Imagina que estás planificando el presupuesto del próximo año y las obras a licitar. La comunidad está entusiasmada con los nuevos proyectos que se avecinan. Las obras comienzan, pero pronto debes informar que demandarán más tiempo y serán más costosas de lo previsto, lo que genera gran descontento en la población. Finalmente, logran terminarlas y, poco tiempo después, debes enfrentar un nuevo desafío: tras una temporada de fuertes lluvias, las obras presentan fallas que ocasionan la interrupción del servicio y se comienza a hablar de los potenciales daños y pérdidas humanas que podrían ocurrir si llegara a presentarse un desastre mayor ocasionado por fenómenos naturales.
Este escenario hipotético es uno al que se enfrentan a menudo quienes desarrollan proyectos de infraestructura. Algunas cifras: en el mundo, más de la mitad de las ciudades con más de 500.000 habitantes son altamente vulnerables a al menos un tipo de peligro natural (p. ej., inundación, sismos o vientos huracanados) y América Latina y el Caribe es la segunda región más propensa a desastres relacionados con fenómenos naturales, con pérdidas directas promedio por impactos a infraestructuras en torno al 26%. Por su parte, supervisiones recientes del BID en proyectos hospitalarios determinaron que una de las principales causas de sobrecostos y fallos de los proyectos está vinculada a la falta de calidad técnica en los estudios previos. En este contexto, resulta imprescindible contar con buenos estudios técnicos en la etapa de preinversión.
¿En qué consisten los estudios técnicos?
Los estudios técnicos en la etapa de preinversión de un proyecto de infraestructura son todos aquellos destinados a determinar las características constructivas del proyecto y su viabilidad técnica, económico-financiera, institucional, social y ambiental. Estos son básicos para asegurar la sostenibilidad de la inversión y deben ser hechos en las primeras fases del diseño, es decir, en la etapa de preinversión. Habitualmente son:
- estudios de caracterización contextual (climatología, geografía, ambiental y sociocultural, peligros naturales)
- levantamiento topográfico
- estudios geológicos y geotécnicos (mecánica de suelos)
- estudios hidrológicos e hidráulicos
Dependiendo de la tipología y contexto del proyecto, pueden ser necesarios otros estudios para conocer:
- el peligro de amenazas naturales y las opciones para reducir el riesgo, especialmente en el caso de infraestructura dedicada a la provisión de servicios básicos y obras civiles clave
- ubicación precisa de servicios de agua potable y residuales, electricidad, telecomunicaciones o gas
- capacidad de cobertura de las empresas proveedoras de servicios para evaluar la necesidad de realizar obras complementarias
- posibilidad de descarga de los efluentes en la red cloacal o necesidad de tratamiento previo.
Enfoque preventivo en el planteamiento de proyectos: reducción de sobrecostos y riesgos
En la gestión de proyectos, un proyecto se considera exitoso cuando se logra el alcance propuesto, dentro de los costos y plazos estimados, con la calidad especificada, una adecuada gestión de riesgos y a entera satisfacción del cliente. Durante la etapa de preinversión de un proyecto de infraestructura se determina su alcance, es decir, todo aquello que es necesario realizar para que la obra pueda ejecutarse y cumplir su objetivo. Para ello, es necesario analizar diferentes variables del ámbito de intervención y los estudios técnicos son el mejor instrumento.
Debido a la urgencia por licitar obras, algunas veces no se dedica la atención adecuada a desarrollar buenos estudios basados en evidencias científico-técnicas obtenidas mediante investigaciones locales específicas. En ocasiones, los estudios se realizan de manera superficial o se utilizan estudios desactualizados que ya no reflejan las condiciones actuales del ámbito de la obra. En otros casos, se confía en que, durante la fase de construcción, el contratista se encargará de llevar a cabo los estudios complementarios y modificaciones del diseño que sean necesarios. En el peor de los casos, no se realiza una debida diligencia técnica adecuada ni un archivo documental trazable del proyecto que permita gestionarlo y tomar decisiones efectivamente.
La falta de calidad en los estudios técnicos genera una elevada incertidumbre que suele implicar una alta probabilidad de fallo y/o sobrecosto para los proyectos. Los proyectos quedan sujetos a la toma de decisiones sobre la marcha durante fases avanzadas en las que habitualmente es poco viable o eficiente implementar soluciones correctivas adecuadas.
