El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en colaboración con el Ministerio de Energía de Chile y el Instituto Forestal de Chile (INFOR), llevaron a cabo un estudio para identificar las brechas que impiden cumplir con los estándares de calidad para obtener leña apta para consumo en hogares residenciales. En Chile existe el “Sello Calidad de Leña”, un reconocimiento dirigido a comerciantes de leña de las regiones de O’Higgins, Maule, Ñuble, Biobío, La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos y Aysén, quienes acceden voluntariamente a una evaluación de proceso. Esta evaluación permite ofrecer un producto de calidad que aporte a la disminución de emisiones de material particulado y haga un uso más eficiente de la leña en términos energéticos, fundamental para la implementación de la Ley 21.499 que regula los biocombustibles sólidos.
El estudio se llevó a cabo en el contexto de implementación de estaley, la cual regula la calidad de los biocombustibles sólidos, tales como la leña y el pellet. Actualmente, la leña es el combustible más utilizado en Chile para calefacción en hogares residenciales, consumiéndose anualmente entre 8 y 9 millones de toneladas.
El estudio recopiló información sobre el mercado de la leña en ciudades como Chillán-Chillán Viejo, Los Ángeles, Concepción, Temuco, Padre las Casas, Valdivia, Puerto Montt, Osorno y Coyhaique para analizar las brechas respecto del estándar de calidad utilizado por la iniciativa “Sello Calidad de la Leña”. El estudio definió categorías de análisis aplicables a productores y comerciantes, y estimó los costos involucrados en el proceso.
A lo largo del estudio se prestó especial atención a aspectos como el origen de la leña, la formalización tributaria, el ordenamiento en lotes, el proceso de secado, la infraestructura requerida para el secado y almacenamiento y la información proporcionada al consumidor, ya que cada uno de estos componentes desempeña un rol fundamental en la calidad final del producto y en consecuencia, en su valor de mercado.
¿Cuáles fueron los principales hallazgos?
Las principales conclusiones del estudio fueron las siguientes:
- Origen: Dentro de los productores y comerciantes de leña existen comerciantes y productores pequeños (Pequeño Centro Procesamiento de Biomasa o PCPB) que son establecimientos con una capacidad para producir y comercializar hasta 500 m3 estéreos de leña al año y Centros Procesamiento de Biomasa (CPB) con capacidad de producción y comercialización anual superando los 500 m3 estéreos de leña al año. De los productores PCPB encuestados, solo 25% cuenten con documentos que respalden el origen de la leña que comercializan. Esto explica el bajo interés en invertir en un plan de manejo (plan que ampara toda acción de corta de bosque nativo y aprobado por la Corporación Nacional Forestal ) que a su vez puede resultar costoso. En la gráfica siguiente se presenta la distribución de categorías de productores de leña por región.
- Formalización tributaria: Al nivel de los PCPB y CPB, la escala de producción es baja y los costos asociados al cumplimiento tributario son elevados.
- Ordenamiento en lotes: La producción y comercialización de leña se realiza mayoritariamente de forma manual. Para los PCPB, 81% de los comerciantes y 70% de los productores se basan en procesos manuales, mientras que para los CPB este porcentaje se reduce al 61% en comerciantes y al 48% en productores. Esta falta de mecanización representa una de las brechas más significativas que deben abordarse para reducir los tiempos de secado, un factor crítico para la optimización, costo y eficiencia del proceso de producción de leña.
- Proceso de secado: Menos de 40% de los comerciantes y productores cuentan con un plan de secado y la infraestructura para secado es casi inexistente en comerciantes y productores de leña. Adicionalmente solo el 18% de los comerciantes en la categoría de PCPB miden el contenido de humedad, en comparación al 61% para los CPB.
- Almacenamiento: El estudio resalta la necesidad de ampliar la capacidad de acopio, principalmente en la categoría de PCPB, ya que el tamaño del almacenamiento no permite almacenar toda la producción.
Este estudio también resaltó que solo 3% de los comerciantes y 2% de los productores en los PCPB cuentan con el “Sello Calidad de Leña”, en comparación a 17% de los comerciantes y 15% de los productores en los CPB. Además 54% de los comerciantes y 73% de los productores en los PCPB operan de manera informal, mientras que la informalidad representa 16% de los comerciantes y 23% de los productores para los CPB.
En conclusión, el mercado de la leña certificada abarca una serie de procesos que tienen un impacto significativo en los costos y en la eficiencia de la cadena de producción como el secado, la comercialización manual y el transporte; en particular, cuando el impacto es marcado en los costos relacionados con la mano de obra, la automatización de la producción y la inversión en infraestructura.
El estudio ha sido crítico para determinar las brechas existentes en la implementación de la Ley 21.499 y así poder avanzar en el cumplimiento con el estándar chileno del “Sello Calidad de Leña”, a fin de mejorar la vida cotidiana de los chilenos que usan ese biocombustible en sus hogares residenciales. Les invitamos a conocer más aquí.
Esta entrada del blog fue elaborada en co-autoría con Cristián Malebrán y René Reyes
Christian A. Malebrán
Christian Malebrán es Ingeniero Agrónomo, especialista en biocombustibles de la división de combustibles y nuevos energéticos del Ministerio de Energía de Chile, en Santiago. Se desempeña en el sector de la energía desde el año 2012, primero como analista de energías renovables no convencionales en el Centro de Energías Renovables de CORFO, hasta el año 2016 en que fue seleccionado para ingresar a la División de Energías Renovables del Ministerio de Energía. Entre los años 2014 y 2018 fue director del programa de fomento al biogás en el sector lácteo de Chile, financiado por el GEF a través de UNIDO y desde el año 2018 a la fecha se encuentra realizando labores para el desarrollo regulatorio de los biocombustibles sólidos, siendo el hito más relevante en esta labor, la publicación de la Ley 21.499 que regula la calidad de los biocombustibles sólidos y la elaboración de su reglamento. Ha sido autor de numerosos documentos técnicos relacionados a los biocombustibles y a la bioenergía, destinados a promover y explicar la importancia de esta fuente de energía a diferentes actores del sector público, sociedad civil incluidas comunidades indígenas y legisladores de Chile
René Reyes
René Reyes Gallardo es un ingeniero forestal chileno, doctor en economía forestal por la Universidad de British Columbia (UBC), investigador del Instituto Forestal (INFOR) y del Laboratorio de Energía y Medio Ambiente de la Facultad de Cs. Forestales de UBC, y director de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (Chile). En 2004 participó en la creación del Sistema Nacional de Certificación de Leña, que 20 años después dio origen a la Ley de Biocombustibles Sólidos, promoviendo un estándar más exigente para la producción y uso sustentable de este combustible en Chile. En 2015 creó el Observatorio Bosques, Energía y Sociedad de INFOR, en el marco del cual realiza investigación sobre el mercado de los biocombustibles sólidos, así como también de otros aspectos asociados a su utilización: pobreza energética, contaminación atmosférica y degradación de bosques, entre otros. Tiene una serie de publicaciones relativas a estos temas, las cuales estás disponibles en https://scholar.google.cl/citations?user=PskFi4AAAAAJ&hl=es
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