Donald y Gloria son líderes de la Comunidad Indígena de Kwatamang, ubicada en la Región 9 al sureste de Guyana. El acceso a Katwamang no es fácil: tras tomar una avioneta por 90 minutos desde Georgetown, la capital del país, se debe manejar por más de media hora por caminos rurales para llegar, atravesando paisajes hermosos de selva virgen donde muy poco de la mano del hombre llega a esos rincones.
Pero Kwatamang, al igual que otras comunidades de la zona de Hinterland, es también una de las áreas más pobres de Guyana. Alrededor del 10% de la población guyanesa vive en el Hinterland, donde se estima que el nivel de pobreza supera el 78% de la población y alrededor del 74% de los habitantes vive en viviendas inadecuadas y en condiciones de hacinamiento. Además, el 60% de la población no tiene acceso seguro a agua potable.
De ahí que Kwatamang, fuera una de las doce comunidades seleccionadas como beneficiaria del proyecto del BID- Vivienda Sostenible para el Hinterland ejecutado a través la Autoridad de Planificación y Vivienda Central (CH&PA, por sus siglas en inglés), el que precisamente está enfocado en proveer unidades habitacionales y reemplazo de techos con entrega de tanques de agua a comunidades indio-americanas (como son los Makushi y Waspishana) en las Regiones 1 y 9.
Pero, específicamente ¿Cómo es que el proyecto contribuye a dar soluciones sostenibles de vivienda?
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- Diseño participativo comunitario: El proyecto ha contado desde la fase piloto con la contribución de las comunidades en el diseño de las casas. Por ejemplo, para la Región 1, el modelo de las viviendas es diseñado con una segunda planta y hechas de madera, en comparación con la Región 9, donde las casas son construidas de concreto.
- Soluciones de saneamiento para corto y largo plazo: En el corto plazo, las unidades habitacionales cuentan con el suministro de letrinas, una solución de saneamiento como resultado del proceso participativo que se llevó a cabo durante la fase piloto, a través de Consejos Comunitarios.
- Mejorar el acceso a agua potable: De las comunidades seleccionadas, el 80% no tenía acceso a abastecimiento de agua potable ni sistema de almacenamiento. El proyecto proveerá soluciones de techos con tanques para almacenamiento de aguas lluvia, las mismas que incluirán capacitación a los beneficiarios para potabilizar el líquido y realizar un test para verificar su calidad.
- Mínimo daño al medio ambiente y huella: Si bien las viviendas serán construidas con materiales de zonas aledañas -especialmente en la Región 1- en comunidades como Whitewater donde las viviendas son construidas de madera, se espera que el impacto en el medio ambiente y el hábitat natural sea el mínimo, pues serán construidas sin alterar la huella ya existente. Asimismo, se plantea trabajar con los Consejos Comunitarios para incluir soluciones de potencial vulnerabilidad a desastres que puedan ocurrir en las zonas.
- Contratación de mano de obra local: Una de las grandes ventajas, pero a la vez desafíos del programa es que los contratistas para la construcción de las casas provienen de las mismas comunidades y trabajan de forma coordinada con los beneficiarios, lo que a su vez puede crear conocimiento y trabajo en las comunidades.
El proyecto está diseñado para causar el mínimo efecto de contaminación en el medio ambiente y a la vez proponer soluciones en materia de saneamiento para lograr la sostenibilidad en el largo plazo. Ambas acciones se enmarcan también la Política Operacional de Salvaguardias del Banco.
Los procesos de consulta forman parte además de la misma Política y son especialmente relevantes en este tipo de proyectos en donde la participación comunitaria es crucial, y donde la operación está diseñada para mejorar la calidad de vida de comunidades indígenas siguiendo los lineamientos de la Política Operacional sobre Pueblos Indígenas.
Gabriela Infante dice
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