Encontrar terrenos aptos para construir infraestructura social es un gran desafío. Los presupuestos suelen ser muy limitados; los terrenos disponibles son pocos y con problemas legales o deudas, carencias de servicios públicos o que requieren obras adicionales a las del edificio en sí. En muchos países, mediante acuerdos intergubernamentales, se aceptan terrenos donados, los cuales parecen ser la solución ideal ya que, en teoría, no tienen costo. Sin embargo, la realidad es muy diferente. Muchos de los terrenos que en primera instancia parecen ser gratis, pueden presentar muchos problemas y costos “escondidos”.
La guía Dónde Sí, Dónde No, Guía para la selección de terrenos para construir infraestructura social identifica 12 aspectos que deben ser analizados simultáneamente para poder determinar si un terreno es viable o no: 1) ubicación y entorno, 2) análisis normativo, 3) análisis legal, 4) aspectos socio ambientales, 5) susceptibilidad ante amenazas, 6) construcciones preexistentes, 7) forma y dimensiones, 8) topografía, 9) accesibilidad, 10) servicios públicos, 11) costos y 12) plazos. Particularmente, costos y plazos, se ven directamente afectados por las medidas que sean necesarias implementar, ante las debilidades de algunos de los 10 puntos anteriores. La Guía explica la importancia de cada uno de estos aspectos, y brinda casos concretos y lecciones aprendidas que pueden ser de mucha utilidad para quien deba seleccionar y evaluar terrenos para construir.
Cuando nos referimos a susceptibilidad ante amenazas o a la necesidad de terrenos seguros, debemos partir de la base que nunca existe el riesgo cero. Sin embargo, es posible minimizar los riesgos que puedan existir, ya sea mediante obras complementarias y planes de gestión de riesgo, o mejor aún, eligiendo bien el terreno antes de construir!
Los terrenos pueden tener amenazas de origen natural, como terremotos, tsunamis, huracanes, volcanes, avalanchas, inundaciones a gran escala, incendios forestales; o tecnológicas, como plantas nucleares o represas que puedan fallar, entre otras. Por ese motivo, Dónde Si, Dónde No, propone la realización un análisis a dos escalas distintas: a nivel macro, o sea a nivel de planificación territorial, y a nivel micro, o sea al momento de la selección específica del terreno para construir.
A nivel macro, debe identificarse una localización segura, y que garantice la seguridad estructural, no estructural y funcional de la edificación, de acuerdo con el rol que la edificación requiere cumplir, inclusive durante una situación de desastre. Por ejemplo, los hospitales deben mantenerse en pie y funcionando, así como las escuelas deben funcionar como centros de refugio para la población afectada.
Para el análisis micro, debe valorarse que tan susceptible es el terreno, por ejemplo, ante un posible desbordamiento de un río cercano, o deslizamientos de tierra. Generalmente, este análisis se realiza por un profesional con una visita al sitio y observando el entorno (distancia a cursos de agua, pendientes de terreno, edad de vegetación, tipo de roca superficial, presencia de agua encharcada etc.), y también con base en información secundaria disponible (mapas municipales de amenazas y/o riesgos, información geológica, periodicidad y cantidad de lluvias o frecuencia de sismos o vendavales y tormentas tropicales, incluyendo la variable de cambio climático).
Otro elemento clave es la calidad del suelo, ya que puede darse la situación que en terrenos de mala calidad (ej. rellenos) los trabajos necesarios para estabilizarlo puedan representar un alto costo dentro de la materialización del proyecto. Todo este análisis es imprescindible, y no implica necesariamente altos costos.
En el caso específico de los establecimientos de salud, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ha desarrollado la estrategia de Hospitales Seguros, que tiene como objetivo asegurar que los establecimientos de salud no solo se resistan las amenazas de la naturaleza, sino que puedan seguir funcionando y prestando servicios en momentos que son indispensables para la comunidad. Para ello ha creado una herramienta denominada Índice de Seguridad Hospitalaria, que evalúa la probabilidad de que un establecimiento se mantenga operacional ante situaciones de emergencia. El Índice, identifica como uno de los elementos críticos para considerar un hospital como seguro a la ubicación geográfica, y sugiere evaluar las amenazas y las propiedades geotécnicas del suelo.
El índice de seguridad hospitalaria se presenta como una herramienta fácil y económica para evaluar el riesgo que puede presentar una infraestructura de salud. En algunos casos habrá que hacer estudios más detallados y costosos, pero permite tener una primera aproximación al riesgo y eventualmente decidir optar por otro terreno antes de construir.
Por lo tanto, muchos problemas y recursos financieros, e incluso, vidas, podrían ahorrarse si desde el principio se buscaran terrenos adecuados, o si no se aceptaran sin previo análisis terrenos “gratis”.
En esa línea también, y en el marco de la directiva A2 de la Política de Gestión de Riesgos de Desastre (OP-704) y del Marco de Infraestructura Sostenible, el BID elaboró una metodología para facilitar la identificación y evaluación de los riesgos de desastres y cambio climático, e identificar las oportunidades para dar mayor resiliencia a los proyectos durante sus fases de identificación, preparación e implementación. La metodología plantea diferentes fases en función de la complejidad del proyecto, por lo que busca ser gradual y escalable en según de cada caso particular, y de esa manera busca establecer fácilmente, en qué caso es necesario realizar estudios complejos para determinar riesgos de desastres y en qué casos es suficiente con definir medidas de mitigación a implementar en la etapa de diseño de la infraestructura.
Los estudios o las obras de mitigación necesarias deben ser considerados en el costo del proyecto, y tienen directa relación con el terreno seleccionado. Por eso, el momento de la selección del terreno es clave, porque esta primera decisión puede condicionar para siempre el proyecto de infraestructura.
Terrenos perfectos no existen, pero podemos contribuir a garantizar tanto la sostenibilidad de los proyectos de infraestructura, como la seguridad de las personas, sin necesidad de costosos estudios y grandes obras de mitigación, si analizamos con detenimiento los terrenos disponibles.
Si le interesó este post no dudes en leer “Cinco pasos para incluir la gestión de riesgos de desastres en proyectos de infraestructura”
Aquí puedes descargar directamente “Guía dónde sí, dónde no” y “Metodología del riesgo de desastres y cambio climático”
Leave a Reply