes es primordial aprovechar las alianzas estratégicas con los Bancos Nacionales de Desarrollo, los financiadores y las organizaciones de apoyo técnico para llegar a las pequeñas, medianas y grandes bioempresas calificadas. Por ello, proponemos un marco transversal —para los sectores primario, industrial y de servicios— que puede potenciar el valor intrínseco de la bioeconomía de la región al incorporarlo en la toma de decisiones políticas y económicas.[xi]
Nuestro marco prospectivo busca brindar a los inversionistas privados las herramientas y los conocimientos necesarios para invertir y financiar bioemprendimientos en ALC y, al mismo tiempo, abordar los riesgos financieros asociados. Al diseñar instrumentos de inversión hechos a la medida, así como al apoyar el desarrollo de proyectos de capital natural, los inversionistas privados tendrán vehículos más confiables para asignar fondos a proyectos bioeconómicos. Creemos que este enfoque permitirá dinamizar la inversión privada en bionegocios en ALC.
Figura 2. Componentes de un marco integrado y holístico para la bioeconomía
El marco por el que abogamos también busca desarrollar medidas para monitorear, evaluar y reportar resultados de manera transparente con el objetivo de integrar los principios bioeconómicos en la toma de decisiones. Específicamente, este satisfaría las necesidades de: i) los inversionistas que buscan oportunidades de inversión con criterios ambientales, sociales y de buena gobernanza (ESG) y que además exigen medidas para evaluar los impactos de esas inversiones, así como su exposición al riesgo en empresas de bioeconomía, y ii) los reguladores financieros que piden la incorporación del capital natural en la inversión.
En resumen, sostenemos que nuestro marco integrado para promover la bioeconomía debería generar beneficios ESG que sean específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con una escala temporal para las inversiones en bioeconomía, que podrían acelerar la recuperación económica sostenible de los países de ALC y al mismo tiempo contribuir al logro de i) los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ii) los Objetivos del Acuerdo de París, iii) los Planes de Acción Nacionales de Biodiversidad y iii) las Metas del Convenio sobre Diversidad Biológica.
[i] Lago, C., Caldés, N., & Lechón, Y. (Eds.). (2018). The Role of Bioenergy in the Emerging Bioeconomy: Resources, Technologies, Sustainability and Policy. Academic Press.
[ii] OECD (2009), The Bioeconomy to 2030: Designing a Policy Agenda, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/9789264056886-en
[iii] World Economic Forum (2020), Nature Risk Rising: Why the Crisis Engulfing Nature Matters for Business and the Economy.
[iv] New Climate Economy (2018), Unlocking the Inclusive Growth Story of The 21st Century: Accelerating Climate Action In Urgent Times based onBusiness and Sustainable Development Commission (2016). Valuing the SDG Prize in Food and Agriculture – Unlocking Business Opportunities to Accelerate Sustainable and Inclusive Growth.
[v] OECD (2019), Biodiversity: Finance and the Economic and Business Case for Action – A report prepared by the OECD for the French G7 Presidency and the G7 Environment Ministers’ Meeting, 5-6 May 2019 – based on Kering (2017) and DNB (2019).
[vi] World Bank (2012). Biodiversity: Finding the Funds to Keep Latin America Green. https://www.worldbank.org/en/news/feature/2012/10/17/america-latina-biodiversidad-conservacion
[vii] IPBES (2018), Regional and sub-regional assessments of biodiversity and ecosystem services: regional and sub-regional assessment for the Americas – Hernández-Blanco M. Basado en data en Costanza et al. (2014) y Kubiszewski et al. (2017).
[viii] See e.g. UNEP (2016), The State of Biodiversity in Latin America and the Caribbean – a Mid-term Review of Progress Towards the Aichi Biodiversity Targets; IPBES (2019), Global Assessment Report on Biodiversity and Ecosystem Services;
[ix] Source: adapted from: The Global Bioeconomy Summit 2018 defines it as the “production, utilization and conservation of biological resources, including related knowledge, science, technology, and innovation, to provide information, products, processes and services in all economic sectors aiming toward a sustainable economy”; FAO (2018), Assessing the Contribution of Bioeconomy to Countries’ Economy.
[x] Sources: CEPAL (2019), Towards a sustainable bioeconomy in Latin America and the Caribbean; The Nature Conservancy and Environmental Finance (2019), Investing in Nature – Private Finance for Nature-Based Resilience.
[xi] See e.g. Dinero.com (2019), ¿Qué es la bioeconomía y qué tan buen negocio es?; Betancur G. (2018), Estudio Sobre La Bioeconomía Como Fuente De Nuevas Industrias Basadas En El Capital Natural De Colombia N.º 1240667, FASE I; Rodriguez A.G., La bioeconomía: Oportunidades y Desafíos para el Desarrollo Rural, Agrícola y Agroindustrial en América Latina y el Caribe.Gobierno de Ecuador (2017), – Forest Investment Program – Investment Plan – basado en MAE (2017);
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