Contar con esta información durante las primeras fases del proyecto, permite tomar decisiones adecuadas para evitar sobrecostos y sobreplazos, así como posibles desastres futuros por deficiencias en el planteamiento y ejecución. Su realización deficiente o su utilización desactualizada puede derivar en que:
- haya que reformular el proyecto (cambio de alcance y modificación de contratos)
- se extiendan los plazos (demoras por reelaboración del proyecto y necesidad de más tiempo de ejecución)
- se eleve el coste (cambio en el presupuesto)
- se afecte la calidad por la premura para cumplir con los plazos
- se presente un conflicto con las comunidades del proyecto
- se incurra en sanciones por daños ambientales
- se gestionen inadecuadamente los riesgos del proyecto, improvisando en la gestión ambiental y social, incluyendo el riesgo de desastre e impacto del cambio climático
- se produzcan pérdidas materiales y/o humanas por desastres
Los desastres no son naturales: reducción de exposición y vulnerabilidad
Los estudios técnicos no solo son necesarios para evitar sobrecostos, sino para garantizar un proyecto resiliente.
Los crecientes impactos por fenómenos naturales en América Latina y el Caribe nos dejan una lección fundamental: el desarrollo humano no puede producirse de espaldas al medio natural. Por sí mismos, los eventos naturales no suelen tener mayor impacto negativo sobre los ecosistemas e incluso podrían llegar a tener un impacto positivo, como en el caso de las llanuras aluviales fértiles tras las inundaciones. Sin embargo, estos fenómenos naturales son causa de desastres cuando impactan en vidas humanas y medios de subsistencia expuestos y vulnerables a estos.
La magnitud de las consecuencias asociadas al desastre es fuertemente dependiente de qué tan expuestas y vulnerables están las infraestructuras, bienes y actividades que desarrollamos sobre un territorio. Por tanto, resulta imprescindible una gestión integral del riesgo en todo el ciclo de proyecto, con énfasis en fases de planificación y diseño basadas en dos ejes fundamentales: reducción de la exposición (básicamente, qué obra o actividad desarrollamos y dónde la ubicamos) y reducción de la vulnerabilidad (cómo y con qué características). Al plantear estudios de alternativas o estudios de prefactibilidad, se recomienda enfocarse en evitar (seleccionando emplazamientos con la menor peligrosidad posible y evitando decisiones de diseño complejas, prefiriéndose obras de bajo arrepentimiento), seguido de minimizar (realizando un diseño acorde a las solicitaciones identificadas y bien caracterizadas) y, complementariamente, diseñar pensando en facilitar el mantenimiento y operación, así como la preparación, respuesta y recuperación frente a eventos.
El BID dispone de la Metodología de Evaluación del Riesgo de Desastre y Cambio Climático para su uso más allá de las operaciones del Banco, a modo de caja de herramientas de referencia para equipos técnicos y tomadores de decisiones en proyectos de infraestructura. Este documento, además de ofrecer métodos proporcionales para el análisis del riesgo, orienta en su identificación mediante el uso de visores cartográficos, la aproximación a los conceptos de cambio climático, la incorporación de medidas comprobadas de resiliencia en el diseño del proyecto, o el planteamiento de planes de gestión del riesgo de desastre y cambio climático.
Toma de decisiones informada y oportuna
Al inicio del ciclo de vida de un proyecto, aun cuando el grado de riesgo e incertidumbre es relativamente alto, el costo de realizar cualquier cambio en el proyecto es considerablemente más bajo que realizar ese mismo cambio en una etapa más avanzada, cuando la incertidumbre ha disminuido o el riesgo se ha materializado.
Por ende, para poder minimizar y/o mitigar cualquier incertidumbre asociada con un incremento del riesgo, es necesario que los estudios hagan parte de las fases tempranas en el diseño de un proyecto de infraestructura.
En los países de la región ya se está priorizando el financiamiento de estos estudios. En el BID, apoyamos su realización a través de líneas de crédito destinadas a financiar proyectos de preinversión y aportamos conocimiento basado en casos de éxito en la región.
Con esto, buscamos cambiar el escenario hipotético presentado al inicio por otro más favorable. Uno en el que los proyectos han sido realizados con el alcance previsto, en los plazos estipulados, con el presupuesto asignado, con la calidad especificada y con una mínima cantidad de contratiempos. El proceso ha sido técnicamente robusto y participativo, y la comunidad goza de infraestructura útil, segura y resiliente. El resultado: un proyecto exitoso y una inversión sostenible que perdurará en el tiempo.
JAVIER ENRIQUE GUEMBES GUERRERO dice
Technical studies are required, indeed, in the hazard identification phase.
I would add to your list, the COASTAL DINAMICA studies, in cases where the study area is the coastal marine strip.
These studies must provide the data that will be inputs in the design of infrastructure works, necessary for vulnerability mitigation.
Ignacio Mendoza dice
Proyectos de inversión en infraestructura