- Nuevas evidencias corroboran que la luz mejora el potencial de aprendizaje de los ciudadanos y puede ayudar a reducir el ciclo de pobreza.
La electrificación rural puede tener un impacto directo en la reducción del abandono escolar en los primeros años de educación, muestra un estudio reciente publicado por la división de Energía del BID. La escolarización está asociada, por otro lado, a la diminución del trabajo infantil y se considera un paso importante en la búsqueda para reducir los ciclos de pobreza de la población rural.
Uno de los mecanismos utilizados para garantizar la universalización de acceso a la electricidad han sido los programas enfocados en llevar este servicio a las poblaciones de zonas aisladas de América Latina y el Caribe. Sin embargo, los efectos del acceso a la energía eléctrica en la calidad de vida de las poblaciones beneficiadas no son siempre cuantificables.
Algunos efectos directos pueden ser medibles, especialmente aquellos relacionados a los hogares, pero no así los efectos indirectos.
El Programa Luz para Todos en las Escuelas
El programa “Luz para Todos” fue creado en 2004 con el objetivo de llevar energía eléctrica a las poblaciones rurales de Brasil. Entre sus prioridades está la electrificación de escuelas rurales, particularmente las aquellas ubicadas en pueblos indígenas, ribeirinhos[1] y quilombolas[2]. Ese mismo programa, estimuló la creación del programa “Luz para Todos en las Escuelas” (Luz para Todos nas Escolas, portugués) en coordinación entre el Ministerio de la Educación (MEC) y el Ministerio de Minería y Energía (MEME) de Brasil.
El desafío de conectar escuelas aisladas es muy significativo. Las distribuidoras pueden optar por suministrar el servicio de energía con conexión de las escuelas a la red o instalar en estas localidades soluciones de generación distribuida, como paneles solares. La dificultad de llegar a estas escuelas se complica más cuando se trata de extender la red de distribución hacia sitios aislados o trasladar los equipamientos de generación distribuida.
Por ejemplo, una de las escuelas que en 2016 seguía sin acceso a electricidad (como reportada por el MEC) se ubica en la orilla del Río Içaná, en el Estado de Amazonas, a 24 km de la frontera Brasil-Colombia. El camino más fácil para acceder a esta escuela es navegando por el Río Içaná, uno de los afluentes del Río Negro.
Ubicación de una de las Escuelas que en 2016 no tenía electricidad
Por lo tanto, el costo de suministrar electricidad a estas escuelas es alto y los beneficios del suministro no son directos, lo que torna difícil hacer una evaluación de impacto de política en estos casos. Sin embargo, una de las ventajas del programa Luz para Todos en la Escuela es la colecta de datos anual hecha por el Ministerio de la Educación, que permite acompañar el desempeño antes y después de la implementación de la política.
Los potenciales beneficios de la electrificación escolar
Llevar electricidad a las escuelas rurales produce mejoras en la infraestructura y beneficios para docentes y estudiantes. Por ejemplo, se pueden instalar aparatos para una mejor adecuación térmica ambiental y sistemas para purificación de agua. Además, el acceso a energía eléctrica posibilita una mejor iluminación dentro de las aulas de clase, lo que permite más horas de estudio, más concentración y menor esfuerzo de lectura.
Algunos estudios muestran que el abandono escolar está íntimamente relacionado a factores endógenos (como el mal desempeño de los estudiantes) y exógenos (como el trabajo infantil y malos hábitos de nutrición en familia más pobres) a la vida escolar.
Otros beneficios de la electrificación rural incluyen una mayor integración entre la escuela y su comunidad. En muchos sitios rurales no electrificados, al contar con una escuela electrificada, esta se convierte en un punto céntrico en la vida social, cultural y deportiva de esas comunidades.
La reducción del abandono escolar en las escuelas beneficiadas con el Luz para Todos
En nuestra publicación, calculamos el impacto de corto y mediano plazo de electrificación en escuelas rurales, beneficiadas con el programa Luz para Todos en las Escuelas. En promedio, las escuelas investigadas tenían en 2013 una tasa de abandono de 4.4% en los primeros años de la vida escolar (niños entre 7 y 11 años), y 3.9% en 2016.
Separamos las escuelas en cuatro grupos: las que recibieran energía antes de 2013 (38,4%), después de 2013 (19,9%), las que en 2016 seguían sin acceso a energía eléctrica (38,9%), y las que perdieron acceso a energía eléctrica entre 2013 y 2016 (2,8%). En total, evaluamos 6.912 escuelas identificadas por el Ministerio de la Educación[3], en las cinco regiones de Brasil[4].
Los resultados estimados muestran que las escuelas que recibieron electricidad después de 2013 tuvieron la mayor mejora en los indicadores de abandono escolar, reduciendo cerca de 28% debido a este motivo, seguido por las escuelas del grupo que recibió antes de 2013, con 18,2% de mejora. Las escuelas que tenían energía en 2013 y la perdieron, tuvieron un aumento en la tasa de abandono: cerca de 3%, y las escuelas que se mantuvieron desconectadas, lograron una pequeña mejora de 2.7% en el indicador de abandono escolar. Este último, sin embargo, no es estadísticamente significativo. El efecto encontrado ocurre con mayor intensidad en el corto plazo, indicando que el retorno del programa es rápido y eficaz.
Reducción promedia de la tasa de abandono escolar por efecto del estado de electrificación
En conclusión, el programa Luz para Todos en las Escuelas ha sido muy exitoso en promover la reducción de los indicadores de abandono escolar. Esta mejoría dentro de las escuelas tiene el potencial de reflejarse en beneficios para los indicadores de desarrollo de la comunidad, como menores tasas de trabajo infantil, y a largo plazo, el desarrollo de nuevas actividades económicas y sociales.
[1] Pueblos que viven en la margen de los ríos amazónicos.
[2] Villas centenarias fundadas por hombres y mujeres que escapaban de su condición de esclavitud.
[3] La evaluación del MEC se realizó entre febrero de 2014 y junio de 2015. No obstante, con los retrasos en la publicación de la geolocalización, algunas escuelas ya habían recibido el programa de manera orgánica.
[4] El programa educacional no es igual para todas las escuelas. En algunas de estas, las clases son conducidas en las lenguas nativas de los pueblos indígenas y las actividades son integradas a la comunidad.
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