La vulnerabilidad de la agricultura a la entrada de plagas exóticas se ha incrementado de forma alarmante como resultado del aumento en los desplazamientos de personas y mercancías a nivel mundial. Ante esta situación, el riesgo que representa cualquier plaga supone aproximadamente 30% de las pérdidas de las cosechas en todo el mundo y la afectación a más de 85 millones de hectáreas. Por ello, es de vital importancia controlar y erradicar cualquier plaga y enfermedad que se manifieste para asegurar la sanidad y la seguridad alimentaria de cualquier país.
La Mosca del Mediterráneo (Moscamed) originaria de África, es una de estas plagas que afecta a frutas y hortalizas en zonas templadas, subtropicales y tropicales, afectando la producción, comercialización y exportación de dichos productos. Esta plaga es una de las más nocivas y con un alto poder destructivo para la hortofruticultura en el mundo, pues provoca daños en más de 260 cultivos hospedantes de la plaga, tales como el aguacate, café, calabacita, chile verde, mango, manzana, melón, naranja, papaya, sandía y uva, entre otros; es un riesgo latente para las exportaciones de productos agrícolas y para los productores de estos cultivos en cualquier país.
En 1977, esta mosca destructiva llegó a Chiapas, México, proveniente de Guatemala. A partir de 1978, México creó un programa llamado Moscamed, el cual consistió en construir y operar una Planta de Cría y Esterilización de la mosca del Mediterráneo única en su tipo y en su magnitud, que permitiera mantener zonas libres de esta plaga y garantizar la sanidad vegetal y la inocuidad alimentaria. Esta planta consistió en la cría masiva y su liberación en campo, de cientos de millones de machos estériles que con la calidad requerida y en proporciones adecuadas de número, logran aparearse exitosamente con las moscas silvestres del campo, interrumpiendo así el ciclo reproductivo de la plaga.
La relevancia de esta plaga es tal que su introducción y establecimiento en México podría representar la disminución de producción y suspensión de exportaciones, con pérdidas económicas estimadas de hasta US$21.766 millones.
Este programa funcionó eficazmente durante 37 años; sin embargo, la infraestructura de la planta de producción de pupa estéril quedó obsoleta, no contó con capacidad propia de cría y su capacidad de producción de 500 millones de moscas macho-estériles semanales destinadas a combatir la entrada de la plaga, fue insuficiente para cumplir con los requerimientos de protección en el corto y mediano plazo.
Ante esta situación, el programa de Fortalecimiento de Bienes Públicos Rurales, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en colaboración con el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) de México identificó esta nueva vulnerabilidad del programa Moscamed en el sector agrícola mexicano. Para ello, dentro del programa se financió la construcción y equipamiento de una nueva planta de producción Moscamed, con tecnología de vanguardia y de clase mundial con espacio para la cría propia (huevecillo), y con capacidad para producir hasta mil millones de cepa macho estériles semanales, así como innovación para el diagnóstico y control de la plaga, incluyendo el desarrollo de modelos de amenaza mínima.
El impacto que ha tenido el programa desde su inicio ha sido la declaratoria de zona libre de mosca del Mediterráneo al país que beneficia positivamente a más de 1,8 millones de hectáreas de productos hortofrutícolas hospedantes; con una producción anual de 17,6 millones de toneladas. La modernización de la planta Moscamed espera beneficiar una mayor superficie y seguir atendiendo el bloque de contención de la plaga en la frontera sur del país dentro del Programa, así como la protección de las áreas libres de mosca del Mediterráneo de México y Estados Unidos al mismo tiempo.
Este Programa es reconocido a nivel mundial como uno de los primeros de haberse desarrollado en América Latina, y el primer Programa exitoso, a nivel internacional, en contra de la mosca de Mediterráneo, proyectándose como un claro ejemplo de innovación, responsabilidad, capacidad de respuesta y salvaguarda para garantizar la sanidad agroalimentaria en el país. Para ver el video haga click aquí.
Fotografías por cortesía de SENASICA
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