Restaurar la cubierta forestal en cuencas hidrográficas de montaña a lo largo del país probablemente sea el medio más urgente y rentable de mitigar los efectos de desastres naturales, adaptarse al cambio climático y garantizar la viabilidad y productividad a largo plazo de la agricultura y la pesca.
La magnitud de esta crisis corre el riesgo de ser subestimada, en parte, debido al modo en que definimos los bosques. La definición de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) ampliamente aceptada que expresa que un bosque debe poseer más de un 10% de cubierta de copas, permite que una amplia área sea deforestada y aun así responda a este criterio de ser un bosque. En términos de la viabilidad de un ecosistema forestal, debería esperarse que poseyera cubierta de copas superior al 60% o más, dependiendo del tipo de bosque. Asimismo, los análisis de cubierta forestal tienden a basarse en imágenes satelitales, y si bien estas resultan efectivas para detectar áreas verdes (hojas), no son buenas indicando si ese verde es herbáceo, pequeños arbustos y árboles pioneros, o auténticos bosques antiguos.
Un análisis reciente (2016) realizado por el GeoCenter de USAID produjo una imagen útil de los bosques de Haití (véase figura 1).
Sin embargo, es importante reconocer que este análisis no distingue entre agroforestación, que incluye plantaciones, especies exóticas e invasoras, y bosque haitiano nativo.
Por lo tanto, en términos de biodiversidad boscosa, la situación se agrava aún más. Los restantes ecosistemas boscosos, dejando de lado los manglares, sólo sobrevivirán en Massif de la Hotte al sudoeste y, en menor grado, en Massif de La Selle, al sudeste.
Por fuera de estos refugios restantes en cuanto a hábitats forestales nativos, la cubierta arbórea está tan dispersa y fragmentada que ya no será capaz de ofrecer los servicios básicos de estos ecosistemas, entre los que se encuentran:
- Estabilización de taludes y conservación de los suelos;
- Hábitat para la vida silvestre;
- Regulación del ciclo hidrológico;
- Captura de carbono;
- Producción de leña y producción no maderable; y
- Recreación y valor cultural.
Zonas del Massif de La Hotte y el Massif La Selle, en la costa sur, aun preservan áreas importantes de cubierta forestal, conformando hábitats naturales críticos en que habitan especies nativas y algunas especies endémicas. Pero estas áreas se encuentran bajo considerable presión frente al avance de la frontera agrícola.
Debemos destinarle tiempo y recursos a ayudar a Haití a recuperar su cubierta boscosa y biodiversidad natural. Algunas estrategias para garantizar que los proyectos contribuyan a tal objetivo, incluyen:
- Diferenciar entre bosques nativos, que son resilientes y ofrecen servicios ecosistémicos estables y sostenibles, conformando hábitats para la vida silvestre, y sistemas agroforestales (que pueden no incluir especies nativas resilientes y a menudo poseen pocos árboles);
- Reforzar el sistema de áreas protegidas;
- Aumentar la inversión en sistemas agroforestales favorables para la biodiversidad, integrando más especies de árboles nativos;
- Priorizar inversiones en actividades en las zonas de amortiguamiento que circundan las áreas protegidas de cuencas hidrológicas críticas;
- Ofrecer incentivos económicos directos a personas locales para que planten y cuiden árboles nativos.
El Banco interamericano de Desarrollo está integrando algunas de estas estrategias a su Iniciativa de Transferencia de Tecnología a Pequeños Productores Agrícolas II. Estas estrategias pueden reducir más efectivamente el riesgo de desastres, mejorar la productividad agrícola y pesquera y conservar la biodiversidad única de Haití, como así también lo que resta de su patrimonio natural.
elvis milian dice
Muy interesante el artículo. En los años que trabajé en la península Sur y algunos recorridos que hice hasta Bosque de Pinos, una de las cosas que más me llamaba la atención es la deforestación y las erosiones ocasionadas por estas. Por lo que coincido que la reforestación debe ser prioridad en el país, usando principalmente especies nativas que están mejor adaptadas a su clima. También en los lugares que se puedan hacer parcelas de fincas de producción para contribuir con alimentos.
El fortalecimiento del sistema de áreas protegidas es otro aspecto que juega un gran roll, ya que eso conlleva a mantener preservadas los espacios que aun albergan lo mejor de su biodiversidad. De momento se me ocurre que se puede impulsar un geoturismo para buscar financiamientos más sostenibles en el tiempo para mantener la investigación, monitoreo y costo de infraestructuras y protección de las áreas silvestres protegidas.
Se pueden desarrollar iniciativas para sectores de clase media-alta, tales como: adoptar un árbol y al unísono trabajar con las comunidades rurales e incentivarlos a plantar, este estímulo puede ser monetario, pero pudiera ser también en herramientas de trabajo u otras cosas personales necesarias. En fin, Haití necesita árboles.