Ir al supermercado hoy en día es una experiencia completamente diferente a lo que era hace diez años. El comercio global nos ofrece una asombrosa variedad de productos internacionales, marcas y sabores. Disfrutamos de opciones casi ilimitadas y de un conjunto cada vez mayor de herramientas digitales que nos permiten estar más informados y educados sobre nuestras opciones. Las aplicaciones, sitios web, podcasts, certificaciones y más nos ayudan a comprender qué productos se cosechan o fabrican de manera sostenible, identificar sus orígenes, rutas de distribución e incluso las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) involucradas en su producción y transporte. Esta información es fundamental para empezar a vivir de forma más sostenible porque nos ayuda a comprender el impacto ambiental de nuestras decisiones de compra y consumo.
Mitigación de impactos: limitar nuestra huella
La creciente conciencia de las repercusiones que tiene el estilo de vida que elegimos a diario está impulsando la búsqueda de formas de hacer que nuestras elecciones personales sean más sostenibles y de mitigar nuestro impacto negativo en el medio ambiente. Desde la ropa que usamos hasta cómo se transportan nuestros bienes, desde qué y cuándo comemos hasta las fuentes de energía que consumimos, pasando por los tipos de empaques en los que vienen nuestros productos. Este interés en la mitigación está impulsado por el deseo de estilos de vida más sostenibles, y todo comienza con entender el impacto.
El BID no es ajeno al principio de mitigación de impactos. Nuestro nuevo Marco de Política Ambiental y Social (MPAS) y específicamente la Norma de Desempeño Ambiental y Social 3 (NDAS 3) sobre eficiencia en el uso de los recursos y prevención de la contaminación establece políticas y pautas para proporcionar a nuestros prestatarios herramientas para gestionar con éxito los riesgos e impactos de sus actividades sobre las condiciones ambientales y la salud pública. Estos pueden incluir impactos en la calidad del aire, los niveles de ruido, el suelo, la calidad de las aguas superficiales y subterráneas, la biodiversidad y los recursos naturales vivos, los riesgos para las comunidades locales y la contribución al cambio climático global.
Al igual que con los cambios en nuestros patrones de consumo personal, el primer paso para abordar estos riesgos e impactos es identificarlos y comprenderlos.
La nueva norma de desempeño del BID sobre eficiencia en el uso de recursos y prevención de la contaminación
La NDAS 3 describe un enfoque a nivel de proyecto para gestionar recursos, prevenir y controlar la contaminación, y evitar y minimizar las emisiones de GEI. La evaluación de los riesgos e impactos potenciales toma en consideración la ubicación del proyecto, las condiciones ambientales locales y el tipo de contaminantes emitidos. Los impactos ambientales y sociales pueden ocurrir en cualquier fase de un proyecto y dependen de varios factores, como su naturaleza, alcance y ubicación. Por lo tanto, la evaluación debe considerar todo el ciclo de vida del proyecto, que abarca desde la selección del sitio y la construcción, hasta la puesta en servicio, la operación, el desmantelamiento y la rehabilitación ambiental, según corresponda.
Esta norma de desempeño también insta a los prestatarios a implementar medidas técnica y financieramente viables y rentables para mejorar la eficiencia en su consumo de energía, agua y otros recursos, así como para reducir las emisiones de GEI relacionadas con el proyecto. Además, la NDAS 3 acoge de lleno el concepto de economía circular y la recuperación de recursos, según la cual es posible crear u obtener productos utilizables y valiosos a partir de lo que anteriormente se consideraba como material de desecho.
Como parte de los esfuerzos del Banco para mejorar la aplicación de la NDAS 3, hemos desarrollado un curso gratuito y autoguiado para ayudar a ampliar el conocimiento sobre los riesgos e impactos ambientales asociados con el uso de recursos y la generación de desechos y emisiones en los proyectos, y encontrar las medidas, tecnologías y prácticas apropiadas para abordarlos.
La evaluación de impacto es clave para la sostenibilidad, tanto a nivel personal como a nivel de proyecto. En el BID estamos comprometidos con proporcionar a nuestros socios en la región herramientas para mejorar su comprensión de los riesgos e impactos relacionados con los proyectos, incorporar medidas de mitigación en la fase de diseño y fortalecer su capacidad para tomar decisiones informadas a lo largo del ciclo de vida del proyecto.
Miguel Rojas. dice
Interesante,la viabilidad de los proyectos y/o sostenibilidad,,que debe considerar,también, que sean asequibles que las comunidades involucradas puedan acceder a los beneficios de tener programas que sean parte de la cadena productiva, para generar los ingresos requeridos para su mantenimiento y continuidad ;los conflictos que vienen ocurriendo cuando no se ha considerado o estudiado, adecuadamente, el impacto ambiental que generan los proyectos(por ejemplo mineros),derivan en resistencia y/o reclamos afectan el desarrollo de los mismos.